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Niño que nació del tamaño de una lata de Coca-Cola cumple 13 años

El 14 de noviembre de 2005, Leyton Duke-McKenna nació prematuramente a las 24 semanas. Su madre había entrado en trabajo de parto tres veces antes de que él naciera.

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Al nacer del tamaño de una lata de Coca-Cola, los médicos creían que no viviría una vida satisfactoria. Ni siquiera esperaban que caminara o hablara, pero desde entonces ha vencido las probabilidades.

Los médicos le dijeron a Paula McKenna, de 42 años, madre de Leyton Duke-McKenna, que su hijo nunca caminaría y que su calidad de vida no sería excelente. Sin embargo, ha desafiado las probabilidades al celebrar 13 años y convertirse en un adolescente.

Paula luchó al dar a luz a su hijo. Tuvo complicaciones y se encontró "entrando en trabajo de parto" tres veces en las primeras etapas del embarazo.

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Hoy Leyton es un adolescente que está en su tercer año en la Escuela Palmerston en Aigburth y "más feliz que nunca".

Ella recordó:

"La primera vez que comencé a entrar en trabajo de parto tenía 22 semanas. Me sentaron en el inodoro en el hospital y el saco amniótico cayó en mis manos”, contó.

Y agregó: “Tuve que presionar el botón de emergencia y todas las enfermeras vinieron corriendo. Me dieron la vuelta boca abajo", y se deslizó de nuevo en mi vientre. ¡Y eso sucedió dos veces!”.

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La madre de diez hijos, de Toxteth, tenía 24 semanas de embarazo cuando finalmente dio a luz a su pequeño. Sin embargo, el bebé nació inconsciente después de que sus pulmones colapsaran.

Los médicos trataron de "prepararla para lo peor" porque no creían que el pequeño Leyton sobreviviera. A pesar de esto, la madre del niño se negó a perder la esperanza.

Ella reveló:

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“Le dieron 12 horas de vida. Me negué a despedirme. No sabía qué esperar, pero pasé tanto tiempo luchando por él que no me rendí”.

Leyton pasó el primer año de su vida en el hospital, pero finalmente se volvió lo suficientemente fuerte como para irse a casa con su madre y su padre Ronnie.

Paula dijo que el personal médico le había dicho que era "su fuerza de voluntad lo que lo mantuvo con vida".

Hoy Leyton es un adolescente que está en su tercer año en la Escuela Palmerston en Aigburth y "más feliz que nunca". Sin embargo, todavía enfrenta algunos desafíos con problemas de salud en curso.

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Sólo comenzó a caminar cuando tenía cinco años. Su madre dijo:

“Comencé a creer lo que decían los médicos, que nunca caminaría. ¡Pero él camina y habla y es un pequeño personaje que nunca se queja! Está en su propia pequeña burbuja, me encantaría estar en su mundo”.

Ella describe a su hijo como su "niño milagroso".

Theo Taylor es otro niño que nació del tamaño de una lata de Coca Cola, con solo 340 gramos. El pequeño nació el 15 de marzo y sobrevivió a la muerte hasta los 6 meses de edad.

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Se creía que el niño de Durham, Inglaterra, era el bebé más pequeño en sobrevivir, nacido en Gran Bretaña. Su madre, Katie Rhodes, de 24 años, lo parió a las 26 semanas y 5 días de embarazo.

Otra bebé que nació prematura también logró sobrevivir. Brisa nació en el quinto mes de gestación, y durante su primer mes de vida, llegó a pesar 380 gramos.

Las oportunidades para sobrevivir de esta bebé eran muy mínimas, ya que el peso normal de un bebé debe ser entre 2,500 y 3,500 gramos.

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Su madre, Nulpi, dijo: “Brisa estaba en estado crítico, su piel no había terminado de formarse, no se habían despegado los ojos ni madurado los pulmones. Dijeron que era muy probable que no pasara las 48 horas”.

Sin embargo, Brisa mejoró y empeoró una decena de veces. Le hicieron transfusiones, la operaron para cerrarle el ductus, y a los 4 meses, cuando ya respiraba a través de una cánula, los pulmones quedaron otra vez al borde del colapso. A los seis meses tuvieron que hacerle una traqueotomía.

Pero a pesar de todas las dificultades que han tenido con Brisa, cada mes que pasaba era un gran paso y era una victoria para todos.

Al final, el 12 de octubre de este año, después de 361 días de internación, a Brisa le dieron de alta. Nunca antes un bebé había estado tanto tiempo en la neo de ese lugar. Todos estaban realmente felices.

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