Presos cosen colchas para niños en hogares de acogida: no quieren que se sientan olvidados
Los internos de una prisión en Estados Unidos han dado el ejemplo de cómo se puede hacer un bien a la comunidad sin importar la situación. Se han puesto a coser mantas para los niños en orfanatos.
En el pasado, la costura de mantas fue una labor asignada tradicionalmente a los roles domésticos y de cuidado asociados a las mujeres. En la actualidad, muchas familias todavía guardan intrincadas creaciones de abuelas y bisabuelas.
Manta de parches. | Foto: Pixabay
Hoy en día, sin embargo, las labores de costura y tejido han sido adoptadas por entusiastas de todos los géneros y todas las edades. Los viejos roles estereotípicos se han caído casi por completo.
Puede ser que coser mantas de parches todavía resulte una actividad extraña para asociar con hombres condenados y privados de su libertad, sin embargo. Pero eso es lo que han empezado a hacer los presos de la South Central Correctional Facility, una prisión estadounidense.
"Cuando supe que podía hacer sonreír a un niño, me apunté de inmediato. En este momento estoy trabajando en una manta de cachorritos para un chico de 13 años", contó Fred Brown, uno de los presos.
Brown está cumpliendo una sentencia de entre 15 años y prisión perpetua, y lleva 25 años preso por secuestro y abuso. Sus días en prisión se han transformado desde que empezó a coser para niños en hogares de huérfanos.
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En la última década, los presos llevan elaboradas más de 2.000 mantas, que son vendidas por organizaciones de beneficencia o destinadas a niños que viven en hogares para expósitos.
Uno de los presos que participan en el programa de costura. | Foto: Facebook.com/jan.carrie.steven
Otro prisionero, Rod Harney, que había aprendido a coser en la escuela, dijo: "Ves los nombres de estos niños en instituciones; ves el de un niño de 1 o 2 años y te rompe el corazón. Pero eso nos muestra que seguimos siendo todos humanos".
Por su parte, Jim Williams nunca había cosido antes de ir preso a la prisión de Licking, Missouri. Aprendió a hacerlo cosiendo mascarillas para otros presos y para el personal de la prisión durante la pandemia.
Richard Sanders, que lleva ya 30 años en prisión, explicó que no tenía idea de en qué se estaba metiendo cuando fue a arreglar una máquina de coser a la sala de costura. Agregó:
"Es un entorno realmente pacífico. En estos lugares, mientras más ocupado estás, mejor estás".
Otro de los presos que participan en el programa de costura. | Foto: YouTube.com/HIS Radio
Brown, Williams y Sanders se enlistaron en un grupo pequeño de voluntarios que pasan su tiempo de prisión cosiendo mantas. Cada día, se reúnen en una sala de costura en la que pasan las horas al arrullo de las máquinas de coser.
Este círculo de costura está basado en el concepto de "justicia restaurativa", y subraya la importancia de la rehabilitación y de devolver algo a la comunidad. Joe Satterfield, encargado de los casos en la prisión de Missouri, que supervisa el programa, compartió:
"Puedes ver el cambio de actitud. Una luz se enciende, y es: 'Oh, esta es una nueva ruta. Puedo ser parte de algo'".
Compartió que este programa les brinda tranquilidad a los presos, y les permite escapar de sus propios traumas. Al dedicarse a la costura, pueden encontrar paz y logros.
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