Médico lucha por la vida de mujer sin hogar en trabajo de parto: se entera de que el recién nacido es su nieto - Historia del día

“Ya había escuchado este nombre antes”, pensó un médico después de leer el nombre de una paciente que acababa de fallecer. Estaba seguro de que nunca había conocido a esta chica, pero su nombre le sonaba. “¿Quién era ella?”, se preguntó él.

Después de un ajetreado día de trabajo, Tadeo entró en su casa y se dirigió hacia el sofá. Entonces el teléfono sonó. "¿Quién podrá ser?", se preguntó antes de sacar el dispositivo de su bolsillo y contestar.

“¡Dr. Tadeo, lo necesitamos en el hospital ahora mismo! Solo usted puede salvar a esta chica de morir”, gritó su asistente a través del teléfono.

“Está bien, está bien. Cálmate, por favor”, dijo él. “Estaré allí en cinco minutos”.

En lugar de relajarse en casa después de un día agotador, Tadeo regresó al hospital después de la llamada de emergencia. Era uno de los mejores cirujanos de la ciudad, con décadas de experiencia.

Al llegar al hospital, se enteró de que una chica sin hogar había sido llevada al hospital después de que se puso de parto. Ella había dado a luz al bebé, pero su condición no era estable. Estaba luchando por su vida.

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Tadeo rápidamente revisó los signos vitales de la joven y comenzó a instruir a su personal sobre qué hacer cuando el monitor de frecuencia cardíaca de repente mostró una línea plana. La chica respiró por última vez antes de que Tadeo pudiera salvarle la vida.

Después de que la joven sin hogar falleciera, el médico se sentó en su escritorio para completar el papeleo relacionado con su fallecimiento. Leyó el nombre de la chica en uno de los documentos, “Josefina. Me suena familiar”, pensó Tadeo después de leer el nombre de la paciente.

“¿Quién era ella?”, se preguntó. Mientras escribía sobre la causa de la muerte de Josefina y otros detalles relacionados, de repente se dio cuenta de por qué su nombre le sonaba familiar. El apellido era el mismo que el de Olivia, pensó el médico.

Olivia era la exnovia de Tadeo y la mujer que más había amado en la vida. Mientras pensaba en Josefina, Tadeo se dio cuenta de que se parecía a Olivia. E incluso entendió por qué el primer nombre de la chica sin hogar le sonaba.

En el pasado, a Tadeo y Olivia les encantaba escuchar la canción “Josephine” de Chris Rea. Siempre la reproducían, ya fuera en un viaje por carretera o simplemente cenando en casa. Les encantaba tanto la canción que querían llamar a su hijo “Joseph” o “Josefina”.

“Olivia, ¿ella era tu hija?” se preguntó Tadeo. No tenía idea de dónde estaba Olivia o si tenía una hija. La última vez que la vio fue tres décadas atrás, cuando se separaron.

Sentado dentro de su oficina, el médico comenzó a pensar en su primer amor, Olivia. Tenía solo 19 años cuando la vio por primera vez en la escuela de medicina. Recordaba claramente el brillo en sus ojos almendrados y su voz cuando dijo su nombre por primera vez.

Tadeo se enamoró de Olivia la primera vez que la vio, pero ella no tenía sentimientos similares. Se hizo amigo de ella mientras trabajaba en un proyecto grupal y tiempo después le pidió que fuera su novia.

El día que accedió a ser su novia fue el mejor día de su vida. Todo en Olivia le parecía perfecto a Tadeo: su cabello castaño rizado, el bolso negro que llevaba a la escuela y su confianza. Sin embargo, no tenía idea de que su relación sería de muy corta duración.

“Quiero comenzar mi propia cadena de clínicas, Tadeo”, le decía ella. “Siempre soñé con tener varias clínicas, pero tendré que construir conexiones para cumplir mi sueño”.

“Te ayudaré a lograr tu sueño. Haremos esto juntos”, le decía él sonriendo a su novia cada vez que ella hablaba de su sueño, sin saber que su ambición sería la razón detrás de su ruptura.

Un día, el mejor amigo de Olivia le presentó a Ricardo, cuyos padres estaban entre los mejores médicos de la ciudad. Llevaban más de veinte años en el campo, lo que significaba que tenían muchas conexiones en la industria.

Después de saber sobre Ricardo, Olivia podía ver su sueño hecho realidad. Sabía que los padres del joven podrían ayudarla a establecer su primera clínica y luego expandiría su negocio y establecería varias clínicas en la ciudad.

La chica comenzó a hablar con Ricardo sin decirle nada a Tadeo y pronto se hizo amiga de él. Con el paso del tiempo, Ricardo comenzó a desarrollar sentimientos por ella. Mientras tanto, Tadeo no tenía idea de lo que Olivia tenía en mente.

“Tenemos que hablar”, le dijo ella a su novio un día.

“Claro, cariño. ¿De qué se trata?”, preguntó Tadeo con curiosidad.

“Eh... Tadeo... no me malinterpretes, pero ya no puedo seguir contigo”, dijo. “Eres la persona más dulce que conozco, pero nunca podrás ayudarme a lograr mis objetivos”.

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“¿Qué quieres decir, Olivia?”, dijo el joven con el corazón acelerado. “No quiero que terminemos”.

“Mira, Tadeo. He encontrado un chico y quiere casarse conmigo”, dijo ella. “Ya no puedo estar contigo. Lo siento”.

Olivia le contó a Tadeo sobre Ricardo y sus padres antes de dejarlo. Esa fue la última conversación que tuvo él con el amor de su vida. Desde entonces, nunca había salido con ninguna otra chica porque nadie era tan perfecto como Olivia. Él creía que ella era la mejor que había conocido.

Después de leer el nombre de Josefina en los documentos, Tadeo quería saber dónde estaba Olivia. Una vez que completó el papeleo, se sentó en su escritorio y comenzó a buscarla en su computadora portátil.

Después de pasar más de dos horas investigando, descubrió que Olivia vivía en una residencia psiquiátrica. Como era casi medianoche cuando obtuvo la dirección de la institución, decidió visitarla al día siguiente.

“¿Hay una mujer llamada Olivia aquí?”, le preguntó Tadeo a la recepcionista de la institución al día siguiente. “¿Olivia? Sí, ha estado aquí durante los últimos 20 años”.

Después de que Tadeo le dijera a la recepcionista que quería ver a Olivia, ella lo llevó a una habitación y le pidió que esperara. Unos minutos más tarde, la mujer salió por la puerta e instantáneamente reconoció a su visitante.

“¿Olivia? ¿Por qué estás aquí?”, le preguntó Tadeo.

“Es una larga historia”, le dijo ella. “Estoy muy contenta de verte”.

“Quiero saberlo todo”, le dijo él mientras miraba a la mujer sentada frente a él con ojeras y piel arrugada. No se parecía en nada a la joven Olivia de la que se había enamorado.

“Ricardo comenzó a engañarme poco después de casarnos”, dijo Olivia mientras miraba al suelo. “Y discutía conmigo cada vez que lo confrontaba. No era el hombre que pensaba que era, Tadeo”.

“Las cosas ya habían comenzado a ir cuesta abajo entre nosotros, pero nunca pensamos en separarnos hasta que leyó mi diario y descubrió mi mayor secreto”, continuó.

“¿Que secreto?”, dijo Tadeo frunciendo el ceño.

“Un secreto sobre mi hija”, dijo Olivia. “Ricardo se enteró de que no era su hija”.

“¡Dios mío! ¿Qué hizo él cuando se enteró?”, preguntó el médico.

“Él no podía echarla entonces, pero lo hizo cuando ella cumplió dieciocho años. Y también me dejó en la calle antes de que viniera aquí”, recordó Olivia. “No tengo idea de dónde está mi hija”.

“¿Cuál es el nombre de tu hija?”.

“Josefina”, dijo la mujer mirando a los ojos de Tadeo. “¿Recuerdas ese nombre?”.

El médico permaneció en silencio durante unos segundos antes de contarle a Olivia sobre la chica sin hogar que había muerto en su hospital. “Creo que era tu hija, Olivia”.

“¡¡¡Dios mío!!!”, exclamó Olivia tapándose la cara con las manos. Luego empezó a llorar. “¡Mi pequeña niña!”.

Tadeo comenzó a consolar a Olivia, pero aún no tenía idea de que él era el padre de Josefina. Olivia estaba embarazada cuando lo dejó para casarse con Ricardo, pero no lo supo hasta que le hizo una prueba de paternidad a su hija años después.

“¡Ella era tu hija, Tadeo!”, dijo la mujer mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

“¿QUÉ?”, preguntó Tadeo, atónito. “¿Josefina era mi hija? ¡¡¡Dios mío!!!”.

Tadeo negó con la cabeza y miró al suelo mientras pensaba en la chica. No podía creer que lo hubieran llamado al hospital para que tratara de salvar a su hija de morir aquel día.

“¿Dónde está su bebé?”, preguntó Olivia, interrumpiendo los pensamientos de Tadeo.

“Está en un hogar de acogida. Pero no te preocupes, yo me encargaré de él”, le aseguró el médico antes de salir del manicomio y dirigirse hacia el hogar de acogida.

Ya en el lugar, Tadeo tomó a su nieto en brazos y le dijo: “Te llamaremos Joseph”, antes de besar su frente. Más tarde ese día, llenó los documentos requeridos para adoptar al niño y meses después se lo llevó a su casa.

Finalmente, Tadeo se enamoró de una mujer y se casó con ella. Él y su esposa criaron a Joseph juntos. El médico también visitaba con frecuencia a Olivia y le mostraba fotos de su nieto. Él continuó visitándola en el manicomio hasta que ella respiró por última vez.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Nuestras elecciones de vida afectan nuestro futuro: Nuestras elecciones de hoy deciden lo que nos sucederá en el futuro. Si Olivia hubiera decidido no casarse con Ricardo, no habría estado en un manicomio años después.
• El verdadero amor nunca muere: Incluso después de saber que Olivia lo había engañado, Tadeo nunca dejó de amarla. No se había casado hasta que descubrió dónde estaba Olivia y qué le había pasado.

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