El drama de Noemí, la abuela de los niños de Godella: "Me decían que la loca era yo"
Continúa el juicio del caso que conmocionó a Godella en 2019, cuando dos niños fueron brutalmente asesinados. El testimonio de la abuela resulta desgarrador.
Luego de ser escuchadas las declaraciones de María y Gabriel, padres de Amiel e Ixchel y presuntos culpables del asesinato de los niños, testificó la abuela. Sus palabras expusieron a un sistema incapaz de proteger a los niños.
La lucha de Noemí por proteger a sus nietos fue feroz, pero lamentablemente también fue inútil. No solo fue ignorada por las diversas instituciones a las que acudió, sino que terminó siendo rechazada por su hija.
EPISODIOS DE LOCURA
Fueron muchos los incidentes que ocurrieron en el seno de la familia de María, hija de Noemí. Y para esta abuela, todos eran señales muy claras del peligro que corrían sus nietos.
En febrero de 2019, un mes antes de los crímenes, María estuvo más de 12 horas desaparecida. Llevaba a su hija pequeña, en ese momento de 5 meses de nacida. Noelia la encontró en una huerta “buscando a sus ancestros”.
La pequeña estaba fría y hambrienta. Ante esto, la abuela convenció a su hija de buscar ayuda psiquiátrica. Pero todo se volteó en su contra.
“La psiquiatra me dijo que mi hija estaba bien, que solo estaba algo nerviosa. Me dijo que yo era muy controladora”, contó Noelia en el juicio, según recoge Telecinco.
Dos días antes del asesinato de los niños, María le escribió a su madre: “Gracias por todo, Creador. Me voy contigo. Adiós mamá”. La angustiada mujer llamó a la policía, pero se conformaron con verificar que los cuatro estaban vivos. Debió lidiar con la ira de Gabriel y María, quienes rechazaron su intromisión.
MUCHAS DENUNCIAS
El mismo 13 de marzo, Noemí alertó a las autoridades por las faltas de su nieto Amiel al colegio. Aunque llamaron al hogar del niño, escucharon la excusa de María sobre el nuevo trabajo de su esposo y quedaron convencidos.
El último intento de Noemí fue apenas horas antes de la tragedia, cuando logró comunicarse con la Fiscalía de Menores y hacer la denuncia. Aparentemente, alguien olvidó poner el sello de urgente y no acudieron al hogar de la familia.
Cuando Gabriel la llamó para notificarle de la desaparición de su hija y nietos, Noelia llamó por última vez a la Guardia Civil. Le pidieron que se quedara en su hogar y que pronto le darían las novedades del caso.
Aún espera esa llamada en la que le notificarían que sus nietos estaban muertos y que los presuntos culpables eran su hija y su yerno.