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Una rosa en el suelo | Foto: Shutterstock
Una rosa en el suelo | Foto: Shutterstock

Anciano con una rosa en la mano salva a una joven de ser arrollada por un auto - Historia del día

Vanessa Guzmán
14 oct 2021
15:00

Anna tenía prisa por encontrarse con su novio cuando un hombre mayor evitó que la atropellaran. Cuando le explicó el motivo de su distracción, el hombre le dijo algo que nunca olvidaría.

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Anna había estado haciendo diligencias para su madre toda la mañana. Estaba tan ocupada tratando de hacer las cosas que se olvidó de su cita con su novio, Julián. Él no era la persona más paciente del mundo y había estado enviando mensajes de texto a cada rato.

Luego comenzó a enviarle mensajes de voz. “¿Dónde estás, Anna? ¡No te voy a esperar todo el día! ¡Deberías haberme dicho que estabas ocupada! ¡Tienes que llegar aquí de inmediato!", exclamó en el último audio.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Anna le respondió que finalmente había terminado y estaba en camino. Con suerte, eso sería suficiente para calmarlo. Se suponía que iban a almorzar la feria de comida de un centro comercial, y Julián odiaba esos lugares.

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Mientras Anna seguía mirando su teléfono al tiempo que iba caminando apresurada para encontrarse con su novio, no se dio cuenta de que había cruzado la calle con un semáforo en verde.

De repente, hubo un fuerte bocinazo de un automóvil y una mano agarró su brazo para tirar de ella hacia atrás. Tropezó, pero la mano evitó que se cayera.

"Jovencita, debería prestar más atención cuando camina", dijo un hombre. Anna miró hacia arriba y vio a un señor mayor. La había salvado de ser atropellada por ese coche.

“Oh, señor. ¡Lo siento mucho! ¡Muchas gracias! Solo tenía prisa”, le explicó al hombre que se inclinó para recoger una rosa que había dejado caer.

“Bueno, su bienestar es lo primero, señorita. Nunca olvides eso”, dijo el anciano. Todos seguían esperando el momento de cruzar cuando Anna notó la rosa que sostenía el hombre.

"Prestaré atención la próxima vez, lo juro. Entonces, ¿a dónde va, señor? Esa es una hermosa rosa", dijo Anna.

"Oh, es una larga historia, y tienes prisa", respondió el hombre.

“Me acaba de salvar. Creo que tengo tiempo para escuchar su historia si le parece bien", decidió Anna. Julián no estaría complacido, pero ella quería saberlo todo.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Bueno, lo primero es lo primero. Mi nombre es Francisco Sarmiento, y conocí al amor de mi vida aquí mismo en este cruce de peatones hace más de 40 años”, contó el hombre, mientras estaban parados en la acera con decenas de personas caminando a su alrededor.

"¡Ohhh! Mi nombre es Anna. ¿Me puede decir más?", respondió. La chica era una romántica empedernida.

“Bueno, el nombre de mi esposa era Laura. Nos conocimos aquí mismo en este lugar. Pensé que era la chica más hermosa que había visto en mi vida, pero luego crucé la calle sin mirar…”, reveló Francisco.

"¿Lo atropellaron?", preguntó Anna.

"Sí. Fue horrible. Tuve varias fracturas y me llevaron de urgencia al hospital. ¿Pero sabes quién vino conmigo? Laura”, dijo el hombre mayor con una sonrisa.

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"¡No!", exclamó Anna, sonriendo también.

"Sí. Básicamente éramos desconocidos, pero ella se subió a la ambulancia y se sentó junto a mi cama en el hospital. Hablamos de todo y nos conocimos. Luego, cuando necesité meses de rehabilitación y toneladas de ayuda, pensé que ella se iría y se olvidaría de mí”, suspiró Francisco.

"¿Pero ella no lo hizo?", comentó Anna.

"Tienes razón. Ella se quedó. Ella me ayudó con todo, y tan pronto como estuve lo suficientemente bien como para arrodillarme, le propuse matrimonio. No dejas ir a una chica así. Estuvimos casados ​​por 45 años y todos los días le compraba una rosa”, continuó el anciano.

"Eso es tan romántico", dijo la soñadora joven.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"Sí. Laura falleció el año pasado, pero todavía le compro una rosa todos los días y se la llevo a la tumba. Es un hábito que no puedo romper. Cuando tienes una buena mujer como ella, la aprecias todos los días. De hecho, estoy de camino al cementerio", explicó Francisco.

“Oh, te retrasé. Lo siento", se disculpó Anna.

"No te preocupes por eso. Me alegro de haber estado allí para agarrarte antes de que sucediera algo malo. Probablemente también tengas que irte ahora”, comentó el hombre mayor.

"Bueno sí. Mi novio me espera y no tiene mucha paciencia. Por eso tenía prisa", dijo Anna.

"No te retendré más entonces. Pero voy a darte un consejo. Un hombre que realmente te ama no comprometerá tu bienestar por nada. Fue un placer conocerte, Anna”, afirmó el anciano, se inclinó con el sombrero en la mano y se fue.

Anna se quedó en el paso de peatones durante un largo rato pensando en la historia de ese hombre. Pensó en cómo Julián necesitó toneladas de apoyo durante su último año de universidad. Anna le preparó la comida, lo ayudó a estudiar e incluso pagó algunas de sus facturas.

Pero él nunca agradeció ni reconoció todo lo que ella hizo. Al contrario, casi parecía odiarla. Y se había convencido a sí misma de que su relación era normal porque todos decían que el verdadero amor no existe.

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“Bueno, ahora sé que sí existe y lo voy a encontrar”, pensó con convicción. En ese momento, sonó su teléfono. Era Julián de nuevo, y probablemente le gritaría por no haber llegado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"¡¿Dónde estás?!, gritó Julián cuando ella respondió, pero Anna lo interrumpió.

"No importa dónde esté porque no iré al centro comercial contigo. Terminamos. Ve a buscar a alguien que aguante a un novio tan horrible porque ya no quiero estar contigo", expresó y colgó la llamada.

Anna sonrió y finalmente cruzó la calle. Estaba libre de Julián y lista para encontrarse con el hombre indicado.

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • No te quedes con alguien que no te valora: Algunas personas tienen tanto miedo de estar solas que no se dan cuenta de lo horribles que son sus parejas. Afortunadamente, Anna abrió los ojos y se deshizo de Julián.
  • Las personas mayores dan buenos consejos: Anna escuchó lo que Francisco tenía que decir y prestó atención a su sugerencia.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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