La dramática historia de Julie Andrews: una infancia dura y un doloroso divorcio
Julie Andrews es una de las grandes reinas de Hollywood. Una de las pocas además que puede contar hoy con grandes roles protagónicos en la época clásica del cine y también en la actualidad.
Dulce, tierna y cálida. Así pueden recordarla quienes la conocieron como “La Novicia Rebelde” o la mágina niñera “Mary Poppins”. Incluso, quienes la vieron convertirse en abuela y reina de Genovia en el filme de Disney “El Diario de una Princesa”.
Pero más allá de glamorosos papeles y una muy exitosa carrera dentro del séptimo arte, a la par su vida personal ha estado llena de dolorosos momentos y duras pruebas a superar. Algunas de ellas reflejadas en su libro autobiográfico “Home Work: A Memoir of My Hollywood Years”, en referencia a sus años en la industria.
Julie Andrews como 'Emily Barham' en la película estadounidense 'The Americanization of Emily', el 14 de octubre de 1963. | Foto: Getty Images
Incluso The New York Times publicó un artículo en el que repasa la dura infancia que tuvo la gran protagonista de tantos filmes. Su memoria está llena de comentarios que reflejan los tiempos difíciles de pobreza y nada dóciles familiares. Pero ella lo recuerda sin autocompasión.
Su bisabuela era una sirvienta y su bisabuelo un jardinero. Mientras que ambos de sus abuelos maternos fallecieron a causa de la enfermedad de sífilis cuando la madre de la actriz, Barbara Morris, era aún muy joven. Una persona a quien Julie admiró profundamente.
"Mi madre era terriblemente importante para mí y sé cuánto la anhelaba en mi juventud pero no creo que haya confiado en ella completamente", reveló en una oportunidad.
Además de esto y las dificultades, la describía como una mujer que poseía un increíble talento como pianista clásica. Su padre era Ted Wells, un amable maestro. Alguien completamente opuesto a Ted Andrews, el padrastro de Julie y quien la adoptó y dio su apellido.
Pero también traería a su vida momentos de horror. Pues sumido en el alcoholismo él intentó dos veces meterse en la cama de una joven Julie Andrews que tuvo que colocar una cerradura a la puerta de su habitación.
Y para complicar más la historia que sin duda merece su propio guión de cine, cuando sacaba a su madre ebria de una fiesta, la mujer le confesó que su padre no era Ted Wells sino el hombre que había sido anfitrión de aquella noche de fiesta.
Un hombre con el que ella asegura en su libro sintió una electricidad que no pudo explicar. Lo aún más sorprendente es que nunca se lo dijo a sus hermanos. Lo habló por primera vez al plasmarlo en las páginas del libro.
A pesar de los alcohólicos padres y tíos y abuelos con enfermedades sexuales, queda claro que Julie Andrews jamás permitió que una infancia dura le afectara el camino al éxito. Es hoy en día una de las más grandes actrices, e incluso el rostro de varios de los personajes más memorables y dulces que nos ha permitido ver el cine desde hace más de tres décadas.
Este 2019, a sus 84 años de vida, ha publicado un nuevo tomo de lo que son sus memorias. Son esos recuerdos de una vida que vale la pena conocer y admirar.
Entre los momentos amargos de su trayectoria también se incluyen algunos que llegaron en la edad adulta. En 2010 murió su gran amor y esposo Blake Edwards. La pérdida de su presencia física sin embargo no desvaneció sus sentimientos.
Su matrimonio duró 41 años hasta que la muerte les separó y ella confesó que la clave de una relación duradera y estable había sido tomárselo todo un día a la vez. Hoy en día sigue recordándolo. “Uno lleva consigo ese amor para siempre”, aseguró.
Antes de esa estable unión estuvo casada con Tony Walton. Dijo que en ese entonces la crisis entre ambos hizo inevitable el divorcio y era una época en la que su cabeza estaba llena de basura. Tuvo que ir a terapia para poder sanar el dolor de esa separación y salvó su vida.
El legado de Julie es innegable. No en vano la conocen y disfrutan varias generaciones como el personaje que la convirtió en icono: el de Mary Poppins.
Su destreza con los niños y contagiosas canciones la han convertido en todo un éxito con niños de distintas épocas. La película que fue filmada en 1964 incluso ya cuenta con un remake que fue estrenado en 2019.
Mary Poppins es la historia de la niñera perfecta. Esa que sabe hacer que los niños se diviertan en casa y descubran las maravillas del mundo mientras les educa para asegurarse de que al crecer sean buenas personas. Es por eso que la hemos incluido en esta lista de las 20 mejores películas para ver con los niños.