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Un niño mirando juguetes | Foto: Shutterstock
Un niño mirando juguetes | Foto: Shutterstock

Niño exige juguetes caros para Navidad: llama "perdedores" a sus padres por no tener el dinero - Historia del día

Georgimar Coronil
27 dic 2021
13:40

Un niño exige juguetes caros para Navidad y cuando su madre le dice que no pueden permitírselo llama a sus padres perdedores.

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Había sido un año duro para los Jiménez. El restaurante de Margarita había quebrado durante la pandemia de COVID, y su marido, Jefferson, era un escritor en apuros que trabajaba a tiempo parcial en la construcción.

La pareja tuvo que vender su casa lujosa y comprar un apartamento sencillo, para poder mantener a su hijo Michael, de ocho años, en su colegio privado. Pero el niño no entendía por qué no podía tener lo que quería, y estaba enfadado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

"¡Mamá!", llamó Michael al entrar en casa una semana antes de Navidad. "¡Mamá, ya sé lo que quiero para Navidad!".

Margarita suspiró. ¡Había sido un mes duro y no quedaba mucho para regalos una vez pagadas todas las facturas! "Hola, cariño", le dijo, dándole un abrazo a su hijo, "¿Y qué le vas a pedir a Papá Noel?".

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Michael respondió: "¡Oh, por favor, no soy un niño pequeño! Sé que no hay ningún Papá Noel... ¡tú y papá compran los regalos!".

"Ok Michael", dijo Margarita. "Entonces, ¿qué es lo que querías?".

Néstor pidió el casco de 'The Mandalorian' y un Baby Yoda de tamaño natural y ¡yo quiero lo mismo!", dijo.

"Ay cariño", dijo Margarita. "Vi eso en la tienda. El Baby Yoda cuesta casi $500 y el casco también... No tenemos el dinero para pagar eso".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Michael miró a su madre. "¿Qué quieres decir? ¿Por qué no? Los padres de Néstor..."

"Cariño", dijo Margarita, "sabes que las cosas han estado algo difíciles desde que tuve que cerrar el restaurante, y el trabajo de papá... ¡Cuando las cosas mejoren te compraremos ese Baby Yoda, lo prometo!".

Michael miró a su madre con desprecio. "¡No puedes pagarlo porque eres una PERDEDORA!", gritó. "¡TE ODIO!" Y salió corriendo a encerrarse en su habitación.

Cuando Jefferson llegó a casa, encontró a Margarita llorando. "¡Ay, Jeff, nuestro hijo me odia!".

Jeff abrazó a su esposa. "Amor", dijo, "creo que es hora de que Michael aprenda sobre cómo es realmente la vida".

Entonces le tocó la puerta a su hijo. "Sal, Michael", dijo. "Vamos a dar una vuelta".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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El niño salió con una sonrisa triunfal. Estaba seguro de que su padre le iba a llevar a comprar los juguetes que quería, pero se llevó una sorpresa. Jeff detuvo el coche frente a un edificio grande, gris y de aspecto desvencijado.

"Vamos", dijo, "hay algunas personas que quiero que conozcas". Condujo a Michael a una gran sala llena de mesas donde había gente de aspecto triste sentada comiendo y hablando en voz baja.

Otra sala grande estaba llena de literas, y en una esquina un grupo de niños jugaba con algunos juguetes rotos, mientras sus padres los vigilaban. "¿Qué es este lugar, papá?", preguntó.

"Es un refugio para familias sin hogar", le dijo Jeff. "Gente que perdió su trabajo, como lo hizo mamá, y perdió su casa, y no puede ni siquiera alimentar a sus hijos".

"¿Esos niños? No recibirán nada en Navidad. De hecho, se consideran afortunados por tener un lugar donde dormir".

Michael miraba a su alrededor con ojos muy asustados. "¿Nos va a pasar esto, papá?", preguntó.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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"No", dijo Jefferson. "Porque somos muy afortunados. Tenemos algunos ahorros, y dinero de la venta de nuestra casa, y tengo trabajo... pero para mantener un techo sobre nuestras cabezas, tenemos que ser cuidadosos. Has sido un chico egoísta, y muy grosero con mamá, y ella ha hecho lo que ha podido. Y por cierto, ¿qué le vas a regalar a mamá por Navidad?".

Michael puso cara de sorpresa. "¿Por qué debería regalarle algo? Ella es la madre, ¡las madres no reciben regalos!".

Jeff suspiró. "Michael, ¿sabes por qué damos regalos en Navidad?", preguntó. "Es para recordarnos el gran regalo que Dios le dio al mundo cuando nació el Niño Jesús y vino a enseñarnos que lo más grande que podemos darnos es amor".

Michael susurró: "No le he dado mucho amor a nadie, ¿verdad?".

"No", dijo Jefferson.

En el camino a casa, Michael estaba muy callado y el padre vio que algunas lágrimas resbalaban por sus mejillas. Cuando entraron, Michael corrió hacia Margarita y la abrazó.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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"¡Lo siento mucho, mamá!", sollozó. "Lo siento...".

Margarita abrazó a su hijo. "No pasa nada, cariño", le dijo suavemente. "¿Por qué no vas a lavarte la cara y me ayudas a hacer el pan de jengibre para mañana?".

Pero Michael se mordía los labios y negaba con la cabeza. "Mamá tengo esa caja grande en el almacén llena de juguetes con los que ya no juego... ¿Podemos envolverlos y llevarlos al refugio para que los niños los abran mañana por la mañana?".

Así que Jeff, Margarita y Michael pasaron la Nochebuena envolviendo regalos y a la mañana siguiente estaban en el refugio temprano con un coche lleno de regalos. Vieron a los niños abrir los regalos, riendo y gritando de emoción, y entonces Margarita vio que Michael estaba llorando.

Margarita le preguntó si estaba triste por regalar sus juguetes, pero él negó con la cabeza. "¡No, mami! Acabo de darme cuenta de que soy el niño más afortunado del mundo, porque nos queremos y tenemos un hogar acogedor al que ir".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La Navidad no consiste en recibir regalos, sino en dar amor: Miguel quería juguetes caros, pero aprendió el verdadero significado de la Navidad, un regalo mucho más grande.
  • Recuerda que lo que es poco para nosotros es una gran recompensa para los demás: Para los niños del refugio, los viejos juguetes de Michael eran los más maravillosos que habían visto nunca.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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