Veterano de Vietnam discapacitado oyó a mujer gritar en casa cercana y rodó su silla hasta allá
La valentía y arrojo de Bob Butler demuestra que no todos los héroes llevan capa, y que a pesar de tener una discapacidad, nada puede detener a un hombre de bien.
Bob Butler es un veterano de la guerra de Vietnam, quien perdió ambas piernas tras la explosión de una mina terrestre en 1965. Cuando volvió a casa, recibió condecoraciones por su heroísmo.
Scout en el ejército. Fuente: Pixabay
Butler estaba haciendo reparaciones en su garaje en un pequeño pueblo de Arizona durante el verano, cuando de repente, escuchó a su vecina gritando despavorida. Rápidamente rodó su silla de ruedas en la dirección de su hogar, pero la espesa vegetación le impedía pasar.
Butler se arrastró hasta salir de su silla, para luego arrastrarse a través de los arbustos y la tierra, sin pensar en su comodidad. Su única misión era hallar a la mujer que gritaba.
Piernas de hombre discapacitado en silla de ruedas. Fuente: Pixabay
"Tenía que llegar. No importaba cuánto doliera."
Butler llegó al hogar para hallar a una niña de 3 años, quien nació sin brazos, que había caído en la piscina y no podía salir. Stephanie Hanes yacía inmóvil en el fondo de la piscina.
Su madre, en estado de pánico, estaba plantada en el piso, gritando desesperada por ayuda. Sin pensarlo dos veces, Butler se zambulló en el agua y rescató a la pequeña Stephanie.
Rescate submarino en piscina. Fuente: Pixabay
En ese momento, el rostro de Stephanie estaba ya azul por falta de oxígeno. No tenía pulso y no respiraba. Butler comenzó a suministrarle RCP, mientras su madre llamaba al departamente de bomberos, quienes le informaron que no había paramédicos disponibles.
Butler continuó suministrando primeros auxilios con completa calma, asegurándole a la madre de Stephanie que todo saldría bien.
"Yo fui sus brazos para salir de la piscina. Estará bien. Ahora soy sus pulmones. Juntos podemos lograrlo"
Hombre discapacitado en silla de ruedas. Fuente: Pixabay
En cuestión de segundos, la chica tosió y recuperó la consciencia. Entre lágrimas, abrazó a su madre, quien se volteó a ver a Butler y le preguntó cómo es que había tenido tanta fe en que Stephanie estaría bien. Él respondió:
"No sabía que estaría bien. Pero me volaron las piernas en la guerra. Estaba sólo en un campo. No había nadie para ayudar excepto una chiquilla vietnamita. Mientras ella se esforzaba por arrastrarme a su aldea, me susurró, en muy mal inglés, 'está bien, puedes vivir, seré tus piernas, juntos podemos lograrlo'. Sus gentiles palabras le dieron esperanza a mi alma, y quise hacer lo mismo por Stephanie".
Soldado en el suelo cubierto de fango. Fuente: Pixabay
En un mundo como el nuestro, donde tan fácilmente acosamos, juzgamos, etiquetamos, ridiculizamos y tememos a las personas que lucen diferente o hablan otro idioma o tienen otra religión, es increíble saber que actos de generosidad como éstos siguen ocurriendo.
Es claro que la joven vietnamieta le enseñó al soldado americano una valiosa lección sobre el coraje en momentos de adversidad, y Dios le dio la oportunidad de devolver el favor a alguien más.
Joven vietnamita. Fuente: Pixabay
En otro asombroso caso, un veterano que solía desactivar bombas ahora deleita papilas gustativas con el dulce más delicioso, y un explosivo nombre..