Lucha Reyes 'La Morena de Oro': sufrimiento y muerte prematura de la reina de la canción criolla

La vida de la cantante mexicana estuvo llena de duros golpes que comenzó a recibir desde muy pequeña.

Lucha Reyes, mejor conocida como “La morena de oro”, fue una intérprete de música criolla peruana a quien la vida le brindó sufrimientos siendo una niña.

La reina de la música criolla en Perú, creció en un entorno muy precario, donde las necesidades abundaban. La dama de descendencia afroperuana tenía una potente voz y mucho talento, pero la muerte se la llevó a una temprana edad.

LA MUERTE DE SU PADRE Y LOS ABUSOS DEL PADRASTRO

Lucha creció junto a otros 15 hermanos, quienes surcaron su crecimiento rodeado de dificultades. Siendo todavía una niña tuvo que lidiar con la muerte de su padre, pero a ese sufrimiento se le suman los maltratos y abusos de su padrastro.

Tenía solo seis años cuando su progenitor falleció. Al estar a cargo del nuevo hombre que formó parte de la vida de su madre, se convirtió en víctima de maltrato físico y psicológico.

Para completar su tragedia, su casa se incendió y la familia se mudó a otra zona de Lima conocida como la cuna de la música criolla, lo que sin duda marcó el futuro de la pequeña Lucha Reyes.

Sin embargo, debido a la precaria situación económica de la familia, fue enviada al convento de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, a cargo de religiosas franciscanas.

Gracias a las religiosas, recibió una educación escolar básica, pero, sobre todo, le inculcaron valores que la acompañaron por siempre y con los que se creó una visión de la vida desde un punto de vista muy humano.

A pesar de todo lo malo que le tocó vivir desde muy chica, Lucha Reyes nunca borró la sonrisa de su rostro. Es muy probable que, gracias a su carisma, la cantante se haya convertido en una persona muy querida. Ella siempre se preocupó por el prójimo y ayudó a quien necesitaba una mano amiga.

SE CONVIRTIÓ EN ESPOSA DE UN POLICÍA

Lucha se casó muy joven. Tenía 16 años cuando unió su vida a un sargento de la Policía Nacional de Perú. Junto a él, fue nuevamente víctima de la violencia, pero a pesar de esos episodios tuvo dos hijos, Humberto y Alejandro.

Sus cicatrices por un primer matrimonio fallido no le impidieron volver a enamorarse y emprender una nueva relación junto a un hombre con el que tuvo una niña.

Para que no le faltara nada a su familia, Reyes vendía periódicos, lavaba ropa y trabajaba en las cocinas de diversos restaurantes. Pasaba el tiempo laboral cantando y la música la alejaba de las penas. Fue así, como descubrieron su talento desde su lugar de trabajo en un club criollo.

UNA CASUALIDAD QUE LA LLEVÓ A LA FAMA

El descubrimiento de su talento fue una casualidad. Ella estaba fregando platos cuando alguien la descubrió y promovió. Luego comenzaron a sonar sus canciones en la radio y muchos corazones de peruanos fueron tocados con los temas que componían para ella.

Lucha popularizó la música criolla, un estilo que mezcla ritmos afroperuanos y andinos, que además expresan los sentimientos de la población humilde.

Gracias a su talento musical, su vida comenzó a dar un giro en el que parecían desparecer las penurias. El éxito trajo la tranquilidad económica, pero de nuevo el sufrimiento tocó a su puerta cuando comenzó a tener problemas de salud. Le diagnosticaron diabetes, edema y disnea y pasó largas temporadas hospitalizada.

UNA BOCANADA DE FELICIDAD

En 1960, tras recuperarse de los problemas de salud, su carrera por fin arrancó. Triunfó en el teatro Pizarro con el vals ‘Abandonada’ y allí un cazatalento la integró en la famosa Peña Ferrando y empezó a viajar a otras ciudades realizando imitaciones de Celia Cruz, Olga Chorens, Toña la Negra y Celina González.

En la Peña estuvo hasta 1970. Su éxito era apabullante. Grabo discos y creó un estilo único que la llevó a ser acreedora de muchos premios.

Sin embargo, su salud volvió a resentirse en el tiempo en que ya era considerada una diva y era reconocida por todos los medios de comunicación como una gran intérprete de la música en Perú y otras fronteras.

DOS NUEVAS ENFERMEDADES

Lucha Reyes fue diagnosticada con hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca, dos enfermedades más que se le sumaron a su frágil existencia.

Pero a pesar de sus dolencias continuó dando pasos por el mundo artístico, aunque los médicos le dieron un serio aviso y le dijeron que su ajetreada agenda de compromisos y viajes la llevaría de nuevo a un hospital.

Ella debía someterse a controles y exámenes médicos constantes porque su salud estaba complicada. En 1973 los médicos le prohibieron que se subiera de nuevo sobre los escenarios y en ese momento le pidió al compositor Polo Campos que le escribiese una canción sentida.

Entonces surgió ‘Espera, corazón’, que se estrenó el 18 de enero. El esfuerzo realizado para cantarla empeoró mucho más su condición y además, comenzó a tener problemas oculares.

Lucha sabía que su final estaba cerca y le pidió al compositor Pedro Pacheco que le hiciera una canción de despedida.

‘Mi última canción’, formó parte de su cuarto y último disco. Ella ya estaba muy enferma, al punto que tenía que movilizarse en una silla de ruedas.

EL DOLOR DEL PUEBLO PERUANO

El 31 de octubre de 1973, cuando Lucha iba camino a una misa en la Sociedad Peruana de Actores con motivo del Día de la Canción Criolla, sufrió un paro dentro del auto donde viajaba. El infarto que le dio le quitó la vida a los 37 años y su muerte desencadenó el dolor del pueblo peruano.

Maquillada y con su mejor peluca, tal como lo pidió, fue velada frente a miles de personas que se despidieron de “La morena de oro”.

Conoce aquí la vida de otro famoso que tuvo una muerte prematura. El cantante gitano José Manuel Ortega se alzó en los años 70 por su voz rota y sentida, y luego abandonó todo para dedicarse por completo a la fe evangélica en los años 90.