Chiste del día: Un hombre entra a un bar y ordena 3 cervezas cada día
Un hombre ordena tres cervezas cada día en un bar, y enciende la curiosidad del cantinero. Cuando le preguntaron el porqué, dio una sorprendente explicación.
Paul McLean, irlandés, se mudó a un pueblo pequeño, County Kerry. La primera vez que fue al pub local, ordenó tres cervezas y se sentó solo en un rincón. El cantinero, intrigado, levantó una ceja, pero lo dejó ser.
Cantinero. | Foto: Pexels
Le sirvió las tres cervezas requeridas. Cuando el cliente las terminó, ordenó otra ronda de tres. Y cuando terminó con sus segundas tres cervezas, pidió otras tres más. Tras eso abandonó el establecimiento, con el paso incierto de quien se ha bebido nueve pintas.
A la noche siguiente, McLean regresó al bar, y repitió la secuencia: ordenó varias rondas de tres cervezas. Y la noche que le siguió, hizo lo mismo. Y la otra.
Con el correr de los días y de las pintas, McLean se formó una sólida reputación de borrachín en County Kerry. Todo el mundo comentaba sobre el hombre que se pedía las cervezas de a tres. Una noche, la curiosidad venció al cantinero:
"No quiero ser indiscreto, pero la gente se pregunta por qué usted siempre ordena las cervezas de a tres".
McLean le dedicó una amplia sonrisa de dientes amarillos y bebió otro largo trago de su cerveza. "Ha de lucir raro, ¿no?", comentó. El cantinero aguardó que se explayase.
Hombre bebiendo. | Foto: Pexels
"Verá, tengo dos hermanos. Uno se fue a América, y el otro a Australia. Nos prometimos que siempre ordenaríamos dos cervezas extra al beber, para honrar el vínculo familiar".
La respuesta impresionó favorablemente al cantinero, y el rumor pronto se esparció por todo el pueblo. De borrachín del pueblo, se convirtió en un hombre respetado por su compromiso.
Un día, McLean llegó al bar, y ordenó solo dos cervezas. Los pueblerinos interpretaron lo peor: que uno de sus hermanos habría muerto. Alzaron sus plegarias por el alma del difunto.
Al día siguiente, el cantinero se atrevió a darle las condolencias: "Aquí en el pueblo queremos expresarle nuestro pésame por la muerte de su hermano. Notamos lo de las dos cervezas", le dijo.
Bebidas en un bar. | Foto: Pixabay
McLean lo miró sorprendido. Y entonces explicó, con la naturalidad que lo caracterizaba: "No, amigo, mis hermanos gozan de buena salud. Soy yo que he decidido dejar la bebida".
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EL BEBEDOR PRECAVIDO
Una noche, un hombre entró a un bar y ordenó diez shots del mejor whisky. El cantinero sirvió las bebidas, e iba a seguir con lo suyo, pero notó que el cliente alzaba el primer shot y lo volcaba íntegro en el suelo.
Tras eso, el hombre levantó el último de la fila, y también lo volcó enterito sobre el suelo de madera de la cantina. El cantinero lo increpó: "¿Pero qué hace, buen hombre?"
"Bueno", le respondió, "es que el primer trago siempre me sabe horrible, y el último normalmente me cae mal".
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Fuentes: Jokesoftheday, Thrillist