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Un tráiler viejo | Foto: Shutterstock
Un tráiler viejo | Foto: Shutterstock

Papá nota que su hija va todas las noches a estacionamiento abandonado y la sigue - Historia del día

Mayra Pérez
28 mar 2022
03:30

Un hombre descubre que su hija de 15 años le ha estado mintiendo sobre lo que hace en las tardes. Decide seguirla hasta un parque de casas rodantes abandonado para averiguar lo que ha estado haciendo y queda impactado con lo que ve.

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Frank Hernández estaba convencido de que no había nada en el mundo más difícil que criar a una adolescente. Amanda, su hija, tenía 15 años y era hermosa, sensible, maravillosa y completamente imposible.

Él lo había pasado peor que el padre promedio porque había tenido que criar a Amanda solo durante los últimos once años. Su esposa, Jenny, había desaparecido sin dejar rastro cuando su hija tenía apenas cuatro años.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Durante los primeros años, su relación con su hija fluía en armonía, pero en los últimos tiempos se había estado comportando de forma evasiva y reservada. Siempre había sido una gran jugadora de fútbol, ​​pero de repente dejó el equipo y pasaba las tardes con sus amigos.

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Esa tarde, Frank notó que olía a humo de cigarrillo cuando llegó a casa.

“Amy, ¿has estado fumando?”, preguntó.

“¡Claro que no!”, gritó enfadada, “¡En serio, pensé que confiabas en mí!”.

“Tu ropa huele a humo”, señaló Frank.

“Algunos de los chicos con los que salgo fuman, ¡pero yo no!”, dijo en mal tono. “¡De verdad creía que confiabas en mí!”. De inmediato, subió las escaleras a su habitación y cerró la puerta con fuerza.

Frank negó con la cabeza. ¡Ahora sí que lo había arruinado! Sabía que durante los próximos días su hija estaría distante, de mal humor. ¿No podía entender que él estaba haciendo lo mejor que podía? ¿Qué todo lo que quería era mantenerla a salvo?

A la mañana siguiente, Amanda desayunó a toda prisa, sin siquiera sentarse. “Voy a pasar la tarde con Claudia”, dijo ácidamente, “Intenta no enviar un espía detrás de mí o algo así”.

Una joven y malencarada adolescente. | Foto: Pexels

Una joven y malencarada adolescente. | Foto: Pexels

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Frank la vio salir y suspiró. Las cosas mejorarían a medida que madurara; confiaba en eso. Mientras tanto, sabía que debía llenarse de paciencia, mucha paciencia. Se levantó y abrió la puerta del refrigerador.

Había comprado un pollo asado la noche anterior, así que prepararía una ensalada de papas, pan de ajo y esa sería su cena. Frank frunció el ceño. “¿Dónde está el pollo?”, pensó, mientras buscaba frenéticamente en la nevera. No estaba.

También faltaba un recipiente de ensalada y unas rodajas de piña. “¡Tal vez me estoy volviendo loco!”, dijo Frank en voz alta: “¡Qué problema! ¡Estaba muy seguro de haber comprado pollo asado!”. Decidió que compraría un poco de pizza de camino a casa.

Esa noche, cuando Frank entró en la casa, todo estaba oscuro. Era evidente que Amanda aún no había llegado, lo que le dio el tiempo para meter la pizza en el horno y preparar una ensalada. Estaba mezclando el aderezo cuando sonó el teléfono. “¡Hola!”, dijo.

“¡Hola, señor Hernández!”, saludó una voz familiar y alegre, “Soy Claudia. ¿Puedo hablar con Amy, por favor? La he estado llamando a su celular, pero no contesta”.

“¿Claudia?”, preguntó Frank desconcertado: “Pero pensé que Amy estaba contigo…”.

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Hubo un silencio incómodo, luego Claudia dijo: “¡Sí, lo estaba! Pero dejó algunas cosas aquí y me preguntaba si las necesitaría para esta noche o si podría llevárselas a la escuela... Igual no es tan importante, ¡adiós!”.

Frank estaba atónito. Era evidente que Claudia estaba encubriendo a su amiga, lo que significaba que Amanda le había mentido. Una cosa que él siempre había creído era que su hija no le mentía.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Por qué ahora? ¿Qué estaba pasando en su vida? ¿Estaba en problemas? ¿Adónde iba todas las tardes? Frank todavía estaba haciéndose preguntas cuando llegó Amanda. “Hola papá”, dijo alegremente, “¿Cómo estás?”.

“Todo bien”, dijo Frank con calma, “Claudia te acaba de llamar. Parece que no podía localizarte en tu celular”.

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Amanda se puso visiblemente tensa. “¿Ahora? ¡Pero si estuve con ella hace veinte minutos!”, dijo. “¿Dijo que quería?”.

“Me dijo que habías dejado algunas cosas en su casa”, respondió Frank mirando a su hija a los ojos.

“¿En serio?”, preguntó Amanda, “No me di cuenta. No te preocupes, ya la llamo”. Y subió a su habitación. Sí, definitivamente le estaba mintiendo y Frank iba a averiguar por qué. No había forma de que ignorara esto.

A la tarde siguiente, Frank estaba esperando fuera de la escuela de su hija y, cuando ella salió, comenzó a seguirla. Amanda caminó hacia el oeste y 20 minutos después llegó a un viejo parque de casas rodantes abandonado.

Había remolques abandonados por todas partes; la mayoría de ellos estaban quemados y destrozados, pero en la parte de atrás había uno que parecía bastante intacto.

Frank observó con inquietud cómo Amanda llamaba a la puerta y luego entraba. El corazón le latía con fuerza en su pecho. ¿Estaba su hija comprando drogas? ¡No podía creerlo! ¡No su pequeña!

Frank caminó hacia el vehículo y llamó con fuerza a la puerta. Amanda abrió y se quedó allí, visiblemente sorprendida de verlo. “Papá…”, dijo ella con voz casi inaudible. Su padre pasó junto a ella y entró al remolque.

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Una adolescente mira con atención su celular. | Foto: Unsplash

Una adolescente mira con atención su celular. | Foto: Unsplash

Por dentro estaba todo muy ordenado y limpio. En la mesa de la cocina, estaba servida la cena: un pollo asado y una ensalada. Así que ahí es donde se había ido la comida. “Jovencita”, exclamó Frank, “¡Tienes algunas explicaciones que dar!”.

Luego escuchó un movimiento en la parte trasera del remolque y se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con un fantasma. “¿Jenny?”, exclamó. ¡Era su esposa! Parecía delgada, cansada y frágil.

“Por favor, papá”, gritó Amanda, y lo agarró del brazo. “Puedo explicarte…”.

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“¡Tal vez es mejor que sea ella la que me dé algunas explicaciones!”, gritó enojado. Se volvió hacia Jenny. “¿Dónde has estado y cómo te atreves a aparecer después de once años?”.

“Papá”, dijo Amanda con voz llorosa, “¡Mamá está enferma, está muy enferma!”. Frank notó que Jenny temblaba y hacía extraños gestos de protección con las manos. “Ella se tuvo que ir porque le dijeron que tenía esquizofrenia... ¡Ha estado viviendo en la calle!”.

Frank se volvió para mirar a Jenny. “¿Esquizofrenia?”, preguntó, “¿Y por qué no me lo dijiste? Podríamos haberlo solucionado juntos…”.

Jenny estaba negando con la cabeza. “¡No, no!”, respondió llorando, “No quería que tú y Amy tuvieran una loca en sus vidas. Estaba loca, totalmente loca. Ahora estoy bien, pero pronto tal vez no...".

Una persona durmiendo en la calle. | Foto: Unsplash

Una persona durmiendo en la calle. | Foto: Unsplash

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Frank llegó a su esposa en dos pasos. “Te amo, Jenny, nunca dejé de amarte. Voy a conseguirte la ayuda que necesitas y volveremos a ser una familia”. Amanda los estaba abrazando a ambos, y miró a Frank con tanto amor que a él se le llenaron los ojos de lágrimas.

“Solo una cosa, chicas”, dijo Frank, “De ahora en adelante, no más secretos”.

Frank y Amanda apoyaron a Jenny durante el difícil período de tratamiento y adaptación a su medicación, y a veces las cosas no fueron fáciles. Pero eran una familia y hay pocas cosas que una familia no pueda superar con amor.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La honestidad es siempre la clave para una relación saludable. Tanto Jenny como Amanda decidieron ocultarles cosas a Frank, y eso solo las perjudicó de muchas maneras.
  • Una familia unida por el amor sincero e incondicional es una fuerza indestructible. Jenny se alejó de su familia al saberse enferma y eso solo causó grandes dificultades a todos. Al reencontrarse con ellos, pudo encontrar todo lo que necesitaba para recuperarse.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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