Mamá reconoce en la tele a su hija cruzando sola la frontera 6 años después de verse por última vez
Cuando Glenda Valdez vio a su pequeña de 8 años en la televisión, por un momento dudó de su cordura. ¿Cómo su hija, que estaba en Honduras, de repente aparecía en la frontera con EE.UU. y sola?
Días atrás trascendió que Emely Antonia Domínguez Valdez, de tan solo 8 años de edad, cruzó sola la frontera entre México y Estados Unidos mediante el Río Grande.
Sin saber qué hacer o cómo contactar a sus familiares, se entregó a las autoridades estadounidenses.
Parece que la menor le perdió el paso al guía que poseía el contacto de sus familiares en EE.UU., y que la llevaría hasta Texas.
Por eso, a una aterrada Emely le tocó caminar sola por senderos embarrados y peligrosos. La migrante oriunda de Honduras buscó a la Patrulla Fronteriza después de cruzar el río y se entregó.
APARECIÓ SU MADRE
Glenda Valdez, madre de Emely, se enteró de que su hija estaba en EE.UU. a través de las noticias. Según relató a Univisión, no tenía ni idea de que el padre de la pequeña la iba a enviar a la frontera.
"Yo hace seis años me vine para Estados Unidos. Tenía dos niñas allá con mi mamá. Cuando me vine, (el padre) me quitó a mi hija mayor. Entonces la más chica la dejó con mi mamá", reveló Valdez, según recogió People.
Glenda, madre de Emely. | Foto: YouTube/Univision Noticias
En las pocas conversaciones que tuvo con Emely antes del incidente, ella nunca le comentó que viajaría.
“Fue algo asombroso y muy doloroso. Me asombré porque yo no sabía que venía (a EE.UU.). Me espanté mucho cuando vi su foto. Todo fue muy confuso para mí”, aseguró la señora a Univisión.
Por suerte, el reencuentro entre madre e hija ocurrirá pronto, y parece que ninguna será deportada.
“Le pido a Dios que por favor esto acabe. Mis ansias de ver a mi hija y de escucharla son grandísimas. Me estoy muriendo por abrazarla”, añadió.
A través de las cámaras de Univisión, Valdez le mandó un sentido mensaje a su pequeña. Al borde del llanto, la madre dijo:
“Hija, te quiero decir que estoy muy feliz de saber que voy a poder verte y abrazarte, porque estoy creyendo y confiando en Dios en que así va a ser. Vamos a poder estar juntas tus hermanas y yo. Te amo mucho. Te quiero ver, te quiero abrazar. (...) Te tengo en mi corazón siempre.”
En otra historia similar, un granjero tejano encontró a cuatro niñas y una bebé abandonadas y hambrientas en la frontera. Lee la nota completa, aquí.