Hombre rico se burla de mujer que limpia hasta que la mira y se da cuenta del parecido entre ellos - Historia del día
Un hombre rico decide descargar su enojo con la señora de la limpieza después de pelear con su novia, solo para descubrir que la mujer era su hermana supuestamente fallecida mucho tiempo atrás.
Raquel se despertó con un grito ahogado, dándose cuenta instintivamente de que algo andaba mal. Le tomó solamente unos segundos reconocer el olor a quemado.
Después de examinar detenidamente todas las habitaciones de su apartamento, se dio cuenta de que el olor no procedía de su casa, sino de la del vecino.
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El apartamento pertenecía a Ella Suárez, una alcohólica que acababa de dar la bienvenida a gemelos. Raquel había escuchado a la mujer discutiendo con su prometido, quien se negaba a estar con una mujer que bebía tanto.
Fue entonces Raquel recordó que la pelea había sido hace días, y que el hombre no había regresado, lo que significaba que Ella estaba sola en casa con sus bebés.
“Oh no”, dijo Raquel mientras se levantaba rápidamente de la cama y corría al siguiente apartamento.
Se dio cuenta de que los demás ocupantes del complejo aún no eran conscientes del olor, por lo que hizo un gran escándalo tan pronto como salió de su apartamento.
“¡Chicos! ¡Despierten! ¡Hay un incendio!”, gritó a todo pulmón.
Una por una, las puertas se fueron abriendo, y los inquilinos adormilados, pero alerta, salieron dando tumbos para ayudar. Para cuando lograron abrir la sólida puerta, el fuego se había extendido a la sala donde estaban Ella y sus recién nacidos.
La mujer fue estaba muerta y las llamas ya se habían extendido a su alrededor. Los rescatistas actuaron rápidamente, pero uno de los gemelos, la niña, mostraba daños en su piel por los escombros calientes. Raquel nunca podría olvidarlo.
Más tarde ese día, el prometido de Ella y su abuela vinieron por los niños; sin embargo, después de ver a la niña con cicatrices, la mujer mayor pidió que la enviaran a un orfanato.
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“¿Qué?”, preguntó Raquel, sorprendida por el gesto cruel.
“Mi hijo solo puede cuidar uno de los niños y hemos decidido cuál”, dijo la mujer con total naturalidad mientras su hijo Andrés Jiménez estaba de pie en silencio junto a ella con expresión tímida.
Su madre, Laura Jiménez, estaba obviamente acostumbrada a darle órdenes. Andrés trató de decirle que ambos niños podían acompañarlo, pero su madre lo convenció de que dejara a la niña para que la llevaran a un orfanato que, según ella, sería genial y hogareño.
Raquel negó con la cabeza con tristeza, y fue lo último que escuchó de la familia. Veinticinco años después, un padre y su hijo visitaban el cementerio para rendir homenaje a sus seres queridos. El hombre puso un ramo de flores en la tumba de su esposa, pero no en la de su hija, y dijo algunas palabras antes de partir.
Por la noche, el padre se reunió con su hijo y su novia en un restaurante para celebrar otra victoria judicial exitosa de su hijo José, que había estudiado para convertirse en abogado.
Sin embargo, en medio de la celebración, estalló una pelea entre José y su novia, Sheila, que rápidamente arruinó su estado de ánimo. “Deja de mirar tanto tu teléfono”, le reclamó José a Sheila en medio de su conversación con su padre.
“Estás aquí para mí, ¿no? Preferiría que participaras en esta conversación”, le dijo.
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“Todo lo que ustedes hacen es hablar de política, casos judiciales y criminales, y con ninguno de esos temas puedo relacionarme”, dijo ella poniendo los ojos en blanco.
Su actitud molestó a José, pero sabía que no podía desquitarse con ella. En eso estaba pensando cuando una limpiadora derramó por accidente el vino mientras recogía la mesa.
“¡Torpe!”, dijo José enojado, limpiándose las mangas manchadas. “¿Te pagan para esto?”
“Lo siento, señor”, murmuró la encargada de limpieza detrás de su mascarilla.
José no podía ver bien el rostro escondido detrás de la mascarilla. Siguió haciéndole críticas a la mujer cuando, de repente, ella se paró derecha, se quitó la mascarilla y gritó: “¡DIJE QUE LO SIENTO! ¿OKEY?”.
Al ver su rostro, el padre de José la miró dos veces, al igual que su novia: la mujer era idéntica a José. El padre se le acercó, le apartó el pelo de la cara y vio las cicatrices.
“¿Nancy?”, preguntó.
“¿Me conoces?”, preguntó Nancy, sorprendida de que un extraño supiera su nombre.
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En lugar de responderle, el hombre mayor se volvió hacia su hijo y le dijo: “José, esta es tu hermana Nancy”.
“Papá, no entiendo, Nancy está enterrada junto a mamá”. Su padre guardó silencio. “¿Es por eso que no pones flores en su tumba?”, preguntó José.
“¿De qué están hablando? ¿Eres mi hermano? ¿Tengo una madre fallecida? No, mi madre está en casa y está muy enferma, por eso estoy en este trabajo”, dijo la mujer.
Nancy no entendía lo que estaba pasando, pero no podía negar su gran parecido con José, al que llamaban su hermano, así que salió corriendo del restaurante.
Tras su salida apresurada, el padre de José le confesó todo, revelándole su pasado cobarde y cómo su madre le hizo dejar a su hermana.
José estaba conmocionado por todo esto, tanto que se negó a decirle una palabra más a su padre hasta que localizaran a Nancy una vez más.
Más tarde se reunieron con Nancy y su madre adoptiva, y Andrés pidió perdón. José estaba eufórico al reencontrarse con su hermana, y decidió enviar a la madre adoptiva de su gemela al mejor hospital.
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La mujer pudo tener la cirugía que necesitaba y se recuperó por completo. Con el transcurso de los años, Nancy y su familia profundizaron su vínculo, poniéndose al día con todo lo que se habían perdido.
¿Qué podemos aprender con esta historia?
- Debemos ser amables con todas las personas. José se enojó con su novia y comenzó a desquitarse con la limpiadora, sin darse cuenta de que ella era su hermana. Es importante ser educado y respetuoso con cualquier persona, así no la conozcas.
- Defiende lo que crees que es correcto. Andrés cedió cuando su madre ordenó enviar a Nancy a un orfanato, incluso sabiendo en su corazón que debía llevarla a casa después del incendio. Vivió durante años con esa culpa y siempre se arrepintió de su cobardía.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.