Ana María Aldón no entiende a Rocío Carrasco pero admite que la respeta
El titular de una reciente entrevista concedida por la esposa de Ortega Cano ha generado polémica, y ella ha optado por explicar lo que habría querido decir.
Si bien esas fueron las palabras que dijo, Ana María Aldón considera que al titular le faltó contexto. Por esta razón, decidió aclarar en ‘Viva la vida’ cuál es su postura respecto a la actitud de Rocío Carrasco.
“Yo no entiendo la postura de Rocío Carrasco, pero no me queda más remedio que respetarla”, explicó Ana María.
Para Aldón, resulta incomprensible la actitud de Rocío con sus hijos, verdaderas víctimas en todo lo ocurrido. Aún recuerda las lágrimas de Flores cuando coincidieron en ‘Supervivientes 2020’.
Sin embargo, la exsuperviviente explica que no conoce a Carrasco y apenas ha coincidido con ella una sola vez, por lo que la verdad es que debe aceptar lo que hace sin juzgarla ni hablar al respecto.
Eso sí, Aldón expresa su deseo porque las cosas se resuelvan favorablemente para todos y que encuentren el mejor camino donde puedan andar juntos.
“Es triste lo que está pasando, pero lejos de tirar más leña al fuego lo que hago es tirar por un camino conciliador”, dijo Ana María a la revista Semana.
OTRAS ACLARATORIAS
Entre los puntos que se tocaron en la entrevista que Ana María dio a la revista, está la supuesta relación que se ha restablecido entre Carrasco y su hermana Gloria Camila.
Al respecto, la esposa de Ortega Cano niega que tal acercamiento haya ocurrido, pero no siente que sea la persona indicada para responder a eso.
Tampoco podía faltar el incómodo tema de los rumores acerca de la sexualidad de su esposo, a quien considera el amor de su vida.
Ana María expresó cuánto le molestan tales insinuaciones tanto a ella como a Ortega Cano, y pidió que le muestren pruebas, enfatizando que su marido es “un hombre muy hombre”.
Por ahora, su vida matrimonial está en uno de sus mejores momentos, a tal punto que posiblemente celebren una nueva boda.
En tono de broma, Aldón agregó que esta vez diseñaría su propio vestido, evitándose así volver a vivir la situación legal que tuvo con el diseñador de su primer traje de novia y contra el cual perdió una batalla legal.