logo
página principalHistorias Inspiradoras
Una niña pidiendo dinero en la calle | Foto: Shutterstock
Una niña pidiendo dinero en la calle | Foto: Shutterstock

Millonario conoce a niña sin hogar en la calle y le dice una palabra que hace que su corazón se detenga - Historia del día

Georgimar Coronil
05 ene 2022
06:45

Un millonario descubre que es padre después de conocer a una niña sin hogar que le pide unas monedas para alimentarse.

Publicidad

"¡Felicidades, señora Carolina, está usted embarazada de cuatro meses!", exclama emocionada una doctora al revelar los resultados de la prueba.

La especialista Melissa Flores esperaba que Carolina reaccionara con la misma emoción ante la noticia, pero, en cambio, la mujer parecía preocupada.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

"¿Pasa algo?", preguntó Melissa.

"Nada doctora, es que ya no estoy con él", dijo Carolina y rompió a llorar.

Melissa no tenía ni idea de cómo responder a la repentina avalancha de lágrimas, pero no necesitaba ser una científica para saber que su paciente se refería al padre de su bebé.

Publicidad

El hombre se llamaba Carlos, hijo de un exitoso empresario, al que Carolina había pillado engañándola un día antes de descubrir que su bebé crecía dentro de ella.

La chica había pasado por un supermercado cuando vio a Carlos recorriendo los pasillos con una mujer y un niño. Parecían y actuaban como una familia, y entonces Carolina oyó hablar al niño.

"Mami, quiero papas fritas", expresó el pequeño, confirmando el temor de Carolina: era de Carlos. Carolina no esperó a ver más. En su lugar, salió del establecimiento sin los productos que había escogido y condujo hasta su casa muy consternada.

Llevaba un rato llorando en su apartamento cuando sintió que las náuseas la invadían de repente. Era la cuarta vez en esa semana y Carolina temía haberse contagiado de gripe.

Al día siguiente, con el corazón roto, fue al hospital para hacerse un chequeo completo. Si le ocurría algo, quería saberlo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Publicidad

Carolina esperaba un diagnóstico menor sobre una gripe o un resfriado, pero no la noticia de que estaba embarazada de cuatro meses. Fue otro gran shock para la mujer que hasta el día anterior había estado enamorada de un tramposo.

"Gracias, Dra. Flores", fue todo lo que la dama pudo decir, antes de salir del hospital. Lo único en lo que podía pensar era en lo diferentes que podrían haber sido las cosas. En su fantasía, Carlos habría aceptado felizmente la noticia de la bebé.

Mientras se dirigía a su casa empezó a reflexionar sobre sus próximos pasos. “No puedo soportar el trauma de que Carlos y su familia me ridiculicen por tener una hija suya”, se dijo a sí misma. “Lo mejor para los dos sería que desapareciera de su vida sin que él lo supiera. No solo podría hacerme daño a mí y a mi hija, sino que podría decidir separarnos pidiendo que la niña viviera con él y su familia”.

Cuando llegó a su casa, Carolina se dio cuenta de que Carlos le había dejado muchos mensajes de voz; había intentado localizarla sin éxito y estaba preocupado.

"Mentiroso", le dijo a la contestadora y enseguida empezó a preparar un bolso de viaje.

Si no podía localizarla por teléfono, sabía que iría a buscarla a su apartamento, y no se sentía preparada para enfrentarse a él. No después de lo que había hecho. Se apresuró a empacar sus cosas y salió hacia el aeropuerto para tomar el último vuelo hacia Miami.

Publicidad

Carlos llegó a su casa al poco tiempo de su salida, pero no pudo entrar. Un minuto de insistentes golpes hizo que el vecino de Carolina saliera malhumorado.

"Mira, no está, ¿no te das cuenta?", gruñó el hombre. "Se fue con un bolso de viaje lleno de ropa, ahora lárgate", dijo el sujeto antes de volver a su casa y cerrar la puerta.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Carlos no volvió a saber nada de Carolina. Pasaba habitualmente por el apartamento para ver cómo estaba, hasta que un día lo encontró vacío.

"Se mudó la semana pasada", expresó su vecino.

Cuando nació la bebé, Carolina se dio cuenta de que la niña era igual a su padre y hasta tenía la misma marca de nacimiento de él: un lunar en forma de corazón en la mejilla. Y debido al color de su piel, la marca resaltaba aún más.

Publicidad

Para cuidar de su hija, Carolina consiguió un trabajo como personal de limpieza en un restaurante. Vivía con sus padres, pero no tenían mucho dinero, sobre todo porque ambos gastaban mucho en sus medicamentos.

Carolina llamó a su hija Trina e hizo todo lo posible por criarla adecuadamente. Aun así, la niña creció sabiendo sobre el estado económico de su familia.

Cuando la pequeña tenía seis años, vio a un indigente pidiendo dinero en la calle y decidió hacer lo mismo para ayudar a su madre. Para ello, solía escaparse del colegio, saltándose las clases y volviendo a casa después.

Un día, la calle estaba llena de gente que se apresuraba a almorzar cuando la niña vio a un hombre alto y apuesto que parecía perdido en sus pensamientos. Carlos había estado pensando en Carolina y en el motivo por el que le había abandonado cuando la niña haló su costoso abrigo.

"Señor, ¿tiene una moneda para mí?", preguntó.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Publicidad

Carlos rebuscó en su bolsillo en busca de monedas, pero también se dio cuenta de que la niña se parecía mucho a él. Cerró y volvió a abrir los ojos para comprobar que no estaba alucinando. Pero cuando el hombre vio exactamente el mismo lunar en su mejilla, se quedó helado.

"Hija...", susurró el hombre y la chica se estremeció. Carlos se dio cuenta de que probablemente ella estaba tan sorprendida como él al oírle pronunciar esa palabra.

"Tenemos la misma marca", dijo ella en tono sombrío. "Mi madre dice que pertenece a la realeza".

Carlos se quedó atónito ante lo que estaba sucediendo; la chica no solo tenía su marca de nacimiento, sino el mismo color de ojos azules y labios carnosos. Pero estaba seguro de que era imposible que tuviera un hijo que no conociera.

"¿Eres mi hija?", se encontró preguntando.

"¿Yo? No te conozco, pero tengo una madre", respondió ella. "¿Puedes darme algo de dinero?".

"Creo que eres mi hija", expresó Carlos, todavía tratando de racionalizar lo que estaba viendo.

Sus palabras hicieron que el corazón de la niña se hundiera y mostrara tristeza en su rostro, pero estaba concentrada en conseguir el dinero que quería; de todos modos, ¿qué probabilidades había de que conociera a su padre?

Publicidad
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

"¿Por favor?", le suplicó al hombre para que le diera dinero.

En respuesta, él sacó un par de billetes de dólar de su cartera y prometió entregárselos si le dejaba conocer a su madre por una sola vez.

"Mamá dice que no hay que seguir a los extraños, pero tú no pareces un malvado", dijo Trina.

Aceptó el trato después de un momento y le arrebató el dinero a Carlos, tras lo cual se dirigió a toda prisa a su casa con él pisándole los talones.

Al llegar vieron a Carolina tirada en el suelo con lágrimas en los ojos.

Publicidad

"¿Mamá?", llamó Trina mientras corría a su lado.

Cuando Carolina abrió los ojos, se enfrentó a su hija: "Tri, ¿por qué te escapaste de la escuela? Estaba tan preocupada por ti...".

"Hola".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Esa única palabra de Carlos, que había estado de pie junto a la puerta, hizo que Carolina se quedara en silencio. Entonces se volteó lentamente hacia la puerta y vio a su antiguo amor.

"¿Carlos?", expresó mientras su rostro palidecía.

Sin ser consciente de lo que estaba ocurriendo, Trina procedió a contarle a su madre que solo quería ayudarla a ganar dinero para que no tuviera que trabajar más. La niña se quedó callada cuando se dio cuenta de que su madre no había dejado de mirar al hombre ni por un momento.

Publicidad

"¿Por qué me dejaste? ¿Por qué no me hablaste?", preguntó Carlos.

"Te vi Carlos", dijo ella con lágrimas en los ojos. "¡Eras feliz con otra familia!".

"Pero te dije que me divorcié cinco años antes de conocernos", gimió él. "¿Por eso me dejaste?".

Carolina estaba demasiado sorprendida por la implicación de lo que le decía Carlos. ¿Nunca la había engañado? ¿Cómo podía haber echado por la borda su futuro de la forma en que lo hizo?

Su agitación emocional, unida al cansancio que había acumulado por sus diferentes trabajos, hizo que se desmayara en ese mismo momento, dándole un gran susto a Carlos.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Publicidad

El hombre la llevó rápidamente al hospital, donde la ingresaron y le suministraron sueros para estabilizar su sistema nervioso. Mientras estaba allí, Carlos llevó a Trina a su apartamento alquilado para que esperara a su madre mientras él volvía a su lado.

Carolina recibió el alta esa misma noche y Carlos la llevó a su casa. Solía utilizar el apartamento de tres habitaciones cuando visitaba Miami.

Pero cuando Carolina entró en la casa, vio a la misma mujer y al mismo niño que había visto en la tienda de comestibles con Carlos años atrás. Y para su sorpresa, Carlos presentó a la mujer como su hermana.

Carolina se dio cuenta con tristeza de lo equivocada que estaba y de cómo su precipitada decisión la había hecho sufrir. Su pareja nunca le había sido infiel.

Después de una larga y desgarradora discusión, Carlos y Carolina decidieron darse una nueva oportunidad, y nadie estaba más contento que Trina.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Publicidad

¿Qué hemos aprendido de esta historia?

  • Pensar dos veces antes de tomar una decisión precipitada: Carolina se encontró con lo que parecía un engaño de su marido y, en lugar de intentar llegar al fondo del asunto, decidió terminar la relación. Intentaba ahorrarse más disgustos al decidir rápidamente alejarse, pero al final le trajo más dolor.
  • No se puede huir de todo: Carolina huyó de Carlos porque pensaba que la trataría mal al enterarse del embarazo. En lugar de conversar con él sobre el tema, eligió huir para criar a la niña sola. Si el destino no hubiera intervenido, Carolina no hubiera tenido un final feliz en el amor.

Comparte esta historia con tus amigos. Puede que les alegre el día y les inspire.

Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares