Un niño de 7 años rescató a más de 1.000 perros de inminente muerte
Para tener un gran corazón, no se necesita tener cierta edad. Simplemente se hace con ello y este chico así lo ha demostrado.
Se trata del pequeño Roman McConn, quien con tan solo 7 años ha rescatado a más de 1.000 perros de refugios caninos, cuyo destino era la muerte.
Cuando tenía cuatro años, su madre, Jennifer McConn, reveló para Inside Edition que "Román optó por renunciar a los regalos de cumpleaños en su cuarto cumpleaños y obtener dinero para ayudar a un rescate que había visto de manera bastante regular", dijo.
Fue entonces cuando el chico y su madre decidieron acudir por primera vez a uno de estos refugios -en julio de 2015- y adoptaron un perro.
"Me sumergí", dijo McConn, de 36 años. "Me involucré mucho con el voluntariado en el refugio local, con la ayuda de Roman para hacer videos para ayudar a conectar a los perros".
Ella recordó que, en una oportunidad, tras mudarse de Washington, bromeó con construir un ferrocarril subterráneo para transportar perros de rescate desde Texas hasta el noroeste del Pacífico.
"El mundo de un perro, en general, era mucho mejor aquí en Washington que en Texas", dijo, según Inside Edition.
Pero aquello que comenzó como una broma ahora se materializó en lo que se conoce como el Project Freedom Ride, un programa que conecta perros no deseados y abandonados, que de otro modo podrían haber sido atacados por la eutanasia, con familias amorosas.
Esta madre y su hijo hicieron posible en diciembre de 2016 el traslado de 31 perros desde Texas a Washington. Desde entonces, han rescatado cachorros a un ritmo de más de 50 por mes.
McConn dijo que la parte más gratificante de sus esfuerzos es presenciar la conexión entre los perros y sus nuevas familias después del viaje de más de 3 mil kilómetros al norte.
"Desarrollan este vínculo y este amor por un perro que nunca conocieron y luego, cuando tienen ese momento en el que todo se combina, para algunos es muy abrumador", dijo McConn.
Y la mayor satisfacción para ellos es darle felicidad a los perros y a sus nuevas familias. McConn recordó cómo una mujer estaba abrumada por la emoción cuando finalmente conoció a su nuevo cachorro.
"Fue muy lindo porque al hablar con ella, era como un niño en Navidad. Estaba tan emocionada. Y cuando finalmente lo abrazó, estaba llorando porque estaba muy feliz de finalmente tenerlo".
Para Roman, se trata de encontrar "hogares permanentes" para los perros.
"Me hace sentir feliz de salvar a todos estos perros", dijo. "Pero no solo me hace feliz, estoy seguro de que hace felices a todos los perros". Pero los perros no son los únicos favorecidos.
"Es gracioso porque recibimos muchos comentarios de personas que dicen: 'Debe tener grandes padres'", dijo. "Acabamos de tener suerte. Ha sido muy gratificante tener a esa pequeña persona como su hijo". La familia ahora vive en Augusta, Georgia, pero su misión no se detiene.