Orson Welles y Dolores del Río: una intensa historia de amor

La actriz era como “El Rey Midas”, todo lo que tocaba lo convertía en oro. Considerada una de las más bellas del mundo, su pasó por el cine dejó una gran huella.

Dolores del Río era una joven mexicana con mucha suerte que inició su carrera artística siendo una niña, pero años más adelante se convirtió en la diva de la pantalla grande en el país azteca.

Sobre su vida se pueden contar muchas cosas, pero una anécdota en particular, resalta su paso por la vida: Su relación con Orson Welles, con quien tuvo una intensa historia de amor.

OBSESIONADO CON ELLA

El actor y director de cine estadounidense, estaba obsesionado con Dolores desde que la vio en la cinta muda Ave del paraíso.

"Estuve obsesionado por ella durante años (…) Ella salía en una película que discurría en los mares del sur, una película muda y que tenía muchas escenas submarinas.”

“Ay, ¡cómo movía los piececitos! ¡Iba más ligera de ropa que ninguna otra actriz que haya visto en el cine desde entonces! ¡Y era guapa con locura!", recordó en una oportunidad Welles.

Dolores era 11 años mayor que él, pero desde que la vio por primera vez le cambió la vida. Él se limitó a encontrarla y la halló.

A mediados de 1939, en una importante fiesta de un famoso empresario, ya fueron vistos juntos.

Ella entonces estaba casada con el director Cedric Gibbons, de quien se divorció en febrero de 1941.

Él tenía 24 años, acaba de llegar de Nueva York a Los Ángeles y ya había conmocionado el mundo con la producción radiofónica de La guerra de los mundos, de HG Wells, que transmitió la cadena CBS en octubre de 1938.

Orson fue uno de los artistas más influyentes y misteriosos de los Estados Unidos.

EL CIUDADANO KANE

Cuando comenzó el rodaje de El Ciudadano Kane, Orson y Dolores vivieron una intensa historia de amor.

La primera mexicana que triunfó en Hollywood estaba en boca de todos por su romance con el director de cine.

Ella lo acompañó durante los 80 días de filmación de El ciudadano Kane. El rodaje comenzó el 30 de julio de 1940 y Orson Welles estaba feliz de estar al lado de la mujer que inspiró a pintores mexicanos como Miguel Covarrubias, José Clemente Orozco y Diego Rivera.

El Ciudadano Kane fue el escenario del romance. Para ese entonces, Dolores del Río abandonó su carrera y acompañó a Welles en toda la filmación, que concluyó el 23 de octubre.

Ella lo admiraba a tal punto que en alguna ocasión le dijo a un reportero: "Es un genio a la altura de cualquiera. Incluso de Shakespeare."

Para el estreno del filme, Dolores y Orson llegaron juntos. La pareja tenía planes de matrimonio y de películas juntos.

Sin embargo, intentaron varias películas que se quedaron en proyecto. Entre ellas, una versión de la conquista de México y de la novela Santa, de Federico Gamboa.

Luego, en noviembre de 1941 pusieron en marcha ‘Journey Into Fear’, una película en la que Dolores del Río sería la protagonista, sin embargo, dicha cinta fue la antesala del desenlace de su historia de amor, cuando Wells renuncia a la dirección para viajar a Brasil.

El viaje fue ordenado por su productora RKO y la película quedó en manos del cineasta Norman Foster, quien la concluyó.

ADIÓS AMOR

Durante el viaje de Orson Welles a Latinoamérica, el amor se esfumó. Seis meses pasó el productor en aquellas tierras lejanas y nunca contestó las cartas ni los telegramas de Dolores del Río.

Nadie sabe la razón, pero lo que sí se supo, fue que un año después, Welles se casó con la actriz Rita Hayworth y aunque en algunos viajes que hizo a México intentó reencontrarse con Dolores, ella nunca lo recibió.

Ella decidió seguir su camino en el cine en México, convirtiéndose en una de las actrices más aclamadas de la Época de Oro. El confesó a su hija Rebecca Welles, muchos años después, que aun casado con Hayworth, Dolores había sido en realidad el gran amor de su vida.

SU EXITOSA CARRERA

Dolores Asúnsolo y López Negrete (nombre real), nació en una familia acaudalada de México, quien a mitad de los años 20 conquistó Hollywood.

Su primera película en Estados Unidos la grabó en 1925: Joanna, del director Edwin Carewe, quien la había descubierto en México durante una boda.

Esa fue el abreboca, pues luego filmó al menos una decena de películas y, a diferencia de otras actrices, pudo saltar hacia el cine sonoro para continuar su carrera con éxito.

Es considerada también como una de las figuras femeninas más importantes de la Época de Oro del Cine Mexicano en los años 1940 y 1950.

En poco tiempo, logró posicionarse como una actriz protagónica, representando papeles de diferentes nacionalidades, incluso no norteamericanos.

Dolores del Río fue una actriz frecuentemente citada en la prensa española especializada en cine, de diferentes épocas, sin embargo, no siempre fue una relación afectuosa, debido a algunos descalabros, ocasionados por dos películas que no fueron bien recibidas en España.

TALENTO Y BELLEZA SIN IGUAL

Dolores fue una destacada actriz mexicana que pasó de dama de la alta sociedad a estrella de la pantalla.

Derrochó clase y talento por más de seis décadas, atrajo envidias y persecuciones, por su belleza y temple.

Convirtió en oro lo que tocó: cine, teatro, radio, televisión, obras benéficas y creó un estilo que imitaron todas las actrices latinas.

Marlene Dietrich dijo:

“Dolores del Río es la mujer más bella que ha puesto un pie en Hollywood.”

Mientras que el novelista británico George Bernard Shaw expresó una vez que: “Las dos cosas más hermosas del mundo son el Taj Mahal y Dolores del Río”.

Dolores, quien nació el 3 de agosto de 1904, es recordada como uno de los rostros más bellos que aparecieron en la industria fílmica de la época. Falleció hace 79 años el 11 de abril de 1983.

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