
Mamá se siente destrozada cuando nadie la felicita por el nacimiento de su hija

Después de dar a luz, una madre no entendía lo que sucedía cuando la habitación quedó en total y angustiante silencio. Se atemorizó por las palabras que rompieron la tranquila atmósfera.
En 2018, después de 9 meses de intentar concebir, Eliza Jamkochian Bahneman, de 36 años, y su esposo, Erik, de 41 años, se emocionaron al descubrir que iban a tener un bebé.
Bahneman estaba más que extasiada, compartiendo su experiencia de embarazo con algunas de sus amigas, su hermana y su cuñada. Todos estaban esperando un hijo y tenían fechas de parto cercanas. La futura mamá no podía esperar a que su primogénito llegara a este hermoso mundo.

Eliza Jamkochian Bahneman besando a su bebé Isabella en la nariz. | Foto: Facebook/elizabeth.jamkochian
DESPUÉS DEL NACIMIENTO
La niña decidió dejar el espacio seguro del útero de su madre, un mes antes de lo previsto. En octubre de 2018, nació Isabella o ‘Bella’.
La bebita pesó un poco más de 2 kilos. Su madre la trajo al mundo después de 12 horas de trabajo de parto. Sin embargo, lo que estaba destinado a ser un momento hermoso se desvaneció rápidamente.
Bahneman notó un oscuro silencio mientras los susurros inundaban la habitación. Eso la dejó desconcertada.
En aquel momento la madre pensó: "¿Por qué nadie me felicita? ¿Por qué mi esposo está tan confundido y asustado? ¿Por qué mi mamá no puede mirarme?”.
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Luego llevaron a ‘Bella’ a la UCIN, y después de muchas pruebas y evaluaciones, le diagnosticó un trastorno genético poco común llamado ‘Treacher Collins’. Esto hace que los huesos faciales no se desarrollen correctamente.

Eliza Jamkochian Bahneman sosteniendo a su bebé Isabella. | Foto: Facebook/elizabeth.jamkochian
UNA GUERRERA
Debido a esto, Isabella nació con muchos problemas, como pérdida de audición y una vía respiratoria pequeña. Así empezó el camino rocoso que consistía en cirugías y tener que ir corriendo al hospital por emergencias.
La niña tuvo que asistir a muchas formas de terapia. Esto incluyó clases de música para su pérdida de audición, habla y terapia ocupacional.
Dos años después, parecía que Isabella todavía se estaba fortaleciendo. Sin embargo, ahora la niña también enfrentaba reacciones sociales debido a su condición. La gente la juzgaba por su apariencia.
Sin embargo, su mamá dijo: "Todos nacemos con diferencias y algunas son más visibles que otras. El mundo no sería tan colorido si todos fueran iguales".
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La madre quiere seguir creando conciencia y educando al público sobre el trastorno de ‘Treacher Collins’. Bahneman quiere inspirar a otros a ser amables con quienes padecen esta afección. Opina que es algo que cualquiera debe hacer cuando conoce a alguien único pero hermoso.