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"Es blanca, ¿está bien?" preguntó la trabajadora social al padre adoptivo, y él respondió que ella necesitaba un hogar

Guadalupe Campos
07 nov 2021
19:30

Tras buscar infructuosamente un embarazo por 15 años, una pareja de Washington, Estados Unidos, decidió adoptar. Acogieron a tres niños blancos que rápidamente se volvieron parte de la familia, contra los prejuicios raciales.

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Para Tierra Hamm y su esposo Patrick, el color de la piel era el último de los factores que considerar a la hora de establecer una familia. La pareja contó su periplo para formar una familia, y cómo terminaron siendo papás de tres niños.

Tierra recordó que conoció a su esposo a los 18, y que inmediatamente se pusieron en pareja, preparados para formar juntos una familia. Sin embargo, el sueño tuvo que esperar.

Cuando ya habían pasado tres años de casados y los hijos no llegaban, Tierra empezó a darse cuenta de que algo iba mal. Empezó a tratar de quedar embarazada con diferentes métodos, pero nada funcionó.

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Finalmente, la mujer aceptó lo que le deparaba el destino, convencida de que Dios no quería que fuera madre. Entre 2011 y 2015, los Hamm se tomaron un descanso de sus intentos de concebir, para quitarle presión a su matrimonio.

En 2015, volvió a esperanzarse con las promesas de nuevos métodos de fertilización asistida. Pero tras varios intentos, nada cambió.

Por ese entonces, Tierra tuvo una conversación con alguien de su círculo de amigos que había crecido en hogares de acogida y que los empezó a alentar a acoger niños. Así que ella y Patrick decidieron probar por esa vía.

En enero de 2017 la pareja empezó su entrenamiento y cinco meses más tarde tenían su licencia para albergar niños. En julio los conectaron con su primera niña, Felicity, de solo 15 meses. La asistente social les dijo que había un detalle. Recuerda Tierra:

"La trabajadora social al teléfono dijo 'es muy tímida y tiene sus asuntos con el apego'. Hizo una pausa y luego dijo: 'Es blanca, ¿está bien?'".

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Patrick respondió inmediatamente y le dijo a la trabajadora social que la raza de la niña era irrelevante, que todo lo que importaba era que necesitaba un hogar. Las primeras 24 horas de separación de su hogar de acogida anterior fueron emocionalmente terribles, e hicieron que la pareja se cuestionara la decisión.

Sin embargo, pronto Felicity se acostumbró a su nuevo hogar, y empezó a llamarlos "mami" y "papi" por decisión propia. Y entonces supieron que habían tomado la decisión correcta.

La pareja acogió a otros dos niños, también blancos. El primero, Samuel, se unió a la familia en 2018, con solo 5 días de vida. Había sido expuesto a drogas en el vientre materno, así que tuvo que pasar más de un mes en cuidados intensivos neonatales. Pero la pareja no se amedrentó.

Por último recibieron a Judah, en diciembre de ese año. Él tenía siete días de vida. Tras cuidar de los tres niños de menos de dos años por meses, la pareja supo que no podrían tolerar dejarlos ir.

Por este motivo empezaron con los procedimientos de adopción definitiva. En julio de 2020, se volvieron oficialmente padres de los tres niños. La aventura llevó a Tierra a verse en una luz diferente.

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"Como alguien infértil, nunca pensé que sería madre y no pensé que podría amar tanto como lo hago hoy", confesó.

Pese a tener una familia llena de amor incondicional y aceptación, la pareja admite que de vez en cuando algún desconocido se queda mirándolos. Pero a Tierra no podría importarle menos.

"Las familias no tienen por qué combinar. Mientras nuestros chicos crecen, hablamos más de raza y color. Los niños ya saben que nuestra piel es distinta, pero a ellos no les importa", cuenta la mamá.

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Además de sus tres hijos adoptivos, la pareja ha acogido como hogar de tránsito a otros niños a lo largo de los años, la mayoría de ellos por poco tiempo, pero su trío adorable es la constante en sus vidas.

Ahora están muy felices de haber tomado la decisión de convertirse en hogar de acogida y de haber adoptado a sus hijos. Tierra y Patrick alientan a otros a hacer lo mismo.

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