Mi hija estaba aterrorizada y gritó cuando la recogió la profesora de la guardería, así que hice caso a mi instinto
La súplica de una madre sobre la política de no abrazar a su hijo pequeño cayó en saco roto. Los gritos resultantes fueron el eco de una lucha entre los instintos paternos y las normas sociales. A medida que aumentaba la tensión, la madre tuvo que tomar una decisión crucial.