Mayte García, esposa de Cañizares: 'Cuando mi hijo murió hice una fiesta, no un entierro'
A más de un año de la triste muerte del hijo de Santiago Cañizares y Mayte García, la madre de cuatro ha manifestado su compromiso con la lucha contra el cáncer infantil.
En marzo del año pasado, Santiago Cañizares y su esposa Mayte García tuvieron que vivir la peor pesadilla de todo padre: perder a su hijo, Santi, uno de los trillizos del matrimonio.
Santi falleció a la corta edad de 5 años, víctima de un cáncer infantil. Mayte desde entonces ha mostrado un compromiso extraordinario con la lucha contra el cáncer.
En julio de este año, Mayte, asumiendo funciones de madrina, presentó un Proyecto Solidario de la cadena Sallés Hotel que buscar ayudar en la causa del cáncer infantil.
Durante la presentación, Mayte aprovechó la oportunidad para conceder una breve entrevista a la revista Lecturas.
"Mi hijo falleció en mis brazos, pero desde el minuto uno que se fue yo salí de la habitación del hospital sonriendo, flotando. Después de toda la rabia contenida, salió de mí decir: ‘No vas a ser una madre depresiva, vas a ser un ejemplo’", afirmó Mayte.
Tras el fallecimiento del pequeño Santi, Mayte ha asumido un rol central en varias organicaziones que defienden esta causa.
"Mi responsabilidad son mis hijas. Quería que sacaran una lectura positiva de la muerte de su hermano."
"En el hospital, días antes de que muriese, llamé a una soprano íntima amiga mía y le hice cantar cinco canciones que a él le encantaban", agregó Mayte.
"Cuando murió, no hice un tanatorio .Como durante los últimos meses de enfermedad él solo quería ir vestido de futbolista, lo incineramos vestido de la selección española e hice una oda por él, una fiesta, no hice un entierro al uso", confesó la esposa de Cañizares.
Santiago Cañizares y su esposa Mayte García perdieron a su hijo Santi más de un año. Para su primer aniversario decidieron dedicarle unas conmovedoras palabras.
Santiago publicó una foto de su hijo y le escribió: "hace un año que te marchaste buscando el paraíso que mereces. Tu sonrisa, tu ejemplo, tu lección... nos acompaña cada día. Y consigues que tu recuerdo no sea doloroso, si no orgulloso. Tu legado no tiene precio y a todos nos ha hecho mucho mejores. Gracias por tanto, hijo mío".