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Un hombre pidiendo dinero en la calle | Foto: Shutterstock
Un hombre pidiendo dinero en la calle | Foto: Shutterstock

Mujer queda atónita al ver a indigente con un colgante igual al que enterró junto a su prometido - Historia del día

Georgimar Coronil
10 feb 2022
01:40

Una mujer se sorprendió cuando vio a un indigente usando el colgante que enterró junto con su prometido, luego de que falleciera en un accidente de tráfico.

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Linda Gutiérrez pensaba que ya había vivido el duelo por su novio, Javier Reynoso. Pero cuando divisó a ese hombre en la calle, con la luz reflejada en el colgante que llevaba en el cuello, su corazón se rompió de nuevo.

Dos años atrás enterró a Javier con ese mismo collar. Lo sepultó a él y a todas sus esperanzas de ser feliz a su lado, tan solo dos días antes de su boda.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Ahora, este hombre con la cara sucia y los ojos perdidos que llevaba el colgante de Javier, estaba allí para recordarle todo lo que ya no tenía.

Linda había conocido a su novio a través de su trabajo como fisioterapeuta. El capitán Javier Reynoso, del ejército, le había robado el corazón mientras trabajaba para devolverle la fuerza a sus piernas.

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Cuando terminó su terapia, Javier le pidió a Linda que se casaran. "Llevo toda la vida buscándote", le había dicho. "¡No quiero perder el tiempo!".

Pero Linda había atravesado por un mal matrimonio y un peor divorcio. La idea de adentrarse en una relación seria con el apuesto soldado la había asustado.

Así que los dos se tomaron las cosas con calma, paso a paso. Cuatro años después de conocerse, Linda aceptó la propuesta de Javier y prometió ser su esposa.

Los dos pasaron los siguientes nueve meses planeando su boda y restaurando la pequeña casa que habían comprado juntos.

Hasta que un día sonó el teléfono y una voz al otro lado le dijo a Linda que Javier no iba a volver. Ni esta noche, ni nunca. Un camión se había salido de control en la autopista, y así, sin más, su prometido había muerto.

Linda creía haber superado lo peor, pero ahora, la imagen del colgante en el cuello de este hombre le había traído el recuerdo de la misma joya colgando contra el pecho de su amado en la ducha.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

"¿Qué es eso?", había preguntado ella, y Javier le había dicho que era un recuerdo del hombre que le salvó la vida en Oriente Medio, un hombre llamado Tomás Hernández, que le había llevado hasta un lugar seguro en medio del combate.

Javier le había prometido a Tomás que estaría a su lado algún día si lo necesitaba, y como muestra de esa promesa, le había regalado un colgante igual al suyo. Pero Javier fue enviado a casa para recuperarse, y tras conocer a Linda, había perdido el contacto con él.

¿Podría este hombre acurrucado en la esquina de la calle ser el Tomás del que había hablado Javier? Linda se acercó al sujeto y se agachó. Inmediatamente, el olor a bebida barata la abrumó.

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Linda se dio cuenta de que estaba borracho. "¿Es usted Tomás Hernández?", preguntó, pero él solo sollozaba y la miraba con ojos perdidos y asustados. Linda tomó una rápida decisión.

Se puso en pie y llamó a un taxi. Pidió al conductor que la ayudara a meter al vagabundo en el coche y, más tarde, a subir a su apartamento. El hombre se mostró preocupado.

"Una mujer bonita como usted", le dijo. "¿Está segura de que quiere a este vagabundo en su casa? Podría ser peligroso". Pero Linda le dio las gracias, junto a una generosa propina, y lo despidió.

Luego, instaló al indigente en la habitación de invitados y lo dejó dormir. A la mañana siguiente, se despertó tarde y entró en la cocina con aspecto perdido y confuso.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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"¿Dónde estoy?", preguntó.

"Eso depende de quién seas", le dijo Linda con calma. "¿Cómo te llamas?".

"Tomás", respondió el hombre. "Tomás Hernández".

Linda se puso en pie y le cogió la mano. "En ese caso, Tomás, esta es tu casa por el tiempo que necesites para recuperarte", dijo. "Ve a ducharte y afeitarte. Te dejaré ropa limpia en la cama".

"¿Por qué hace esto, señora?", preguntó Tomás. "¡No me conoce de nada!".

Linda sonrió. "Porque hace mucho tiempo salvaste a alguien que era importante para mí y me diste cinco años más de felicidad", dijo. "Salvaste a Javier Reynoso, y él prometió que estaría ahí para ti. Javier ya no está, pero yo mantendré su promesa".

Tomás cerró los ojos y su mano se alzó para tocar el colgante que colgaba de su cuello. "Él me dio esto... ¿Ha muerto?".

"Sí", susurró Linda. "Sí, ha muerto, pero haré lo que él querría que hiciera... ayudarte, si quieres que lo haga".

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

No fue fácil, por supuesto, superar el dolor y horror que Tomás había vivido. Linda lo puso en contacto con un grupo que ayudaba a los veteranos con trastorno de estrés postraumático, y así, él dejó de beber para ahogar los recuerdos.

Tomás emprendió el largo camino de recuperación y finalmente empezó a trabajar como consejero en la misma organización que le ayudó a mejorarse. Ahora tiene su propia casa. Además, él y Linda han empezado a verse como algo más que amigos.

Ella sabe que Tomás no es Javier y que nunca podrá ocupar su lugar, pero tal vez, solo tal vez, los dos puedan encontrar un poco de felicidad juntos. A Javier seguramente le gustaría eso.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

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  • La muerte no es el fin de la gratitud ni del amor: Aunque Javier había muerto, Linda estaba decidida a mantener su promesa al hombre que le había salvado la vida.
  • La vida a veces nos da segundas oportunidades de las formas más inesperadas: Ayudando a Tom, Linda reconstruyó su propia vida y volvió a encontrar el amor.

Comparte esta historia con tus amigos. Puede que les alegre el día y les inspire.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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