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Una nota | Foto: Shutterstock
Una nota | Foto: Shutterstock

Mujer busca a su hijo abandonado durante décadas, y un día recibe una nota extraña - Historia del día

Mayra Pérez
20 nov 2021
21:00

Sofía dio a su hijo en adopción y años más tarde decidió buscarlo, sin suerte. Ignoraba que él también la estaba buscando. Durante un evento benéfico, ella recibió un sobre con una nota especial que cambiaría su vida.

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“Quiero encontrar a mi hijo, pero no tengo idea de qué hacer. He agotado las opciones”, le dijo Sofía a su amiga, Marisa, durante una pausa para el café en el trabajo.

Ambas eran ejecutivas de una empresa de tecnología. Sofía pensó que Marisa tendría alguna idea sobre el asunto, dado que había adoptado a sus dos hijos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

“No puedo creer que no obtuviste información cuando elegiste la adopción abierta. Esa agencia lo hizo mal. Tampoco ayuda que hayas entregado a tu hijo hace 25 años cuando la gente solo llevaba registros físicos”.

“Mis hijos tienen seis y cuatro años. Si alguna vez quieren encontrar a sus padres biológicos, podrán hacerlo fácilmente”, explicó su amiga.

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“No sé qué hacer. ¿La gente sigue contratando investigadores privados? ¿Esa es una opción?”, preguntó Sofía muy frustrada.

“¿Qué tal si te haces una prueba de ADN? Esas cosas tienen bases de datos y te muestran a tus familiares. Al menos, eso es lo que he oído. Si tu hijo alguna vez se hace una prueba, podrá encontrarte”, sugirió la amiga.

“¡Ok! ¡Haré eso! Pero tal vez después del maratón de este fin de semana. He trabajado muy duro para recaudar dinero para la Fundación y no los defraudaré”, aceptó la frustrada mujer. Ambas regresaron a sus escritorios y continuaron trabajando, y Sofía comenzó a recordar el pasado.

Tenía solo 16 años cuando descubrió su embarazo y fue un shock. Su madre Judith la apoyó, pero le dijo que sería difícil quedarse con el bebé. La familia tenía problemas económicos y la jovencita tenía grandes sueños. Por lo tanto, dieron al recién nacido en adopción.

Aunque eligieron la adopción abierta, la agencia no les dio ninguna información sobre los padres que habían adoptado a su bebé. Años más tarde, Sofía comenzó a buscar a su hijo desde cero.

A los 41 años, había tenido una buena vida. Fue a la universidad y se mudó a su ciudad soñada. Mientras tanto, su situación económica también había mejorado. Sin embargo, Sofía necesitaba encontrar a su hijo.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Quizás no quiere que lo encuentre. Probablemente esté feliz, ¿verdad? ¡Querido!, realmente espero que hayas tenido una vida feliz”, deseó Sofía desde su corazón.

Llegó el día del maratón. Había una cabina de registro antes de la línea de salida, donde se suponía que todos debían registrarse y obtener su número para la carrera. Cuando Sofía terminó de inscribirse, una voluntaria le entregó un dorsal y un sobre extraño.

“¿Qué es esto?”, preguntó ella, confundida.

“Ábrelo y mira”, dijo la señora y sonrió misteriosamente. Sofía miró a su alrededor y notó que nadie más había recibido algo similar. Se lo mostró a Marisa, quien se encogió de hombros y la animó a abrirlo.

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Por alguna razón, Sofía estaba nerviosa. “Sé que estoy siendo tonta, pero estoy nerviosa. ¿Qué podría ser?”. Respiró hondo y finalmente rompió el sobre. Dentro había una nota con un mensaje corto.

“Han pasado 25 años desde la última vez que me viste. Cambiemos eso. ¡Date la vuelta!”.

Sofía se dio la vuelta y vio a mucha gente calentando para el maratón. No tenía idea de quién había enviado la nota, pero su instinto le decía que tenía que ser él.

De repente, se dio cuenta de que un joven la estaba mirando. Se parecía al padre de Sofía y sonreía. La nota se le cayó de las manos cuando sus dedos empezaron a temblar.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¿De verdad eres tú?”, preguntó Sofía con lágrimas en los ojos mientras se acercaba al joven.

El hombre asintió. “Soy yo. Mi nombre es Benjamín”, respondió.

“¿Pero, cómo? He estado tratando de encontrarte durante años y no pude”, dijo Sofía con la voz entrecortada por el llanto. El hombre también tenía lágrimas en los ojos.

“También intenté encontrarte durante mucho tiempo. Cuando cumplí 18, mis padres me dijeron que era adoptado. Hace unos meses, les pedí que me ayudaran a averiguar más sobre mis padres biológicos”.

“Me contaron que solo recibieron el nombre de mi madre biológica: Sofía Marrero. También me dijeron dónde se llevó a cabo la adopción, así que comencé a investigar en ese lugar”, reveló Benjamín.

“No puedo creerlo. ¿Tú también querías encontrarme?”, preguntó en medio de las lágrimas. “¿Puedo abrazarte?”

“Por supuesto”, susurró Benjamín, y se abrazaron con fuerza. El maratón comenzó, pero ninguno de los dos se movió. Se quedaron así durante unos minutos. Marisa sollozaba junto a ellos.

“Bien, bien. Estamos en el medio de la carrera. Tal vez deberíamos sentarnos y conversar un poco”, dijo Sofía, secándose la cara después de soltar a Benjamín.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Hay varias sillas junto a esa carpa, Sofía. Los dejaré solos y comenzaré el maratón. Estoy tan feliz por ti”, dijo Marisa, señalando una de las carpas del evento que estaba vacía en ese momento. Se fue, mientras Sofía y su hijo tomaban asiento.

“Ok, ¿entonces me encontraste usando únicamente mi nombre? Dios, desearía haber tenido los nombres de tus padres. Hubiera sido tan fácil”, dijo Sofía, sintiéndose tonta e incómoda.

“Bueno, usé Facebook. Te encontré fácilmente. Tu perfil es público y vi fotos tuyas con tus padres. Me parezco a tu padre, ¿verdad?”, comentó Benjamín.

“Así es como supe quién eras. Tengo fotos de mi papá a tu edad, ¡y el parecido es una locura! ¡Gracias! Gracias por encontrarme. Tienes que saber cuánto lamenté haberte abandonado”.

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“Recé mucho pidiendo que tuvieras buenos padres adoptivos, pero siempre me pregunté si había hecho lo correcto. Lo siento mucho”, explicó Sofía, sin saber exactamente cómo expresar todos sus sentimientos a su hijo. “¡Quiero saber todo sobre tu vida!”

Benjamín le dijo algunas cosas, y de pronto Sofía recordó algo. “Espera. Me encontraste en Facebook. ¿Pero cómo supiste que estaba aquí? ¿Tú le diste ese sobre a la dama?", quiso saber.

“Esa señora, que nos ha estado observando todo el tiempo, es mi madre adoptiva, Fiona. Mi papá, Carlos, está justo al lado de ella”, reveló Benjamín, señalando a la pareja mayor junto a un mostrador.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Cuando te encontré en Facebook, descubrí que apoyabas a esta organización y asistías a estos eventos. Compartiste el evento de hoy hace unas semanas y se nos ocurrió un plan”.

Sofía empezó a llorar de nuevo. “Eso significa que tienes grandes padres, así que no tenía por qué preocuparme tanto a lo largo de los años. ¡Estoy tan feliz!”

“¿Te gustaría conocerlos?”, preguntó Benjamín esperanzado.

“¡Por supuesto!”, respondió de inmediato. Benjamín los presentó y decidieron ir a almorzar juntos después del evento. Sus padres no tenían idea de que Sofía no había recibido ninguna información sobre ellos durante la adopción.

“Nos dijeron que era una adopción abierta y que nos habías elegido. Nos dieron tu nombre pero nada más. Lo aceptamos así porque estábamos muy felices. Debimos haber comprobado mejor las cosas”.

“Más tarde, cuando Benjamín empezó a buscarte, llamamos a la agencia y nos dijeron que ni siquiera estábamos en los registros”, dijo Fiona, preocupada. Afortunadamente, todos estaban felices con este reencuentro y el pasado ya no tenía importancia.

Sofía sonrió durante el almuerzo, sabiendo que a pesar de sus preocupaciones, había hecho lo correcto. Posteriormente, pudo entablar una relación con Benjamín, y sus padres la trataron como de la familia.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Hay que investigar e informarse muy bien antes de dar a un niño en adopción. Hay muchos recursos disponibles para las personas que buscan dar a sus hijos en adopción. Además, hay que asegurarse de que todo se haga legalmente.
  • A veces, la adopción es la mejor elección que se puede hacer. Si no hubiera renunciado a su hijo, Sofía nunca habría podido cumplir sus sueños y quizás ambos hubieran tenido una vida infeliz. Al final, su decisión funcionó para todos.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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