Madre terminal debe decirle a sus hijos que serán huérfanos, y su optimista manera de hacerlo conmueve
¿Cómo les dices a tus hijos que, en solo unas semanas, serán huérfanos? Madre que tuvo FIV antes de ser diagnosticada con cáncer terminal revela el feliz optimismo que será su verdadero legado.
Todas las tardes, Samantha McConnell disfruta de sus "horas doradas" con sus hijos, Grace y Rory, de cinco años, los dos. Estos tres podrían ver una película o hacer uno de los rompecabezas de Grace. Se discute la fijación del dinosaurio de Rory, y la animada charla está marcada por abrazos casi constantes.
De acuerdo con Daily Mail, al mirar a los tres juntos, las similitudes físicas son sorprendentes, los desgreñados rizos morenos que ella y su hija comparten, y el vínculo psicológico es aún más comprensible dado lo largo que fue concebir.
Ambos niños son el resultado de un tratamiento de fertilidad extenuante de £ 15,000 euros.
Concebido a través del mismo lote de embriones creados por IVF, un conjunto se congeló después del primer y exitoso tratamiento de Samantha, antes de ser implantado y resultó en un segundo embarazo tres años después.
Habiendo dejado su trabajo como Oficial de Inteligencia de la RAF porque su carrera de alto octanaje no era propicio para educar a los niños, no es de extrañar que Samantha disfrute cada segundo que tenga con ellos.
Pero hay otra cosa, más conmovedora, por la que ella aprovecha el tiempo con Grace y Rory.
Hace apenas dos semanas, esta mujer de 46 años fue diagnosticada con cáncer de páncreas terminal, la forma más mortal de la enfermedad, ya que puede permanecer sin detectar durante años.
A pesar de no haber tenido síntomas antes del comienzo de agosto, ya se había extendido al hígado y los ganglios linfáticos de Samantha.
Lo único que le resta ahora son sus últimas semanas, que debe aprovechar con sus hijos. "Me siento angustiada por no tener la vida que había planeado con mis preciosos bebés", dice.
Trágicamente, su muerte dejará a sus dos hijos efectivamente huérfanos. No hay compañero en la vida de Samantha. Ella concibió a través de un donante de esperma después de decidir ir sola a los 38 años, ya que su reloj biológico marcaba cada vez más rápido.
En cambio, Grace y Rory se mudarán de su casa de tres dormitorios en Lincoln a Londres, donde serán criados por el primo de Samantha, una madre casada de dos hijos.
Pragmática por naturaleza, Samantha ha pasado la quincena desde que recibió su devastador pronóstico preparando a sus hijos para sus vidas sin ella.
Está planeando apresuradamente cajas de recuerdos de posesiones preciadas, regalos para futuros cumpleaños y ositos de peluche cosidos de la ropa de su madre. Ella espera, también, que estas fotos tomadas por el Correo sean recuerdos duraderos para recordarla.
Y así como una madre hace todo lo posible por arreglar la vida de sus hijos antes de su muerte, así mismo un hijo con cáncer pide a su madre que no llore tras descubrir que no tiene dinero para el tratamiento de su enfermedad.
Su madre rompió a llorar después de no poder encontrar más dinero para el tratamiento, y su hijo la consuela, dándole palabras de aliento y diciéndole que a pesar de la gravedad de su enfermedad, todo va a estar bien.