Niño de 11 años no sorporta que sus amigos pasen hambre, así que abre un comedor comunitario

El pequeño va cada dia a todas las panaderías de la zona para recolectar el pan viejo del día anterior, y junto a su madre, sirve pan y leche a los niños de su barrio.

Alrededor del mundo, millones de personas tienen que lidiar a diario con el hambre y la pobreza. Estos flagelos marcan profundamente a la sociedad, así como la vida de todos quienes los padecen. Pero también afectan a todo aquel que aprecia a alguien que está viviendo dificultades.

Es por eso que un pequeño de 11 años de Argentina, llamado Alejandro, decidió que no podía quedarse con los brazos cruzados. Alejandro notó que muchos de sus amigos y compañeros pasaban hambre día a día, y tuvo que tomar la situación en sus propias manos.

En el barrio de Alejandro, hay gran cantidad de niños que viven el día a día con hambre. Y si bien la familia de Alejandro, de seis miembros, no es exactamente adinerada, el pequeño ha logrado hallar la forma de dar de comer a todos en el barrio.

Apoyado por su madre, Alejandro inauguró un comedor en su propia casa, donde cada día recibe a todos sus compañeros hambrientos. Les sirven pan con mermelada y arroz con leche.

Su madre ayuda de vez en cuando con algunos de los alimentos que reparten. Pero el grueso de los gastos, el pan, lo consigue el pequeño Alejandro completamente gratis, visitando todas las panaderías de la zona para recolectar el pan viejo del día anterior.

"Hay días que nos dan y días que no, pero con eso salimos adelante", explica la madre de Alejandro, muy orgullosa de la nobleza de su hijo.

"Yo trabajo y salimos en la camioneta a juntar chatarra y cartón, y día a día con eso tenemos la plata para comer. A veces se complica pero bueno, vemos de dónde podemos sacar para darle la leche a los chicos", dijo la señora.

La familia tiene planeado expandir el comedor, puesto que a medida que se corre la voz, más y más miembros de la comunidad visitan el hogar de la familia entre las 17:30 y las 19:00, cada día, buscando saciar su hambre.

Otro generoso niño, que recibió una compensación de 700 euros de parte del hombre que atacó fatalmente a su mascota, decidió donarlo todo a una asociación que defiende los derechos animales.