¡HOLA!: Raquel Perera declara la guerra a Alejandro Sanz porque él rompió su acuerdo verbal
La pareja anunció la separación hace un año, tras más de una década de matrimonio y dos hijos en común, Dylan y Alma, de nueve y seis años, quienes parecían el polo a tierra en esta difícil situación.
Alejandro Sanz y su esposa Raquel Perera anunciaron su ruptura por medio de un comunicado en las redes sociales, donde dejaban ver que la decisión era de mutuo acuerdo y que el amor, transformado, seguía existiendo en ellos como familia.
“Somos una familia y siempre lo seremos [...] Nuestra familia está por encima de cualquier cosa, es diversa y bella, como la vida y así permanecerá”, rezaba el comunicado de la psicóloga.
Sin embargo, la separación oficial de la pareja dio un giro inesperado tras la demanda de divorcio que presentó el cantante en España.
Alejandro Sanz estuvo en Miami, donde sigue viviendo Raquel junto a sus dos hijos. Al parecer en esa oportunidad ambos llegaron a un mutuo acuerdo sobre la repartición del patrimonio familiar.
No obstante, el cantante radicó la demanda de divorcio el 15 de abril en Pozuelo, Madrid, considerando que a la madre de sus hijos no le corresponde dinero alguno.
Su proceder parece que no solo sorprendió sino que molestó a Perera, quien puso su propia demanda de divorcio en Miami, con sus propias condiciones respecto a los bienes adquiridos durante el matrimonio y las obligaciones tras la separación legal.
Raquel, de acuerdo con el portal ABC, exige una pensión alimentaria de 40.000 euros, la repartición equitativa de los bienes adquiridos durante el matrimonio y la manutención de los niños en común.
Hasta el momento, la también empresaria ha decidido manejar un bajo perfil y no ha hecho declaraciones a los medios de comunicación sobre la separación de su esposo, quien ahora sostiene una relación con la cubana Rachel Valdés.
Esta actitud no difiere de la que adoptó siempre desde que se casó con el cantante español. Durante su matrimonio, ella estuvo dedicada a los temas de cosmética, a cuidar a sus hijos, y según sus propias palabras, a apoyar la carrera musical de Sanz.
La empresaria estudió psicología y realizó una especialización en comunicación y marketing, empleo que ejerció incluso como asistente de Alejandro hasta que se casaron.