Estados Unidos flexibiliza las reglas que prohibían a los hombres gay donar sangre
El testimonio de Lukus Estok, un estadounidense de 36 años que sobrevivió al coronavirus y fue rechazado en el banco de sangre por su orientación sexual, puso nuevamente el foco sobre las normas discriminatorias a la hora de donar sangre. La FDA dio un paso hacia la flexibilización.
Lukus Estok contó su experiencia en las redes sociales, y luego a los medios. Tras una dura batalla contra el COVID-19 que lo hizo temer por su vida, finalmente consiguió recuperarse.
Su alto conteo de anticuerpos lo hizo ser seleccionado para donar plasma, que puede ayudar a otros a recuperarse. Pero al mencionar que era gay, el banco de sangre lo echó.
"No sólo no me dejaron ayudar, sino que estaba frente a otras personas que me decían que no era digno de donar, que no servía para estar allí", protestó Estok.
Como la misma FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, por su sigla en inglés) admitió en un comunicado publicado el pasado 2 de abril, la situación de los bancos de sangre en medio de la pandemia es crítica.
"La pandemia de COVID-19 ha causado desafíos sin precedentes para el suministro de sangre de Estados Unidos. Los centros de donación han experimentado una reducción drástica de donaciones", reconoce la entidad.
Sin embargo, en la flexibilización de las normas que presentan a continuación, la discriminación hacia los hombres gay se mantiene: se reduce de 12 a 3 meses el período estipulado según el cual un hombre no puede haber tenido relaciones con otro hombre antes de donar sangre.
También estipula el mismo lapso para mujeres que se hayan relacionado con hombres que hayan mantenido relaciones con otros hombres, y para quienes se hayan realizado tatuajes o perforaciones.
La normativa es una derivación de otra norma de los años ochenta, que imponía una prohibición de por vida a los hombres gay para donar sangre, redactada cuando el SIDA era una enfermedad amenazante, novedosa, poco estudiada, provocada por un virus que aún era de difícil detección y sin tratamientos efectivos.
Bandera del Orgullo formada con globos en Nueva York. | Foto: Pixabay
Por entonces se estigmatizó al HIV como un virus que sólo circulaba en la comunidad gay, y la FDA actuó en consecuencia. Esta norma, caduca desde 2015 (cuando se redujo la restricción a 12 meses), sin embargo, aún es tenida por válida en muchos centros, incluido el que visitó Lukus.
Tras constatar con dos exhaustivos cuestionarios que estaba en condiciones de donar lo expulsó sólo por la mención casual, fuera de cuestionario, de su orientación sexual.
“No donarás hoy”, le dijeron.
Numerosas agrupaciones médicas y de derechos humanos llamaron la atención sobre el hecho de que la norma es imperfecta, ya que rechaza potenciales donantes seguros en un momento de crisis.
Patrice Harris, presidente de la American Medical Association, propuso que las medidas que deberían implementarse podrían ser como las que tomó Italia en 2001, orientada a determinar riesgos.
Un cuestionario hecho con esa perspectiva, dice, "preguntaría sobre historia sexual reciente, sobre si el donante se inyectó drogas ilegales recientemente, quizás si ha tenido contacto con una persona infectada de una enfermedad contagiosa".
Así, por ejemplo, alguien en una pareja estable y con prácticas sexuales seguras sería preferible a alguien que se hubiera involucrado recientemente en acciones potencialmente peligrosas, independientemente de la orientación sexual.
La GLAAD y la Human Rights Campaign, asociaciones activistas LGBTQ+, también se han declarado contra estas políticas.
"Las crisis como el COVID-19 no discriminan. Nuestras políticas de donación de sangre tampoco deberían hacerlo", publicó HRC.
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