Dejó a su esposo tras 20 años por un joven y él la abandonó "por ser vieja" - Historia del día
Mercedes estuvo dos décadas casada con Felipe. Durante unas vacaciones, conoció a Damião, un joven que se llevó su corazón. Y su billetera.
En términos materiales, la vida de Mercedes era muy próspera. A sus 49 años, tenía dos hijos que estaban entrando en la adultez, un matrimonio estable, y una carrera próspera como agente inmobiliaria.
Pareja de mediana edad. | Foto: Shutterstock
Para festejar sus 50, organizó un viaje soñado hacía mucho tiempo: un crucero por Sudamérica. En un principio pensó en hacer de ello una salida familiar, pero para esas fechas sus hijos estaban en plena cursada en la universidad.
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Felipe, su esposo, en un principio aceptó. Pero luego una consulta con su cardiólogo no salió tan bien como esperaba, y el galeno le recomendó quedarse en casa mientras se realizaba estudios adicionales.
"No dejes de hacer tu viaje por mí", le dijo a su esposa. "Llévate a tus amigas y diviértete, ya buscaremos la forma de celebrar en familia a tu regreso".
Mercedes no necesitó que se lo dijera dos veces. Enlistó a Valeria y Nuria, sus amigas de toda la vida, y las tres se embarcaron en la travesía.
El entorno de ensueño del barco y los pintorescos puertos pronto le hicieron desear que la aventura nunca se terminara. ¡Qué diferentes eran las noches de bailes y casinos de su cotidianeidad gris!
Crucero. | Foto: Pixabay
¡Qué distintas eran las playas de su día a día de casas vacías y oficinas repletas de papeles! Ella, Nuria y Valeria se sentían rejuvenecidas.
Cuando, en las playas de Río de Janeiro, conoció a Damião, el impulso del coqueteo le surgió como una travesura. Una que pronto fue demasiado lejos.
Damião era un muchacho simple, que trabajaba de preparar tragos en la playa. Tenía apenas 26 años, y en él Mercedes halló toda la vitalidad que Felipe había perdido hacía mucho tiempo.
Mercedes decidió, primero, prolongar sola su estadía en Río al final del crucero, con la excusa de la cercanía de los carnavales. Nuria y Valeria intentaron disuadirla, pero sin efecto.
Las semanas se hicieron meses. Obnubilada por los encantos de su joven galán carioca, Mercedes llenó a Damião de regalos.
Cuando finalmente Felipe se enteró de lo que ocurría, ella decidió quemar los puentes. "Es que ya no te quiero, encontré otro amor", justificó. Y le pidió el divorcio.
Joven atlético en la playa en Río de Janeiro. | Foto: Shutterstock
En Río, Mercedes compró un apartamento en una zona muy chic. No tuvo problemas en ponerlo a nombre de Damião: era más simple así, dado que aún no estaban casados y ella no era ciudadana brasileña.
Pero una vez que Damião tuvo su título de propiedad en mano, todo empezó a cambiar. Empezó a darle excusas para salir por las noches sin ella, y el fuego de los primeros meses pareció apagarse.
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Un buen día, Mercedes esperó a su jovencito hasta pasado el amanecer. Él llegó pasado de copas y desarreglado, con marcas de labial en la ropa. Ella lo increpó, y no obtuvo la respuesta que esperaba.
"Mercedes, mírate, eres vieja, no tienes una sola curva en su lugar. ¿Qué quieres? ¿Que me quede aquí todas las noches a marchitarme contigo como tu exesposo? Mira, creo que será mejor que te vayas", le dijo él.
Ese fue el acabóse. Con lágrimas en los ojos, Mercedes empacó sus maletas y se marchó a un hotel. Intentó llamar a sus hijos, pero desde hacía más de un mes que no le atendían el teléfono.
Maletas. | Foto: Pixabay
Con quienes pudo comunicarse aquel día fue con sus amigas. Siempre fieles, ambas le dieron consejo y consuelo. Pocos días más tarde estaba de regreso en su ciudad, durmiendo en el cuarto de huéspedes de la casa de Nuria.
Con el paso de los meses, Mercedes consiguió recomponer la relación con sus hijos, y reinsertarse en su profesión. Tras terminar los trámites del divorcio ha vuelto a buscar pareja, pero por el momento no ha tenido suerte. No ha vuelto a saber de Damião. Si alguien le pregunta al respecto, siempre responde con un viejo proverbio: "No todo lo que reluce es oro". Acto seguido, cambia rápidamente de tema.
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Esta es una obra de ficción. Nombres, personajes, negocios, eventos e incidentes son productos de la imaginación del autor. Cualquier parecido con personas reales, vivas o fallecidas, o hechos reales es pura coincidencia.