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Una línea de cajas de una tienda | Foto: Shutterstock
Una línea de cajas de una tienda | Foto: Shutterstock

Anciano paga la compra de mujer pobre y reconoce a la novia que perdió 62 años atrás - Historia del día

Susana Nunez
12 ene 2022
07:40

Un hombre quedó en shock cuando, tras ofrecerse a pagar los alimentos de una señora mayor, reconoció a la que fue su novia 62 años antes.

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Paul se quedó allí, perplejo. Se le habían llenado los ojos de lágrimas. Sentía una felicidad inesperada, pero en el fondo, también había tristeza. No podía dejar de ver a la mujer frente a él en el supermercado.

Debía tener unos 80 años y le temblaban las manos. También estaba despeinada, y su ropa era vieja y de aspecto andrajoso.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"¿Puedes dejar que me lleve esta barra de pan?", le dijo en voz baja al cajero. "No he comido nada en días. Pero solo tengo unos pocos centavos".

El cajero se burló de ella y le ordenó firmemente que se fuera. Fue entonces cuando Paul intervino para pagar por ella. La mujer se dio la vuelta para agradecerle su generosidad, y sus ojos también se llenaron de lágrimas. Paul vio la marca de nacimiento sobre su labio superior, y confirmó su identidad.

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62 años antes...

26 de septiembre de 1959. Paul nunca podría olvidar esa fecha. Estaba en una fiesta con amigos, jugando ping-pong, cuando vio a Ramia por primera vez. Él tenía 19 años en ese momento y ella 18. La chica llevaba un vestido de flores y desde el primer momento Paul supo que ella era el amor de su vida.

Él inmediatamente tomó una servilleta de una mesa cercana y escribió: "¿Puedo besarte?". Ramia se sonrojó ante el mensaje y asintió con la cabeza. Luego se fueron de la fiesta y caminaron hacia un parque, donde se tomaron de la mano y se besaron apasionadamente.

Comenzaron a verse con frecuencia después de ese primer encuentro, y sin darse cuenta, se enamoraron. Se prometieron pasar la vida juntos, pero las leyes del momento interfirieron en su relación. Sus padres, por su parte, tampoco estaban de acuerdo con su noviazgo y les prohibieron seguir juntos.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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En ese entonces, los matrimonios interraciales no eran legales en los Estados Unidos, lo que representaba un reto para Paul y Ramia porque él era estadounidense, nacido y criado en California, mientras que ella era africana, nacida en Chad y criada en California. Sus padres habían emigrado en busca de una mejor calidad de vida.

A pesar de esto, los novios decidieron que querían desafiar las leyes y fugarse. Pero la mamá de Ramia la sorprendió en el acto y le impidió salir de la casa.

Los padres de Paul decidieron mudarse a otro estado para asegurarse de que su hijo no "arruinara" su vida por amor. Además, le mintieron. Le dijeron que Ramia no era la mujer adecuada para él porque le había sido infiel.

Paul estaba devastado y decidió no volver a ponerse en contacto con Ramia. Nunca le dio la oportunidad de aclarar el malentendido. Ella nunca le fue infiel.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Ramia quedó desconsolada cuando Paul se mudó a otra ciudad sin informarle, y le escribió varias cartas tras averiguar su dirección.

El chico nunca recibió las cartas. Sus padres las escondieron, pero él las descubrió algunos años después, mientras estaba revisando unas cajas en el ático porque se mudaría de vuelta a California por un trabajo nuevo.

Su corazón se aceleró mientras las leía e hizo todo lo posible para buscar a Ramia, pero ya era demasiado tarde. Ella había desaparecido sin dejar rastro. Le preguntó a sus vecinos, pero nadie sabía nada.

Paul aceptó su destino, tras volver a California, conoció a Jazmín. Se casó con ella y tuvieron tres hijas. El hombre era muy feliz con su familia, sin embargo, a veces se preguntaba si volvería a ver a Ramia.

Lamentablemente, tras 25 años de matrimonio, Jazmín murió de cáncer. Para entonces, las niñas ya eran grandes, pero Paul igual se aseguró de cuidarlas hasta que se casaran y se establecieran.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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De vuelta al presente…

"Ramia... ¿eres tú?", preguntó Paul con nerviosismo.

Ella desvió la mirada, se secó las lágrimas, y se apresuró a irse con la bolsa de pan. Paul dudó sobre la identidad de la señora, pero su corazón le decía que esa era su amada.

Eran los mismos ojos que había visto 62 años antes, y su voz tenía una dulzura familiar. Salió apresuradamente del supermercado, convencido de que estaba en lo correcto.

"¡Sé que eres tú, Ramia! Por favor, escúchame", dijo agitado.

Ella se detuvo en seco. "Creo que está equivocado, señor. No soy Ramia", dijo con una leve sonrisa en el rostro y lágrimas en los ojos.

"Sé que nunca me engañaste. Leí las cartas, pero demasiado tarde. Lo siento", dijo él y la sonrisa de la mujer cambió gradualmente a una expresión de tristeza. Entonces rompió a llorar.

"¿Por qué me abandonaste, por qué nunca me escribiste? ¡¿Por qué no me buscaste?!", gritó llorando incontrolablemente.

Paul la abrazó y fueron juntos a un café cercano. Pidió una taza de café caliente para ella y le preguntó amablemente: "¿Qué te ocurrió, Ramia? ¿Por qué estás viviendo en estas condiciones?".

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La mujer se secó las lágrimas y contó toda su historia.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Después de que ella y Paul se separaron, los padres de Ramia la obligaron a casarse con un hombre llamado Michael. Él era constructor y, desafortunadamente, murió en un terrible accidente laboral.

Tras su muerte, Ramia tuvo que cuidar sola de sus 4 hijos. Logró apoyarlos económicamente y todos consiguieron buenos trabajos. Sin embargo, cuando se independizaron, se olvidaron de ella y se negaron a cuidarla.

Ya a sus 80 años, Ramia no podía trabajar y sobrevivía con su pensión y los pocos ahorros que le quedaban. Sin embargo, le costaba llegar a fin de mes.

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El corazón de Paul se rompió al escuchar lo dura que había sido la vida para Ramia. Él le ofreció ayuda: "Si no te molesta, te invito a vivir conmigo, Ramia. ¿Te parece bien?".

"No, Paul", dijo ella avergonzada. "No quiero convertirme en una carga para nadie. Realmente no quiero ser una fuente de problemas para nadie".

"Desafortunadamente, la vida tampoco ha sido tan amable conmigo. Mi esposa murió hace años y mis hijas están casadas y viven en otros países. Tal vez el encontrarnos ahora sea cosa del destino”, dijo Paul.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Ramia no pudo contener las lágrimas. Sin embargo, ella todavía no estaba lista. "Aprecio tu ayuda, Paul, pero han sucedido muchas cosas. Necesito algo de tiempo para pensar en ello".

Paul respetó su decisión y le aseguró que las cosas estarían bien pronto. Y desde ese día la visitó con frecuencia y la apoyó económicamente.

Por mucho que ambos intentaron controlarse, lo cierto es que sus sentimientos volvieron a florecer y se volvieron a enamorar. Un año después, decidieron vivir juntos y se casaron.

La ceremonia fue linda e íntima, y asistieron las hijas de Paul y varios de sus vecinos cercanos. Ambos fueron muy felices.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Nunca sabemos lo que nos depara el destino. Era solo un día normal en el que Paul había visitado el supermercado. Nunca imaginó que se reencontraría con su primer amor.
  • Hay amores que son para siempre. Paul y Ramia estaban destinados a estar juntos, ¡y sucedió a pesar de que tomó 62 años!

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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