Apartamento pequeño, sin dinero y con un viejo Ford: inicios de la Reina Letizia en Madrid
A pesar de que pareciera que la monarca española ha vivido toda su vida rodeada de lujos, esto no es cierto. De hecho, tuvo que enfrentar un momento muy precario cuando llegó a la capital española.
La reina consorte Letizia Ortiz es una mujer que con su actitud y buen gusto ha logrado convertirse en un ícono de elegancia en España.
Sin embargo, antes de llegar hasta donde está hoy y vivir con todos los lujos que ahora tiene, Letizia era una persona como cualquier otra cuyos problemas llegaron a ser mayores que los de muchos.
La reina Letizia escucha el discurso de su esposo en la Asamblea Nacional de París. | Foto: Getty Images
Probablemente una de las épocas más difíciles con las que tuvo que lidiar Letizia fue aquella en la que arribó a la capital española.
La reina llegó a Madrid siendo tan solo una joven de 15 años de edad. Su padre, Jesús Ortiz, había sido trasladado por motivos laborales así que toda la familia debió irse con él.
La reina Letizia posa en los jardines del palacio de Marivent, el 4 de agosto de 2019. | Foto: Getty Images
A diferencia de lo que muchos podrían pensar, Letizia empezó viviendo en un departamento muy pequeño en Rivas Vaciamadrid un pueblo aledaño en la carretera de Valencia.
En aquel entonces su familia tenía tan poco dinero que ni siquiera podían darse el lujo de comprar una estufa para hacerle frente al frío, así que debían utilizar más ropa de lo usual en su día a día para poder calentarse.
“Las tres hermanas iban con batas gruesas y, debajo, pesados pijamas y camisetas y calcetines por encima de los pantalones, y las narices y los labios azules de frío”, comentó el primo de la monarca, David Rocasolano, según reseña Lecturas.
Aparentemente la dieta alimenticia de Letizia y el resto de su familia era bastante limitada para aquella época. De hecho, según contó el pariente de la reina, en las noches solo comían acelgas.
La reina Letizia de España saludando al público. | Foto: Getty Images
A pesar de eso, Jesús Ortiz siempre se esforzó para darle a todas sus hijas la mejor calidad de vida posible y llevarlas a vivir nuevas experiencias.
Cada verano trataba de organizar viajes por otros países de Europa, iban en un viejo Ford Escort y se quedaban en tiendas de campaña, pero así fue como conocieron ciudades como París y Roma.
Sin duda ha debido ser una época difícil, pero también sumamente hermosa pues fue el inicio para conseguir toda una vida de lujos.