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María Rubio: la historia de la famosa villana de TV y la tragedia que marcó su vida
A dos años de su muerte, recordamos a María Rubio, la reina de las villanas televisivas, su prolífica trayectoria en la pantalla y la tragedia que marcó su vida.
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Era el primer día del mes de marzo de 2018, y la Asociación Nacional de Intérpretes de México (ANDI) confirmaba la trágica noticia: la icónica actriz que supo encarnar a la pérfida Catalina Creel en Cuna de Lobos (Televisa, 1986-1987) había fallecido, a sus 83 años.
Escasos tres meses antes, la actriz había sufrido un terrible golpe del destino, al morir su hijo Claudio Reyes, cuando un camión de basura embistió la camioneta en que viajaba. En el accidente también falleció la actriz Maru Dueñas.
La veterana actriz tenía en su haber una carrera brillante y prolífica: 32 novelas contaron con su actuación, a lo largo de cinco décadas de trayectoria.
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Su primera aparición como actriz de telenovela fue en 1963, en la producción Doña Macabra.
María Rubio en su juventud. | Foto: Youtube/Las Estrellas
Entre las producciones en las que actuó, podemos mencionar Lágrimas amargas (1967), Lo que no fue (1969), La Constitución (1970), Las máscaras (1971), Me llaman Martina Sola (1972), Entre brumas (1973), Mañana será otro día (1976), Rina (1977) y Pasiones encendidas (1978).
En los años ochenta, su memorable papel como Catalina Creel contribuyó al éxito sin precedentes de la tira Cuna de Lobos, que marcaría un antes y un después para la producción de telenovelas.
María Rubio como Catalina Creel. | Foto: Youtube/Cuéntamelo YA!
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Ya en su madurez actoral, apareció también en Te amo (1984), Tú eres mi destino (1984), Abandonada (1985), Imperio de cristal (1994), No tengo madre (1997), Amada enemiga (1997), Amor gitano (1999), y Laberintos de pasión (1999).
Continuó actuando hasta 2012, cuando anunció su retiro tras su papel encarnando a Inés de la Borbolla en Una familia con suerte. Esta salida de la pantalla se debió a motivos de salud.
La actriz padecía de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que en sus últimos días la obligaba a usar un tanque de oxígeno y a trasladarse en silla de ruedas.
La tragedia, sin embargo, oscureció sus últimos días. Ante Univisión, su nuera Georgina Pedret, al momento de su muerte, afirmó: “El día del sepelio de Claudio ella pidió que Claudio viniera por ella e irse con él”.
Su insoslayable legado perdura en la memoria de quienes recuerdan su cautivadora actuación, y resulta un hito ineludible en la televisión mexicana.
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