Santiago: Mujer de 90 años necesita ayuda tras dedicar su vida a auxiliar a los heroinómanos
Los hábitos no fueron suficiente para ella, así que decidió interrumpir esta etapa de su vida para llegar a las personas que de verdad la necesitaban.
Francisca Lanza fue una de las mujeres que por convicción ayudó a un gran número de adictos en su lucha contra la heroína, durante la década de los ochenta y noventa del siglo XX.
Antes de eso era monja, pero sintió que estando encerrada en un convento no podía llegar a todas las personas que ella quería ayudar, así que decidió salirse y se hizo profesional en un colegio de educación especial.
Pasaron los años y con su jubilación, llegó también su petición para trabajar en Proyecto Hombre, en Santiago. Se convirtió en la madre y cuidadora de cientos de heroinómanos.
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Cientos de personas, muchos jóvenes de Galicia entre ellas, llegaban arruinados por consumo y buscaban una oportunidad en este centro de rehabilitación. Muchos por obligación, otros sin darle importancia a su realidad, pero todos llegaban con una cosa en común: una oportunidad.
Francisca, de 90 años, es la historia viviente del éxito de ese proyecto que ayudó a tantas personas a recuperar el camino.
"Los quería como una madre. Y los alimentaba bien, estaban hermosos, bien cuidados", recordó la anciana de ojos azules.
En su furgoneta, los llevaba al médico, a los tribunales, a la playa, a misa todos los domingos, a la pastelería e incluso a los vinos, pero ellos solo bebían refresco. Eran convivencias largas, pues el tiempo de rehabilitación de Proyecto hombre era de tres años.
Pero todo eso desapareció porque el sistema ha cambiado mucho y ella también decidió irse, hasta que la vejez la alcanzó y decidió regresar a Santiago. Entonces, heroína sigue allí, en un rincón, junto un ventanal, observando las hojas que deja caer el otoño.
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De vez en cuando sus “hijos” la van a visitar y la invitan a comer y le cuentan de sus vidas ya mejoradas, sus familias y los logros que pudieron obtener.
Francisca, sin importar su edad, sigue siendo una mujer proactiva y lo le gusta perder el tiempo porque dice que quiere seguir siendo útil.
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UN PROYECTO EXITOSO
Miles de adictos caminaron por los pasillos de Proyecto Hombre. Algunos no lograron salir del laberinto de la droga y desertaron de la lucha, pero otros, como David, ahora pueden decir que han ganado todas sus batallas diarias.
El hombre, de 49 años, pasó 17 años de su vida consumiendo heroína y en el mal viaje, conoció el hurto, el robo, cáceles, tiroteos y enfermedades, entre las que destaca el VIH y le arrebató a 100 amigos.
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El sobreviviente admitió que sobrevivió a la heroína gracias a la cárcel. “Suena paradójico, pero yo llevaba un ritmo en la calle que me hubiera matado. Habría muerto por sobredosis o me habrían matado”, contó.
Explicó que dentro de una celda, la posibilidad de esnifar se reduce, mientras que el tiempo para pensar y reflexionar es prácticamente lo único que queda, lo cual no es poca cosa.
“La cárcel es una mierda, pero curiosamente, en este aspecto, a mí me salvó el pellejo”.
El 7 de julio de 1996 nació por segunda vez, pues se dijo que ese día consumiría por última vez e ingresaría a Proyecto Hombre. “Y lo cumplí “, expresó. “Creo que era la primera vez en mi vida que cumplía algo”.
Ahora, con el pecho inflado, dice que tiene 20 años de abstinencia. Todo un orgullo para él que desde los 13 ya esnifaba.
En 1997 logró salir bajo libertad condicional y con una perspectiva diferente y una promesa que mantener, entró en Madrid Positivo, uno de los programas de apoyo a toxicómanos más combativo de España.
El compromiso y la vocación hacen que las personas logren cosas maravillosas y así como unos ayudan a otros a combatir un enemigo tan fuerte como lo es la droga, otros se enfocan en reforzar la comunidad de otra manera.
Fuente: YouTube/CBSNewYork
Este es el caso de Genevieve Via Cava, quien enseñó a estudiantes con necesidades especiales durante casi 45 años, donó 1 millón de dólares a la escuela donde impartía clases, después de morir.
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