Chiste del día: Un conductor de autobús tenía miedo de su pasajero
Siempre es útil una buena carcajada en cualquier momento del día, estando solo o con amigos. A continuación te contamos un par de divertidas historias que te alegrarán la jornada.
Ser conductor de autobús puede parecer un trabajo tedioso, pero de vez en cuando, se encuentran con historias poco ortodoxas que al recordarlas, resultan hilarantes.
Este fue el caso de Dave, un chófer que llevaba mucho tiempo manejando un autobús. Había visto la misma ruta alrededor de la ciudad y estaba al tanto de todas las rocas y alcantarillas en las calles.
Conductor de autobús. │Foto: Unplash.com
VAYA SORPRESA SE LLEVÓ
Pero un día, se enfrentó a algo que nunca había imaginado. Un hombre enorme subió a su autobús, tal vez era el hombre más grande que había visto jamás. El sujeto miró a Dave y dijo: "Big Eric no paga", para luego sentarse.
Desde ese momento Dave comenzó a poner su cuerpo en forma, se unió al gimnasio y trabajó duro durante ocho semanas. Finalmente, el conductor se hizo más fuerte y más grande que antes. Un día Eric subió de nuevo.
Como de costumbre, el pasajero musculoso lanzó la misma frase, "Big Eric no paga". Dave se levantó con los pies temblorosos y los dientes apretados, para decirle: "¡Oh, sí! ¿Y por qué Big Eric no paga?"
Eric miró a Dave y dijo: "Porque Eric tiene un pase de autobús".
UN MERECIDO RECONOCIMIENTO
¡Es hora de un chiste extra! En su último día de trabajo, un cartero caminaba al mismo vecindario al que entregó el correo durante 35 años, contra viento y marea, siempre llegaba a tiempo y nunca faltó un día.
Cuando llegó a la primera casa, se encontró con toda una familia que lo felicitó y le dio un sobre de regalo. En la segunda casa, recibió una caja especial de finos cigarros cubanos. En la tercera casa, una hermosa mujer abrió la puerta.
EL REGALO INESPERADO
Ella lo tomó de la mano, cerró la puerta detrás de él y lo llevó arriba a la habitación. La mujer lo abrumó con el amor más apasionado que jamás había experimentado.
Cuando tuvieron suficiente, bajaron las escaleras y ella le preparó un gran desayuno con huevos, papas, jamón, salchichas, panqueques de arándanos y jugo de naranja recién exprimido. Notó una moneda de un dólar sobre la mesa y le preguntó: "Eso fue increíble, pero ¿para qué sirve el dólar?".
Una moneda. | Foto: Unsplash.com
La mujer sonrió mientras lo miraba y le dijo: "Oh, eso, ayer le dije a mi esposo, 'mañana es el último día del cartero, ¿qué crees que deberíamos darles?' Él dijo: '[improperio]. Dale un dólar' ". El desayuno fue idea mía.
Si te reíste, sigue divirtiéndote con las ocurrencias de otra pareja que cayó presa de la pasión entre las sábanas.