Madre de adolescente que murió de COVID-19 narra su historia: no la pudieron volver a ver
El coronavirus no solo ha causado una crisis de salud mundial, sino que ha traído mucho sufrimiento a las familias que han perdido seres queridos.
Julie tenía solo 16 años y falleció a causa de COVID-19 en París. Su madre, identificada como Sabine narra la historia de cómo perdió a su hija.
La progenitora de la adolescente habló con AFP y le contó a dicho medio el calvario vivido en los últimos días de la chica.
Mujer llorando recostada de un sofá. | Foto: Pixabay
SOLO TENÍA TOS
Antes de que su madre comenzara a preocuparse por algunos síntomas, Julie solo tenía una tos normal.
En comunicación telefónica con AFP, Sabine reveló que en un principio intentó curarle el malestar con jarabe e inhalaciones, pero no funcionó. Poco después la chica comenzó a sentirse mal. Le faltaba el aliento y le era difícil recuperarlo.
La destrozada madre dijo que su hija no tenía problemas de salud particulares, pero que ante el cuadro que presentaba Julie decidió llevarle al médico.
Joven tosiendo con un pañuelo sobre su rostro. | Foto: Flickr
Una vez en el centro de salud, un médico de familia la examinó y ante lo que consideró una deficiencia respiratoria “aceptable” fue enviada a emergencia. Fue en ese momento que su mamá pensó en que la escena vivida parecía la cuarta dimensión.
Los bomberos llegaron con trajes de protección, mascarillas, guantes y demás parafernalia para trasladar a la adolescente al hospital más cercano.A Julie le pusieron una mascarilla de oxígeno, pero no sin antes ponerle un tapaboca de papel debajo.
Fue ingresada en el hospital Longjumeau en el área metropolitana de París.
Personal médico realizando pruebas de laboratorio. | Foto: Pixabay
DE REGRESO A CASA
Ante la situación que se vive en el mundo entero por el coronavirus, la madre de la paciente no podía permanecer en el centro de salud y fue enviada de regreso a casa.
Ya en su hogar, decidió llamar unas horas después al hospital para conocer sobre la condición de Julie.
Le dijeron que en un escaneo que le hicieron le detectaron opacidades pulmonares, pero que no eran nada grave. Los médicos también le notificaron que estaban esperando los resultados de una prueba de COVID-19.
Estetoscopio sobre documentos médicos. | Foto: Flickr
A pesar de que el personal del nosocomio le había dicho a Sabine que todo iba bien con su hija, una insuficiencia respiratoria cambió el panorama de manera radical.
En horas de la noche los médicos se vieron obligados a enviar a la adolescente al hospital infantil Necker de París.
Allí le aplicaron dos test más para determinar si era portadora del coronavirus, pero ambos salieron negativos.
Mujer preocupada con su mano sobre su frente. | Foto: Flickr
“ME DUELE EL CORAZÓN”
El lunes Sabine llevó a Julie al médico y ante un escenario aparentemente sin gravedad, el martes ya había sido ingresada a una unidad de cuidados intensivos.
Paredes azules decoradas con ositos rodeaban el lugar donde Julie luchaba por su salud. Debido a su edad, todavía era atendida en un área de pediatría.
Sabine llegó en horas de la tarde del martes al lugar para visitar a su hija. Julie estaba ansiosa y se cansaba rápido, recordó su madre.
Mujer con sus manos sobre su pecho. | Foto: PxFuel
La progenitora comentó que su hija le expresó cómo se sentía: “Me duele el corazón”, le dijo la chica a su mamá.
Como los resultados de la prueba para detectar COVID-19 dieron negativos, las enfermeras y médico no llevaban trajes especiales, solo su indumentaria normal.
El doctor le indicó a Sabine que Julie estaba fuera de peligro y con esa buena noticia se fue a casa esa misma tarde, para volver por su hija el miércoles.
Mujer con mascarilla sobre su rostro. | Foto: Pixabay
LA INESPERADA LLAMADA
Esa noche, estando en su hogar, Sabine recibe una llamada del hospital de Longjumeau en donde le hicieron la primera prueba para detectar coronavirus a Julie.
La madre es informada sobre el resultado y le revelan que es positivo. En medio de esa noticia Julie había comenzado a deteriorarse y estando en el hospital infantil tuvo que ser intubada para que pudiera respirar.
"No lo podíamos creer. Piensas: se equivocaron. ¿Y por qué estos resultados llegan tan tarde?", se preguntó Sabine.
Mujer sosteniendo un teléfono celular en sus manos. | Foto: PxFuel
Reflexionando acerca de la información que se ha masificado sobre el virus, la madre pensó que siempre dijeron que el COVID-19 no afecta a los jóvenes.
Por eso, en la llamada con la que AFP conversó con la madre de Julie, la hermana mayor de la adolescente, Manon, también intervino y precisó que lo expuesto arriba fue lo que ellas creyeron como todos los demás.
Con la angustia por la primera llamada, la familia de Julie atiende nuevamente el teléfono. Eran alrededor de las 12:30 de la noche cuando escuchan a través de la bocina: “¡Vengan rápido!”.
Habitación de hospital con dos camas vacías. | Foto: Pexels
TODO OCURRIÓ DE MANERA INESPERADA
En medio del pánico por la notificación del hospital donde estaba recluida Julie, Sabine y su familia corren hasta el lugar. Al llegar al centro de salud, alrededor de la 1:00 de la madrugada del miércoles, Julie ya estaba muerta.
Todo ocurrió de manera inesperada. Su hija acababa de fallecer y la madre solo sentía un dolor insoportable.
En una rápida oración, declaró a AFP que estaba conmocionada por perder a su hija y que además buscaba en medio del sufrimiento "el sentido de la vida y la obligación de continuar".
Mujer llorando desconsolada con las manos sobre su rostro. | Foto: Pixabay
NO LA PUDIERON VOLVER A VER
Debido a los protocolos de salud establecidos ante la existencia del virus, Sabine, Manon y el resto de la familia no pudieron volver a ver a Julie.
El proceso establecido ante el caso es bastante estricto y los seres queridos deben lidiar con el hecho de tener que decir adiós sin poder ver el cuerpo del fallecido.
El cuerpo de Julie permaneció en la sala mortuoria del hospital Necker. De allí no salió hasta el momento del entierro.
Habitación de hospital con camas vacías. | Foto: Pixabay
No hubo ceremonia velatoria y solo 10 personas pudieron acudir al campo santo para acompañar a Julie en el sepulcro.
"Tuvimos que elegir entre los familiares quién estará presente", explicó Manon. Julie no fue vestida y maquillada, la familia no tiene derecho a estar en contacto con el paciente fallecido.
La contaminación con coronavirus impide a los dolientes poder hacerse cargo de sus parientes murtos. El féretro permanece cerrado en todo momento.
Personas esperando en el pasillo de un hospital. | Foto: Pixabay
FORMA GRAVE DEL VIRUS
Sobre lo ocurrido con Julie, el director general de Salud, Jérôme Salomon, comunicó que la muerte de la adolescente se debió a una forma grave del virus.
Al parecer, se trató de algo extremadamente raro entre los jóvenes, los cuales, según explicación de los expertos, son los de más bajo contagio en medio de la pandemia que afecta al mundo entero.
Julie comenzó con una tos que su madre vio como normal, pero pronto mostró otros síntomas que la llevaron al hospital.
Medico usando una mascarilla para protegerse del contagio del COVID-19. | Foto: Pixabay
La adolescente de 16 años murió a causa del coronavirus. En medio de la noticia que se repetía en todos los medios de París, su familia, conmocionada por su partida no pudo recuperar sus pertenencias.
Todo fue quemado, solo les devolvieron una cadena que le dieron en su bautizo y una pulsera.
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