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Chiste: Una secretaria entra a la oficina del jefe para contarle 'malas noticias'

Vanessa Guzmán
15 sept 2019
17:20

El trabajo de una secretaria es mantener la oficina y la vida de los jefes en orden.

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Ese papel implica hacer malabares con mucho trabajo y, a veces, el resultado es bueno y, a veces, el resultado es malo.

Disfruta de las hilarantes vidas de algunas secretarias.

Mujer de pie sobre un escritorio, rompiendo la pantalla de la computadora con tacón de aguja. | Imagen: Getty Images

Mujer de pie sobre un escritorio, rompiendo la pantalla de la computadora con tacón de aguja. | Imagen: Getty Images

CUANDO TIENES BUENAS NOTICIAS... Y MALAS NOTICIAS

Sherry, la secretaria, entró en la oficina de su jefe y dijo: "Me temo que tengo malas noticias para usted".

"Sherry, cariño, ¿por qué siempre tienes que darme malas noticias?", se quejó su superior.

"Dime algunas buenas noticias por una vez."

"Muy bien, aquí hay buenas noticias", dijo la secretaria.

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"No eres estéril..."

LA IMAGEN DEL MILLÓN DE DÓLARES

George había respondido a una llamada de su abogado, insistiendo en que se reunieran de inmediato. Llegó a la firma de abogados y fue conducido a su oficina.

"¿Quieres las malas noticias primero o las terribles noticias?", preguntó el abogado.

"Bueno, si esas son mis opciones, creo que tomaré las malas noticias primero."

"Tu esposa encontró una foto por valor de medio millón de dólares."

"¿Esas son las malas noticias?". George estaba aturdido. "Si lo llamas malo, no puedo esperar para escuchar las terribles noticias".

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"La terrible noticia es que es de usted y su secretaria."

Mujer coquetea con un hombre mientras trabaja en su oficina. | Imagen: Getty Images

Mujer coquetea con un hombre mientras trabaja en su oficina. | Imagen: Getty Images

ALGUIEN ES MUY PRÁCTICO EN LA OFICINA

Las tensiones de la vida amenazaban con estrangular a Bill, y después de haber terminado una buena cena, se relajó sin pensar en una silla suave al lado del estéreo, con una bebida fuerte en la mano.

Su esposa no sabía nada de su estado nervioso, y ella se subió a su regazo con la idea de tratar de sacarle un abrigo de piel, y se acurrucó, murmuró y acarició.

De pronto, Bill explotó: “¡Dios mío! ¡Levántate! Tengo suficiente de esto en la oficina".

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EL FINAL CORTO DE LA CONVERSACIÓN

Un rabino que llegaba tarde a un juego de golf estaba de mal genio con varias personas cuyas llamadas telefónicas lo retrasaron.

Al día siguiente, su secretaria dijo: "Rabino, varios miembros de la congregación estaban realmente molestos con usted cuando los cortaste ayer".

En ese momento, un hombre que había estado sentado cerca de la recepción, se levantó y salió apresuradamente.

"¿Quién era ese?", preguntó el rabino.

"Oh, ese fue el Sr. Ruthenberg", respondió ella: "Quería hablarte sobre una circuncisión para su hijo".

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