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Historia de cómo una bufanda blanca en la puerta 'ayudó a frenar el contagio' de la gripe española

Mayra Pérez
12 abr 2020
21:20

La nieta de una sobreviviente de la primera pandemia causada por el virus de la gripe, comparte la historia de cómo sus ancestros aplicaron medidas para que la niña no contagiara a otros.

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La Dra. Kara Goldman creció escuchando las historias de cómo vivió la gripe española su abuela Elinor en 1918, cuando apenas contaba tres años y fue la única contagiada en la familia.

La pequeña niña fue aislada en su habitación y no podía tener contacto con el mundo exterior, incluidos sus padres y su hermana, quienes siguiendo las advertencias establecidas en la época para evitar exponer a la comunidad a la enfermedad, se quedaron en el apartamento.

Sala de hospital preparada para enfermos de gripe, California, 1918 | Foto: Wikimedia Commons

Sala de hospital preparada para enfermos de gripe, California, 1918 | Foto: Wikimedia Commons

También guindaron una bufanda blanca en la puerta de la entrada de su hogar, como un aviso para los demás de que en el interior del apartamento, estaba presente el virus.

Para Elinor Elisberg Miller, todo el proceso fue muy aterrorizante y muy solitario. Solo podía ver el exterior través de su ventana, y las imágenes eran de ataúdes pasando en procesión.

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Luis, un octogenario, es dado de alta después de haberse curado de la infección por covid-19. | Foto de Alvaro Calvo vía Getty Images

Luis, un octogenario, es dado de alta después de haberse curado de la infección por covid-19. | Foto de Alvaro Calvo vía Getty Images

La gripe española infectó hace 100 años a un tercio de la población del planeta, alrededor de 500 millones de personas, matando al 10% de ellas. Sin embargo, las medidas de distanciamiento social, cuarentena y el pañuelo blanco en la puerta impidieron que la cifra fuera muy superior.

Además, muchos pacientes pasaban la enfermedad aislados en sus hogares en lugar de dirigirse a los centros de salud, lo cual evitaba el colapso de los hospitales, así como la diseminación del virus.

La abuela de Kara vivió hasta los 103 años, hizo una carrera universitaria en Biología y fue una dedicada docente. Tuvo hijos, nietos y bisnietos y disfrutó de una gran vida, al igual que sus padres y su hermana, porque todos supieron respetar las medidas en forma inteligente.

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Una pareja aplaude desde la terraza de su casa para mostrar gratitud a los combatientes del covid-19. | Foto de Ramón Costa a través de Getty Images

Una pareja aplaude desde la terraza de su casa para mostrar gratitud a los combatientes del covid-19. | Foto de Ramón Costa a través de Getty Images

En la actualidad, el COVID-19, a diferencia del virus de la gripe española, es contagioso cuando aún no da síntomas visibles, por lo cual nadie sabe quién puede estar siendo capaz de contagiar a otros, por lo que la única medida a tomar para evitar infectarnos e infectar a otros es evitar el contacto innecesario, aislándonos en nuestros hogares.

El mensaje de la Dra. Goldman hace un llamado a la conciencia de todos, pidiéndoles que se queden en casa para que algún día su nieto pueda contar la historia que vivió gracias a las medidas que tomaron sus abuelos.

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