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Un niño caminando por la nieve | Fuente: Shutterstock
Un niño caminando por la nieve | Fuente: Shutterstock

Hombre mayor camina por el bosque en noche fría y ve a niño descalzo perdido en la nieve - Historia del día

Georgimar Coronil
04 dic 2021
02:40

Una noche, Douglas oyó un ruido procedente del bosque cercano a su cabaña. Pensando que podía ser un oso, buscó a su perro y descubrió a un niño temblando de frío. A la mañana siguiente, el pequeño le dijo a Douglas dónde vivía, pero los caminos estaban cubiertos de nieve, así que tuvo que tomar una decisión que sorprendió a los padres del infante.

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"Ahí, ahí. Buen chico, Hércules. Sigamos", le dijo Douglas a su perro mientras caminaban por el bosque que había detrás de su cabaña. Toda su vida amó este lugar y compró las tierras tras retirarse de su trabajo en la industria pesquera. El sitio era perfecto porque a Douglas le encantaba estar solo con su mascota.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Getty Images

A veces, los animales salvajes se acercaban a su casa y Hércules los espantaba. Pero ese día, Douglas oyó un llanto procedente del bosque y decidió investigar. Parecía un animal herido, aunque no podía estar seguro. ¿Quién estaría tan lejos de su casa? No había otras cabañas cercanas en al menos tres kilómetros, había nevado mucho.

El viento se levantó, y Douglas ya no estaba seguro de a dónde ir. Pero su perro tenía mejor instinto que él. De repente, Hércules se tensó y empezó a tirar de él hacia algo. El llanto era cada vez más fuerte hasta que Douglas pudo ver a un niño acurrucado junto a un árbol. Estaba temblando y no tenía zapatos.

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"Niño, ¿qué haces aquí? ¿Quieres morir?", dijo el hombre con voz grave, asustándolo. El pequeño levantó la vista y dejó de llorar, pero no le salían las palabras. Afortunadamente, Douglas pudo llevarlo a su cabaña para acomodarlo junto al cálido fuego sobre una cómoda alfombra. Hércules se sentó cerca del niño, dándole aún más calor.

Muy pronto, el infante se quedó dormido en la alfombra antes de poder responder a las preguntas de Douglas. “Se cansó allí llorando, pero gracias a Dios que lo encontré”, pensó el hombre mientras le colocaba una cálida manta y una almohada.

A la mañana siguiente, Douglas despertó al chico. "Oye, vamos. Vamos, muchacho. Es hora de un buen desayuno", dijo moviéndolo con brusquedad. Él no había estado mucho con niños como para saber cómo ser amable.

El chiquillo se despertó y miró al hombre que lo había rescatado la noche anterior. "¿Dónde estoy?", preguntó, asustado.

"No tengas miedo, chico. ¿Cómo te llamas?", preguntó Douglas en tono serio.

"Soy Jorge, señor", respondió. Hércules se acercó y le dio un lametón en la mejilla, y el chico sonrió.

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Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

"Vamos, Jorge. Es hora de desayunar, y vamos a hablar de que por qué estabas en el bosque por la noche", expresó Douglas y le hizo un gesto para que Jorge le siguiera a la cocina.

La mesa estaba preparada con un enorme plato de tortitas y vasos de leche, y Jorge empezó a devorarlo. A pesar de no tener más de diez años, su apetito era voraz.

Douglas lo interrogó y Jorge finalmente le explicó que su perro, Benito, se había escapado la noche anterior persiguiendo un conejo. Jorge fue tras él y caminó durante horas, sin poder encontrar al cachorro. Tropezó con ramas y perdió los dos zapatos, pero siguió adelante.

"¿Dónde vives, Jorge?", preguntó el hombre, todavía comiendo su desayuno.

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"Mi casa está en el pueblo vecino, señor", respondió el chico mientras se lamía el sirope de los dedos.

"Lo que hiciste fue realmente peligroso. Deberías haber esperado a tus padres en lugar de salir corriendo. Tienes suerte de que te haya encontrado, o podría haber pasado algo peor. ¿Entiendes lo que te digo?".

"Sí, señor".

"Bien, vamos a llevarte a casa", concluyó Douglas, poniéndose de pie y colocando los platos en el fregadero. Sin embargo, echó un vistazo al exterior y se dio cuenta de que había caído más nieve. Los padres de Jorge debían estar muy preocupados y el chico no recordaba su número de teléfono. Podían esperar un tiempo, pero las quitanieves siempre tardaban en llegar a esta zona.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Douglas no tenía otra opción. Le dijo a Jorge que se quedara en su casa con Hércules y que él iría a buscar a sus papás. El hombre se puso sus mejores botas y una chaqueta. Caminó durante ocho kilómetros intentando localizar la casa de los padres de Jorge. Afortunadamente, una señora reconoció el nombre y le dio su dirección.

Apenas llamó a la puerta cuando un hombre respondió apresuradamente como si estuviera esperando a alguien. "Oh... oh...", dijo. "¿Sí? ¿En qué puedo ayudarle, señor?".

"¿Son los padres de Jorge? Está en mi casa. Lo encontré en el bosque anoche, pero no pude llevarlo en mi camioneta por la nieve. Pensé que querrían saberlo inmediatamente", explicó Douglas. El hombre se quedó boquiabierto y sus ojos brillaron. De repente, lo abrazó con fuerza y llamó a su mujer.

"¡Melinda, este hombre lo ha encontrado! Ha encontrado a Jorge", gritó emocionado. Una mujer encantadora apareció en la puerta, y era evidente que había estado llorando durante mucho tiempo.

"¿De verdad? ¿Dónde está?", preguntó emocionada. Douglas volvió a explicar, y su boca se abrió. "¿Recorriste ocho kilómetros por la carretera nevada para decírnoslo? No puedo creerlo. ¿Cómo podremos recompensarte por eso?".

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"No se preocupen. Vengan a buscar a su hijo. Tuve que dejarlo solo con mi perro", expresó Douglas.

Los padres de Jorge llamaron a su amigo, que tenía un quitanieves, y lo siguieron hasta la casa del hombre. El chico se precipitó hacia sus padres, y todos lloraron mientras se abrazaban con fuerza. El perro de Jorge había vuelto a su casa la noche anterior. Ya habían llamado a la policía y estaban esperando noticias cuando apareció Douglas.

"Gracias, señor", dijo el chico cuando estaban a punto de irse. "¿Puedo venir algún día a jugar con Hércules?".

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

"Claro, chico", respondió.

Jorge visitaba a Douglas varias veces al mes, y él le enseñaba todo lo que sabía sobre la naturaleza, la pesca y la supervivencia en el bosque. Fue como si hubiera ganado un nieto de la noche a la mañana.

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • No salgas corriendo al bosque si no sabes a dónde vas: Hacerlo puede ser peligroso para cualquiera, incluso para un adulto. Por suerte, alguien rescató al niño que lloraba.
  • Hay verdaderos héroes en el mundo: Douglas podría haber ignorado el llanto que escuchó, pero decidió investigar y rescató a un niño. También podría haber esperado a que llegara la quitanieves, pero quería que los padres de Jorge supieran que estaba a salvo.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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