Mamá abandona a su bebé en el hospital: el padre se entera y busca a la niña - Historia del día
Ningún padre debería tener que pasar por la agonía de ser separado de sus hijos. En el caso de Bernardo Fernández, su hija fue puesta en adopción contra su voluntad.
Bernardo acababa de ducharse y entrar en la sala de estar cuando notó que su novia estaba hablando por teléfono con alguien. "¿Pero, y si Bernardo se entera?", preguntó Merelyn.
"¿Por qué Bernardo no estaría de acuerdo? Él estaría feliz con cualquier cosa que haga feliz a la madre del bebé", dijo después. Entonces notó a Bernardo, le sonrió y dijo: "Oh, pensé que todavía estabas en el baño".
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"¿Estás teniendo una aventura, Merelyn? Dios mío, ¿cómo puedes hacerme esto?", dijo Bernardo en broma. "Cállate, Bernardo", dijo Merelyn entre risas y volvió al teléfono. "Te llamaré más tarde. Bernardo está aquí".
"Entonces, ¿con quién estabas hablando? ¿O, mejor dicho, quién es el hombre que se atreve a robar a mi hermosa dama?", preguntó Bernardo con buen humor.
"Nunca cambias, ¿verdad, Bernardo? ¡Estás a punto de ser padre! Déjate de bromas estúpidas. Era Sandra. Me está pidiendo que la visite mañana, pero le dije que no. Sé que estás preocupado por el embarazo", explicó.
"Gracias, amor", dijo Bernardo y la abrazó. "No quiero que dejes de hacer lo que quieras, pero me preocupan las complicaciones. Igual, solo faltan unos días para la fecha de parto. El doctor dijo que podrías entrar en labor de parto en cualquier momento".
"Sí, Bernardo, lo entiendo. Por fin seremos padres, así que tenemos que tener cuidado. No te preocupes", respondió Merelyn.
Al otro día, Bernardo despertó en el sofá, con el sol en la cara. Vio su reloj. Eran las 10. "¡No puedo creer que me haya quedado dormido en el sofá! ¿Dónde está Merelyn? ¿Por qué no me despertó?", pensó el hombre.
"¿Cariño? ¿Estás ahí?", dijo Bernardo mientras entraba en su habitación. Estaba vacía. Revisó el baño y otras alcobas, pero ella no estaba en ningún lado. Se había esfumado.
Decidió llamar a su amiga. "Hola Sandra. Es Bernardo. ¿Merelyn está allí? No atiende su móvil ni responde a mis mensajes", dijo, ya un poco preocupado.
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"No, Bernardo, no está aquí", dijo Sandra. "Ah, pensé que podía estar en tu casa porque ustedes hablaron ayer. Bueno, gracias", dijo Bernardo. "Ya va, ¿qué? Bernardo, yo no he hablado con Merelyn en más de una semana", dijo.
Bernardo quedó sorprendido. Merelyn dijo claramente que estaba hablando con Sandra. "Ah, bueno, no importa. Debo haberme confundido de persona. Déjame llamar a otros amigos y ver si saben algo", dijo, y colgó el teléfono.
Tras contactar a todos los amigos de Merelyn, aún no había noticias de ella. En ese momento, Bernardo estaba ya asustado. Su novia embarazada había desaparecido. Decidió denunciar la situación ante las autoridades.
Pasaron días sin que la policía le dijera nada a Bernardo. El hombre no podía ni dormir de la preocupación. "¿Dónde estás, amor? ¿Tú y el bebé están bien? ¡Ya pasó la fecha de parto!", pensaba Bernardo.
Una noche entró a la habitación del bebé y vio la cuna que él y Merelyn habían comprado. Su corazón que quebró. Decidió que no podía seguir esperando, así que fue a buscar a Merelyn por su cuenta.
Pasó por todos los hospitales de la ciudad con fotos de Merelyn. Incluso visitó el orfanato donde se crió Merelyn, pero no había ningún rastro de ella.
Al final, decidió visitar hospitales fuera de la ciudad y terminó en un pequeño hospital a casi dos horas de la ciudad. Ahí, por suerte, una enfermera reconoció a Merelyn.
"Ah, ella vino aquí con su novio para el parto. Pero estaba actuando de manera extraña", le explicó a Bernardo. "¿Qué? Eso no es posible. ¿Con quién vino?", preguntó el hombre.
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"No puedo darle esa información, señor. Pero la mujer dejó a su bebé aquí y nunca volvió por ella. La bebé está sana, a pesar de las complicaciones del parto. No sé por qué la habrá dejado aquí, supongo que para darla en adopción", dijo la enfermera.
"No, eso no tiene sentido. Es imposible. Merelyn quería tener a este bebé. Estaba muy feliz de convertirse en madre", respondió Bernardo.
"Bueno, señor. Estoy bastante segura de que fue esa mujer. Ella y su novio abandonaron al bebé y dijeron que no les importaba si la criatura vivía o moría. Solo querían deshacerse de él", replicó la enfermera.
"No puedo creer lo que me está diciendo. No puedo creer que Merelyn haya abandonado a nuestro bebé", dijo Bernardo, luchando por contener las lágrimas. ¿Dónde está la niña? Soy su padre biológico. Ayúdeme a encontrar a mi hija", suplicó.
La enfermera vio a Bernardo tan preocupado que decidió obviar las reglas. "Señor, le le mostraré los registros. Espero que encuentre a su hija, pero no puede decirle a nadie que yo se los mostré", dijo la mujer.
"La bebé fue transferida a un hogar temporal hace unos días. Una pareja ya solicitó adoptarla. Su nombre fue registrado como Madison", dijo la enfermera mientras hojeaba los documentos.
"¿Puede darme la dirección del hogar temporal?", preguntó Bernardo. La mujer accedió y escribió la dirección en un pedazo de papel. Bernardo le dio las gracias y se fue del hospital discretamente.
Al llegar al lugar se encontró con los futuros padres adoptivos de Madison, Carlos y Linda Morales. El Sr. Morales estaba muy molesto.
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"¡Fuera de aquí! ¡No vamos a cambiar de opinión! ¿Qué prueba tiene de ser el padre biológico?", cuestionó Carlos. "Si no me cree, puedo hacerme una prueba de ADN y demostrar que es mi bebé", respondió Bernardo.
"¡Deja de llamarla tu bebé y vete! ¡No me importa!", gritó Carlos. Estaba a punto de cerrar la puerta cuando intervino su esposa, Linda. "Cariño, deberíamos escucharlo. Si dice la verdad, no tenemos derecho a separarlo de su hija".
"¡Gracias, muchas gracias!", dijo Bernardo a Linda. Ella lo invitó a entrar, le ofreció una taza de café y escuchó su historia. Al final, una prueba de ADN confirmó que Bernardo era el padre.
Carlos y Linda retiraron su solicitud, y Bernardo pudo llevarse a Madison a casa. Pasaron los años y Bernardo crió a Madison por su cuenta. Era un padre devoto y amoroso, totalmente dedicado a ella.
Un día, llevando a su hija a casa después de la escuela, Bernardo vio a una mujer sin hogar pidiendo limosna con un bebé en brazos. Iba a darle unas monedas, pero al verla de cerca, se dio cuenta de que era Merelyn.
La mujer había estado engañando a Bernardo, y quería formar una familia con su amante. Dejó a Madison en el hospital y huyó. Pero cuando su amante descubrió que estaba embarazada, la dejó por otra mujer y la echó de su casa.
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Merelyn se disculpó con Bernardo y le suplicó que volvieran a estar juntos. "Lo siento, Bernardo. Por favor, perdóname. Esa es nuestra hija, ¿verdad?", preguntó mientras miraba a Merelyn. "¡Es hermosa!".
"Papá, ¿por qué esta mujer me dice hija?", preguntó Madison a Bernardo. "Lo siento señora, pero mi mamá me espera en casa. Su nombre es Rosa. ¿La conoce?", preguntó la inocente niña a Merelyn.
Los ojos de Merelyn se llenaron de lágrimas.
"Tranquila, cariño. La señora está confundida, cree que somos otras personas", explicó Bernardo. "Toma este dinero y dáselo. Mamá debe estar esperándonos en casa", agregó.
"¡Está bien, papá!", dijo Madison. Le dio un par de billetes a Merelyn, tomó la mano de su padre y se alejó felizmente a casa, a los brazos de su mamá, Rosa. Bernardo la conoció en el trabajo meses después de recuperar a Madison.
Era una madre divorciada con dos hijos, y aunque no fue amor a primera vista, se conectaron profundamente con el dolor del otro y se casaron después de salir por unos meses, prometiendo pasar el resto de sus vidas juntos.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- No puedes escapar del karma. Merelyn abandonó a su hijo con la esperanza de hacer una nueva vida con su amante, pero el karma la alcanzó y terminó en las calles.
- Aprende a estar agradecido por lo que tienes. La vida de Merelyn habría sido más feliz si no hubiera abandonado a Bernardo y a su hija por un amorío.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.