logo
página principalHistorias Inspiradoras
Parte frontal de una casa vieja rodeada de árboles. | Foto: Shutterstock
Parte frontal de una casa vieja rodeada de árboles. | Foto: Shutterstock

Señora no deja que nadie pase a su casa: un vecino entra después de su muerte - Historia del día

Cuando la señora Bermúdez murió, nadie se dio cuenta durante un tiempo porque todos le temían. Su vecino, Tadeo, fue el único que entró en su casa y encontró su cuerpo.

Publicidad

“Hace tiempo que no he visto a la señora Bermúdez. ¿Has notado algo en su casa?”, le preguntó Tadeo a otra vecina, la Sra. Carrillo, que vivía justo en frente de su casa.

La Sra. Bermúdez vivía al lado del hombre, y él siempre trataba de ser amable con ella, pero ella nunca le devolvía los saludos ni las ofertas de amabilidad.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Quería que la dejaran sola, y su ropa completamente negra intimidaba a todos en el tranquilo vecindario donde vivían. Nadie había visto nunca el interior de su casa, y algunos de los niños empezaron a correr rumores de que la mujer mayor era una bruja.

Pero Tadeo sabía que algunas personas eran simplemente introvertidas y solitarias. Se sentía triste por la mujer mayor porque nadie la visitaba ni hablaba con ella.

Publicidad

Pero iba al mercado una vez a la semana y a menudo se la veía recogiendo el periódico de su porche. Desafortunadamente, Tadeo no la había visto en un tiempo y comenzó a preocuparse por ella.

“No, no la he visto, pero ella debería estar bien. Nunca sale mucho de casa, ¿verdad?”, respondió la Sra. Carrillo, encogiéndose de hombros como si su vecina no importara.

“Ella sale una vez a la semana y recoge el periódico todos los días. Me estoy preocupando un poco. Solo quiero saber si la ha visto antes de ir a molestarla”, explicó el hombre.

“Bueno, ella no te va a invitar a tomar un café, pero no estaría de más que la vieras. Buena suerte”, dijo la mujer, y luego él se fue.

Era hora de que Tadeo se acercara a la casa de la anciana y comprobara por sí mismo si estaba bien. Tocó varias veces su puerta y no hubo respuesta.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

Empezó a mirar por las ventanas, pero estaba oscuro adentro y no podía ver nada más allá de las cortinas. Temiendo lo peor, probó cada una de las puertas a ver si tenían seguro, hasta que se abrió la puerta trasera de la cocina y entró.

Había un olor horrible que venía de alguna parte. El aire se sentía pesado, y sintió un escalofrío en su espalda. Parecía que no debería estar allí y, por un segundo, pensó en los rumores de que la Sra. Bermúdez podría estar interesada en la brujería.

Pero descartó ese pensamiento de inmediato y comenzó a buscar por la casa. Cuando se acercó al dormitorio de la mujer el olor se hizo más fuerte.

Algo en su mente le decía lo que encontraría dentro, pero tenía que comprobarlo. Tenía razón y llamó a la policía de inmediato.

Lamentablemente, la Sra. Bermúdez había muerto sola en su cama y el forense dijo que probablemente tenía días así. Tadeo quería volver a su casa cuando se llevaron el cuerpo, pero no pudo.

“¿Es que nadie la había llamado en los últimos días?”, se preguntó el hombre. “¿Por qué estaba sola?”.

De repente, se centró en las fotografías en su pared. Lucía feliz en ellas, aunque nunca había visto sonreír a la mujer. Un hombre y dos niñas aparecían en algunas de sus instantáneas. “Deben ser su familia. Pero, ¿por qué no la habían contactado en todo este tiempo? ¿Por qué estaba sola?”.

Publicidad
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Regresó a la habitación de la mujer cuando la policía salió. Entonces miró a su alrededor. Había algo debajo de su almohada y él lo agarró con delicadeza. Era un diario. Por suerte, no estaba dañado como el resto de su cama. Entonces lo sacó a escondidas de su casa.

“¿Qué va a pasar con ella?”, le preguntó a la policía, escondiendo el diario lo mejor que pudo. El oficial no se dio cuenta.

“Bueno, la llevarán a la morgue. Si no aparece nadie de su familia, el estado tiene formas de deshacerse del cuerpo. ¿Sabe algo de su familia?”, le preguntó el oficial, y Tadeo negó con la cabeza, diciéndoles lo poco que sabía sobre ella.

Cuando los oficiales se fueron, el hombre se fue a casa. Cuando llegó abrió el diario de inmediato. Estaba lleno de muchos pensamientos, preocupaciones e historias de la vida de la Sra. Bermúdez.

Publicidad

Finalmente se dio cuenta de por qué la mujer siempre estaba sola y parecía tan enojada todo el tiempo.

Según el diario, su esposo, un hombre al que amaba mucho, murió cuando sus gemelas aún eran niñas. Y las chicas desaparecieron cuando eran adolescentes.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Desde entonces, la Sra. Bermúdez dedicó su vida a buscarlas. Había vendido todo para financiar la búsqueda hasta que no le quedó mucho. En algún momento, perdió la esperanza y vivió una existencia enojada desde entonces, esperando morir.

Tadeo lloró, sintiéndose horrible por no esforzarse más por conocer a la mujer. No era su culpa, aunque se sentía culpable por no haber hecho algo por ella de vez en cuando.

Publicidad

Pero eso cambiaría inmediatamente. No permitiría que el estado se deshiciera del cuerpo sin una despedida adecuada.

Les dijo a sus vecinos la verdad sobre la señora, y todos habían quedado tan sorprendidos como él. Les pidió que asistieran al funeral que estaba planeando y todos se presentaron. Llevaron comida e incluso lo ayudaron.

Tadeo pronunció un discurso en el que prometió continuar la búsqueda de la Sra. Bermúdez por sus hijas.

Durante semanas, el hombre y algunos de los vecinos hicieron todo lo posible para encontrar a las hijas de su difunta vecina y finalmente las descubrieron en Facebook. Tadeo se puso en contacto con ellas, se reunieron para tomar un café y las damas revelaron lo que había sucedido.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

“Nos involucramos con malas personas cuando éramos jóvenes. Eso estuvo mal. Le dijimos a nuestra madre que nunca más nos contactara y desaparecimos de su vida”.

“Eventualmente, ambas terminamos en prisión por intentar robar en un banco. Logramos salir unos años más tarde, pero nunca más pudimos darle la cara a nuestra madre", reveló una de las chicas, y Tadeo se sintió furioso.

“Su madre nunca dejó de buscarlas. Ustedes dos deberían haber pensado mejor las cosas”, las regañó y les dijo dónde estaba la tumba de su vecina.

Él animó a las gemelas a que, al menos, le presentaran sus respetos a su difunta madre. Ambas estuvieron de acuerdo y fueron al cementerio donde lamentaron la forma en que había fallecido.

Como parientes más cercanas, tenían derecho a la casa de la Sra. Bermúdez, pero decidieron regalársela a Tadeo, agradeciéndole por haber sido la única persona que se preocupaba por la mujer mayor.

Tampoco querían nada, ni siquiera las fotos, porque les dolía demasiado. Por lo tanto, Tadeo se quedó con todas las imágenes. Eventualmente expandió su casa al patio de al lado y se quedó con una fotografía en especial de la familia Bermúdez.

Publicidad

“Alguien tenía que recordarlos cuando eran más felices”, dijo después de colocar la foto en la pared de su pasillo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Está pendiente de tus vecinos ancianos. No es tu responsabilidad, pero chequea a tus vecinos mayores si puedes, especialmente si sabes que nadie los visita.
  • Nunca juzgues a alguien por su apariencia. La gente juzgaba a la Sra. Bermúdez por su ropa y su actitud, pero no sabían nada de su dolorosa vida.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares