Carmen Borrego, solitaria y devastada, lucha aislada contra el coronavirus
A pesar de todas las precauciones tomadas, la menor del clan de las Campos se contagió tres semanas atrás de coronavirus, y se ha visto muy afectada emocionalmente, debido a su estricto aislamiento.
A mediados de abril, Carmen Borrego comenzó a presentar un cuadro gastrointestinal agudo, acompañado con fuertes dolores musculares que le hizo sospechar que se había contagiado, por lo que decidió hacerse el test de COVID-19, el cual, según revela Lecturas en exclusiva, resultó positivo.
La hija de María Teresa Campos de inmediato se confinó a su habitación en medio de los terribles malestares que la mantuvieron en cama, mientras su esposo y compañero, José Carlos Bernal, se sometía al test, que por fortuna dio negativo.
Luego del impacto inicial, el mayor temor de Carmen era comunicarle la noticia a su familia, en particular a su madre, a quien todos intentan mantener tranquila y sin preocupaciones luego de los malos tiempos que les ha tocado vivir.
Pero también le causaba gran preocupación que el cuadro viral tuviese una evolución hacia algo más grave, como una neumonía severa que ameritara recibir atención hospitalaria, pero por ahora su cuadro ha ido mejorando y espera impaciente tener el alta médica.
Lo que sí ha sido un reto para la colaboradora de “Viva la vida” ha sido lidiar con el aislamiento total al que se ha sometido en la habitación de su residencia de Majadahonda, en Madrid, sin compartir ningún espacio con su esposo, quien tan solo le deja una bandeja de comida en la puerta.
La hermana de Terelu ha estado muy decaída emocionalmente, pero intenta distraerse con el televisor y hablando con familiares y amigos por teléfono. Su esposo ha sido un gran soporte para ella, por cuanto se ha hecho cargo de todo lo referente a su cuidado, hace las compras, cocina y atiende las actividades propias del hogar.
Se supo también que la madre de Carmen tenía planes de irse a pasar unos días con su hija, los cuales en definitiva quedaron cancelados, por lo que seguirá viviendo con su primogénita, quien mantiene un férreo control de su entorno para evitar que el COVID-19 entre a su hogar.