Construir una verdadera autoestima: por qué decir a tus hijos que "son geniales" no funciona
No importa cuán sinceras y bien intencionadas sean nuestras charlas de ánimo, parece que nunca se asimilan cuando nuestros hijos están luchando contra la baja autoestima.
Como padres, escuchar a los niños hacer comentarios autocríticos crueles es desgarrador. Nuestro primer instinto tras oírlos decir cosas como “no puedo hacer nada bien” o “soy el peor niño del mundo”, es apresurarnos a contradecirlos.
Niño abrazando a su madre. | Foto: Shutterstock
Tratando de tranquilizarlos, rápidamente reunimos varios ejemplos de su talento y les decimos lo especiales que son. Sin embargo, según reseñó Psychology Today, cuanto más hacemos eso cuando dudan de sí mismos, más buscan decir lo contrario y recriminarse.
No importa cuán sinceras y bien intencionadas sean nuestras charlas de ánimo, parece que nunca se asimilan cuando nuestros hijos están luchando contra la baja autoestima.
Niña sentada en la oscuridad sosteniendo sus rodillas. | Foto: Shutterstock
AMOR PROPIO
Los gurús de la autoayuda y los artículos inspiradores a menudo promueven la idea de que tenemos que amarnos a nosotros mismos para tener una vida feliz y plena.
Esto no tiene sentido. ¿Cuántas personas se paran honestamente frente a un espejo y piensan que se aman a sí mismos? Y si lo hacen, ¿te gustaría ser amigo de esas personas? Probablemente no.
Lógicamente, tiene sentido que a los niños que se sienten mejor consigo mismos les vaya mejor en la vida, pero eso no es lo que revelan las investigaciones.
Niña abrazándose a sí misma. | Foto: Shutterstock
Roy Baumeister de la Universidad Estatal de Florida y sus colegas llevaron a cabo una revisión de investigación muy exhaustiva y concluyeron que una mayor autoestima no causa un mejor desempeño escolar.
No impide que los niños fumen, beban, consuman drogas o se involucren en una actividad sexual temprana. La alta autoestima tampoco conduce a relaciones más saludables.
Niña sentada en un banquillo con la mano en su frente. | Foto: Shutterstock
PROTEGER LA AUTOESTIMA
Cuando los niños se enfocan en proteger o aumentar su autoestima, puede ser contraproducente y encaminarlos al fracaso. Imagina a un estudiante que teme que le vaya mal en un examen.
Una estrategia de afrontamiento saludablemente sería comenzar a estudiar temprano, para tener suficiente tiempo para repasar viejos cuestionarios y asignaciones de tareas, y pedir ayuda adicional al maestro.
Niño mayor abrazando a uno más pequeño. | Foto: Shutterstock
Pero si el estudiante se concentra en proteger su autoestima, no hará nada de eso porque no querrá verse o sentirse “tonto”. En cambio, pospondrá el estudio hasta el último minuto.
De esa manera, si obtiene un bajo rendimiento en la prueba, puede proteger su autoestima diciéndose a sí mismo que no tuvo suficiente tiempo para estudiar, o que pudo haberlo hecho mucho mejor de haber estudiado más.
Niño con una camiseta roja, cruzado de brazos. | Foto: Shutterstock
Jennifer Crocker y sus colegas de la Universidad de Michigan (Crocker, Moeller y Burson 2010; Crocker y Park 2004), señalan muchas estrategias contraproducentes para proteger la autoestima.
Entre estas están: hacer trampa, mentir, ocultar errores, poner excusas, evitar desafíos, etc. Culpar o despreciar a los demás y responder con enojo a las críticas. Tratar de “verse bien” a veces puede sacar lo peor de las personas.
Niño gritando. | Foto: Shutterstock
IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA
Entonces, si perseguir y proteger la autoestima tiende a ser contraproducente, ¿significa esto que debemos abandonar por completo la idea de la autoestima?
No. Sabemos por estudios a largo plazo que la baja autoestima puede ser un factor de riesgo de depresión y trastornos alimentarios.
Niño triste sentado junto a una ventana. | Foto: Shutterstock
La investigación de Ulrich Orth en la Universidad de Berna y sus colegas (Orth y Robins 2013), muestra que la baja autoestima no es solo un síntoma de depresión. Predice y precede a la depresión en todas las edades, desde la niñez en adelante.
La baja autoestima también puede ser muy dolorosa emocionalmente. Cuando los niños se odian a sí mismos, la miseria puede sentirse intensa, generalizada e ineludible.
Niño sentado en el suelo frente a un ventanal. | Foto: Shutterstock
ESTRATEGIAS DE REFUERZO
Muchas de las estrategias obvias para tratar de ayudar a los niños con baja autoestima simplemente no funcionan. Por ejemplo, decirles a los niños con baja autoestima que son maravillosos puede hacer que se sientan peor.
En un estudio, Eddie Brummelman de la Universidad de Utrecht y sus colegas (Brummelman et al 2014), hicieron que los niños jugaran un juego de computadora en línea.
Primero, hicieron una ronda de práctica no competitiva, tras la cual algunos niños recibieron un mensaje de texto que les decía: “¡Guau, eres genial!”.
Niña sentada en el banquillo de un parque. | Foto: Shutterstock
Luego, los niños jugaron una ronda normal. Entre los que perdieron el juego, los que recibieron el mensaje “eres genial” antes de ser derrotados se sintieron más avergonzados que los niños que no recibieron este elogio.
Este efecto fue especialmente pronunciado en niños con baja autoestima. Escuchar que eran “geniales” hizo que se sintieran “inútiles, inferiores y expuestos”, al ver que sus acciones no habían estado a la altura de los elogios.
Varios niños sentados frente a ordenadores. | Foto: Shutterstock
Un estudio de Joanne Wood (Wood, Perunovic y Lee 2009), que involucró a estudiantes universitarios, mostró que incitar a aquellos con baja autoestima a repetirse a sí mismos la afirmación “soy una persona adorable” hizo que sus estados de ánimo empeoraran.
En lugar de aumentar su autoestima, esta autoafirmación positiva terminó resaltando y confirmando su creencia de que no son adorables. Los niños con baja autoestima son expertos en desestimar y descartar sus victorias.
Niño sentado frente a un ordenador. | Foto: Shutterstock
Otro estudio de Joanne Wood (Wood, Heimpel y Newby-Clark 2005), encontró que las personas con baja autoestima se sienten más ansiosas después de una victoria que de una derrota. Esperaban la derrota, pero la victoria parece sorprendente y peligrosa.
La razón por la que todas estas estrategias para aumentar la autoestima no funcionan es porque implican un mayor enfoque en uno mismo.
Animan a los niños con baja autoestima a pensar y evaluarse a sí mismos, lo que siempre hacen con dureza. El autoenfoque intensifica las emociones negativas y hace que los niños con baja autoestima se sientan peor.
Niño con la mirada perdita. | Foto: Shutterstock
LA VERDADERA AUTOESTIMA
La clave para liberarse de la baja autoestima es ir más allá del enfoque en uno mismo. La verdadera autoestima no se trata de creer que somos especiales o maravillosos. La autoestima real significa ser capaz de dejar de lado la pregunta: “¿Soy lo suficientemente bueno?”.
Piensa en cómo te sientes cuando te reúnes con un amigo cercano. Tu amigo te conoce, incluso en tus defectos, pero no estás sentado ahí preguntándote si le agradas o si te admira.
Niña con los brazos cruzados sobre una mesa. | Foto: Shutterstock
Esas preguntas ni siquiera surgen porque no estás pensando en ti mismo. En cambio, estás completamente concentrado en la conversación o actividad con este amigo, lo que brinda una sensación satisfactoria de tranquilidad y comodidad.
La autoestima real implica desarrollar este tipo de presencia plenamente comprometida en lo que estamos haciendo en este momento.
Cuando no estamos mentalmente retrocediendo y juzgándonos a nosotros mismos, somos libres de escuchar, aprender, intentar, experimentar, hacer y preocuparnos.
Niña jugando con semillas de diente de león. | Foto: Shutterstock
EL CAMINO HACIA ADELANTE
Para ayudar a los niños con baja autoestima a ir más allá del enfoque en sí mismos y que dejen de lado sus duras autoevaluaciones, Psychology Today destacó una investigación realizada por Richard Ryan y Edward Deci en la Universidad de Rochester.
Dicho estudio muestra que la clave radica en abordar las necesidades fundamentales de los niños, de conexión, competencia y elección. La conexión implica la construcción de relaciones significativas y satisfactorias que crean un sentido de pertenencia.
Niño con actitud asertiva. | Foto: Shutterstock
La competencia significa abrazar el aprendizaje y desarrollar el dominio. La elección se trata de tomar decisiones que reflejen valores personales.
No necesitamos “impulsar” la autoestima de nuestros hijos. En cambio, queremos aliviar el duro enfoque en uno mismo que es la causa principal de la baja autoestima ayudándolos a conectarse con algo más grande que ellos.
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