Niño pobre paga la compra de anciana: su abuela recibe $230.000 para su tratamiento días después - Historia del día
Un niño tuvo un inusual gesto de generosidad con una desconocida en una tienda. Más adelante, la señora supo que él estaba pasando un mal momento e hizo todo lo posible por ayudarlo.
“Caray, debo haber perdido mi cartera. Lo siento mucho. Tendré que volver por estas cosas más tarde”, le dijo Mary al cajero, quien comenzó a recoger los artículos. Mientras la mujer cerraba su bolso, el chico detrás de ella en la fila habló:
“Espere, señora. No tiene muchas cosas. Yo las pagaré”, dijo. No podía tener más de 12 años y Mary notó que su ropa estaba algo gastada.
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“Oh, no. No podría aceptar eso”, respondió Mary.
“Insisto, señora. A veces, tenemos que hacer cosas buenas, y el karma nos recompensará más tarde, ¿no? Eso es lo que dice mi abuela todo el tiempo”, dijo el niño mientras pagaba todo lo que Mary había elegido. Afortunadamente, eran unos pocos artículos esenciales.
La hija de Mary, Anastasia, estaba enferma con gripe y su esposo estaba en un viaje de negocios, por lo que le pidió ayuda a su madre. Aunque vivía en otra ciudad, no había dudado en emprender el viaje para cuidar a los nietos. Su amigo José la había llevado y accidentalmente había dejado su billetera en su auto.
Una vez que embolsaron sus compras, Mary y el niño salieron. “Hola, soy Mary Clavijo. ¿Cuál es tu nombre?”, preguntó ella amablemente.
"Soy Marcos".
“Muchas gracias por lo que hiciste, Marcos. Me ahorraste un viaje a la tienda. Escucha, ¿qué tal si me das tu número de teléfono para que pueda devolverle el dinero tan pronto como tenga mi billetera?”, sugirió Mary, y el niño anotó su número en el recibo.
“Aquí está, pero no se preocupe por eso. No hay prisa. Vivo cerca de todos modos”, dijo Marcos.
“Te estoy muy agradecida, pero pienso que hay que saldar las deudas”, dijo Mary, y se despidieron.
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Cuando llegó a casa, le contó a Anastasia que había dejado su billetera en el auto de José y que un niño en la tienda había pagado por su compra.
“Fue agradable ver a un joven tan amable”, explicó Mary, mientras guardaba cosas y se preparaba para hacer una sopa.
“Es cierto. No muchos niños habrían actuado con tanta generosidad”, dijo Anastasia.
“Sin embargo, no creo que este niño provenga de una familia rica. Tal vez por eso me pareció tan especial su gesto. Me preocupa que pueda necesitar ese dinero con urgencia”, reflexionó su madre.
Posteriormente, pudo comunicarse con José, quien accedió a ir al día siguiente y devolverle la billetera. Luego llamó a Marcos, quien le dio la dirección de su casa, y poco después, Mary y Anastasia estaban enfrente del hogar del niño.
Era una casa pequeña y muy antigua, pero se veía limpia y el jardín estaba bien cuidado. Era evidente que no tenían mucho dinero, pero se esmeraban en mantener todo muy bonito. Tocaron el timbre y Marcos abrió la puerta.
“Hola, señora Clavijo”, dijo Marcos al abrir la puerta principal.
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“¡Hola, Marcos! Esta es mi hija, Anastasia. Aquí está tu dinero. Nuevamente, muchas gracias por todo”, le dijo Mary con una sonrisa amable.
"Gracias. No tenía que apresurarse”, respondió el chico. “Escuchen, las invitaría a entrar, pero se supone que no debo hacerlo. Mi abuela se enojaría”.
“¿Y dónde está ella? Tal vez, podamos venir más tarde a conocerla. ¿Le gusta el pastel de nuez? Porque ahora mismo vamos a la panadería”, añadió Anastasia feliz.
“Bueno, en realidad está en el hospital y no saldrá por un tiempo”, explicó Marcos con preocupación. Mary y Anastasia quisieron saber más, así que le pidieron detalles.
“Ella necesita una gran cirugía y comencé un GoFundMe. He estado tratando de promocionarlo, pero no es tan popular. Por ahora, el hospital ha entendido y la mantienen en observación mientras logro recaudar el dinero”.
“Oh, cariño. No deberías tener que hacer eso por tu cuenta”, dijo Anastasia, preocupada.
“No tenemos a nadie más. Solo somos nosotros”, le explicó Marcos. Mary y Anastasia se miraron y tomaron una decisión sin mediar palabras.
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“Dame el enlace a GoFundMe y el nombre de tu abuela. Además, ven con nosotros a la panadería. Iremos a visitarla y veremos si el doctor la deja comer un poco de pastel”, ofreció Mary, sin dejar mucho espacio a una negativa.
"¿Está segura? No tiene que hacerlo”.
“Claro que sí”, insistió Anastasia, y Marcos fue con ellas.
Después de comprar algunos pasteles, fueron al hospital a encontrarse con la abuela de Marcos, la Sra. Julia Estrada. Hablaron con ella un rato, y al irse, el niño decidió quedarse esa noche acompañándola.
Cuando llegaron a casa, Anastasia compartió el enlace de GoFundMe masivamente y también donó unos cientos de dólares. Pero Mary se sentía tan desesperanzada.
“Necesitan mucho dinero para esta cirugía. No sé si compartir el enlace sea suficiente”, dijo con tristeza.
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“Pensemos”, dijo Anastasia, mirando su computadora. “¿Qué tal si compartimos la historia del niño? ¡Podría volverse viral! Probemos en Reddit”.
“Eso no es tan fácil de lograr, Anastasia”, respondió Mary con escepticismo.
“Ya veremos”, dijo la joven con una sonrisa y comenzó a escribir todo lo que había sucedido, desde el acto generoso y espontáneo del niño hasta la enfermedad de su abuela. Lo publicó en varios lugares y en su Twitter.
Al principio, solo hubo unos pocos comentarios, pero miles de personas leyeron la historia y comenzaron a hacer donaciones unos días después. Se necesitaban muchas más para alcanzar la meta de 230 mil dólares, que era el costo del tratamiento completo de la Sra. Estrada.
Sorpresivamente, un medio famoso recogió la historia, la compartió e incluso le hicieron una entrevista a Mary y Marcos para su artículo. El proyecto GoFundMe superó con creces su objetivo y todos estaban encantados.
Marcos no podía creerlo. Solamente había pagado unos 20 dólares por la compra de la Sra. Clavijo, y de alguna manera ella había encontrado una manera de devolverlo con creces.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Ayudar a otros puede cambiar tu vida. Marcos ayudó a una desconocida en la tienda, sin imaginar que ese gesto cambiaría su vida para bien.
- Hay buenas personas en todo el mundo. Muchas historias virales han logrado que la gente haga suficientes donaciones para pagar los tratamientos costosos, incluso de mascotas, lo que demuestra lo generosas que pueden ser las personas.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.