Carlitos el productor reveló los trucos que usó para conquistar a su esposa
"Carlitos el Productor", el nombre por el cual es mejor conocido el comediante Juancito Espinosa, tiene una magnífica de relación de pareja, y esta es la clave.
En entrevista con El Nuevo Herald, el comediante Juancito Espinosa, mejor conocido como "Carlitos el Productor" de El Gordo y La Flaca, se sinceró sobre su relación de pareja, Silvia, hablando en detalle sobre sus vidas y cómo mantienen vivo el romance en fechas especiales, como el Día de San Valentín.
"Este día significa mucho para nosotros porque es una manera de celebrar que permanecemos juntos y que seguimos amándonos. Pero lo más importante es que estaremos acompañados por Sebastián, que es el gran amor de nuestras vidas", dijo.
Habló también de cómo los parientes de Silvia no aprobaban de la relación en un principio, por el enanismo de Juancito, quien nació con acondroplasia. Temían el rechazo de la sociedad, y por el futuro de los hijos que tuviera la areja.
AMIGOS DE INFANCIA
Las madres de ambos eran grandes amigas, y se conocen prácticamente de toda la vida. Sin embargo, comenzaron su relación hace apenas 5 años, luego de que ella finalmente lo tomara en serio, tras varios intentos.
"Siempre vi a Silvia como la hija de la amiga de mi mamá. Pero desde el día en que comencé a mirarla con otros ojos me propuse conquistar su corazón", que le robó el primer beso practicando judo en una playa.
"Como los dos somos yudocas, comenzamos a rodar sobre la arena hasta que decidí besarla", recordó Juancito sobre ese día. Pero Silvia no reaccionó como él se esperaba.
DECLARACIÓN DE ALTURA
Silvia de aquel momento sólo recuerda "su peso sobre mí". La mujer de 23 años se resistió a los intentos del comediante, a pesar de sentirse atraída por sus ojos, "que cambian de color según cómo esté el día, y por su manera optimista de ver la vida".
"Después de aquel incidente cada uno tomó por su lado sin hacer comentarios. Luego la invité a ver una película de terror, con la esperanza de que me abrazara atemorizada, pero tampoco pasó nada", continúa Juancito la historia.
"A la tercera salida, mientras montábamos en el ferris wheels, de la feria de Miami, esperé el momento en que en estuviéramos en el punto más alto para declararle mi amor. Y a esa hora ya no pudo decirme ‘no’", contó felizmente Juancito.
SIN BARRERAS
Silvia aclaró que jamás le ha importado la diferencia de tamaño entre ellos, excepto por la curiosidad de la gente al caminar por la calle juntos.
"A muchas personas les cuesta creer que somos una pareja como otra cualquiera, tanto en la vida cotidiana como en nuestra intimidad"
Juancito y Silvia comparten pasiones como la caza y la pesca, la bicicleta, y la disciplian del judo. Juancito explica que "el tamaño no importa cuando existe el amor", agregando que "el aspecto físico no debería ser un impedimento para nadie", ya que "solo uno es el que pone las barreras".
INFANCIA DOLOROSA
Juancito es el único de los seis hermanos en su hogar afectado por el enanismo. En su casa, su madre se aseguró de que fuera tratado como todos, pero el mundo es cosa distinta.
"Cuando era niño mis compañeros de escuela se burlaban de mí, al extremo de que intenté suicidarme a los 14 años. Por fortuna, mi madre impidió que cometiera esa locura cuando me convenció de que venimos a esta tierra por una razón y que si fuéramos iguales el mundo sería muy aburrido"
Hoy en día, el cariño del público permite a Juancito sentirse en familia todo el tiempo.
"El público me trata como si fuera de su familia, no me hace sentir diferente. Y hasta muchos padres que tienen niños con impedimentos físicos me dicen que sus hijos ven en mí una inspiración para salir adelante" dijo el pequeño gran comediante.
Si bien Juancito ha tenido la dicha de gozar de una vida relativamente normal, a pesar del acoso y abuso que vivió en su juventud, no todas las personas pequeñas corren con la misma suerte. Bien lo saben Jamie Jenkins y Jacob Lang, padres de un bebé que nació con displacia diastrófica, una extremedamente inusual forma de enanismo.
Aunque todavía tiene muchas cirugías programadas y su condición no le permitirá crecer más de algunas decenas de centímetros de altura, les ha dado a sus padres y a todos a su alrededor muchas razones para sonreír.