La dura historia de transición de Bibiana Fernández: 'Rompí todas las fotos de mi infancia'
Bibiana Fernández participó en Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition. Allí conversó con Víctor Sandoval, Carmen Borrego y El Dioni, y se sinceró sobre la difícil experiencia de transicionar en los años 80.
Bibiana, posiblemente la mujer transexual más famosa de España, se emocionó al hablar de su difícil pasado, en un contexto mucho más cruel con las identidades trans como el que le tocó vivir hace décadas, durante su infancia y su transición.
Para dar una muestra de cómo se lleva emocionalmente con ese pasado desde un presente más feliz y más pleno, la actriz contó lo que ocurrió con las fotos que documentaban su infancia y su adolescencia con su familia en Málaga:
“Yo he sobrevivido a todas las fotos de mi infancia y de mi adolescencia, las rompí un día cuando fui a levantar la casa de mis padres”, contó. “Mi madre y mi tía las guardaban en una bolsa como si fueran las cenizas de alguien”, comentó, con un buen humor admirable.
Eso, sin embargo, no quiere decir que pretenda negar esas vivencias y esas imágenes. En sus propias palabras: “El pasado forma parte de ti”, y no son necesarios trozos de papel para recordarlo.
Y tampoco quiere decir que no se haya quedado con registros físicos de ese pasado. Las fotografías pueden no haber sobrevivido al momento de hacer limpieza de la carga material de tiempos lejanos.
Pero sí sobrevivió otro documento, muy importante para ella: recortes de periódicos y revistas sobre vidas de mujeres famosas que se parecían más a la que ella deseaba para sí misma.
“En cambio sí tengo todos los libros que había recortado con 12 y 13 años sin darme cuenta de que eran los planos de mi vida, lo que yo deseaba”, contó.
“Yo creo que la vida, la libertad, es elegir”, reflexionó. Y subrayó la paradoja de la felicidad que se encuentra en la elección de ser fiel a sí misma a pesar de un mundo que se mostró a menudo adverso y cruel:
“Me recuerdo feliz en la angustia, en el llanto, en la discriminación”, afirmó.
Se sinceró también sobre su experiencia de juventud, y la forma en que el entorno de la España de los años 70 reaccionaba al verla aparecer. Porque, cuenta ella, su llegada nunca estaba libre del juicio ajeno, que se hacía sentir.
“Cuando yo entraba en los sitios había ruidos y aprendí a distinguir los que eran de aprobación, de reproche o de mofa. Yo entraba en un sitio y era como si hubiera un panal de avispas gigantes”, recordó.
Repasaba así con admirable entereza un período de su vida del que no suele hablar en público. Hemos de agradecer su sinceridad, a ella y al afecto buen trato que recibió en la mesa de Ven a cenar conmigo.