Madre de 3 hijos con solo $20 oye a sus hijos orar a Dios por ayuda: encuentra un cheque en la puerta de su casa
Una mujer tuvo que tomar una decisión difícil cuando sus hijos pidieron un lujo que no podía permitirse. Ella no pudo cumplir su pedido y los niños recurrieron a quien sabían que tendría respuestas: Dios.
Sara Gruver es una madre de tres hijos cuya espiritualidad y fe en Dios le recordaron que los milagros existen y que alguien allá arriba está escuchando sus oraciones.
Su historia muestra que a veces los adultos también pueden aprender una o dos cosas de los niños. No hay duda de que la experiencia que vivió esta madre cambió su vida para siempre.
CASI NO LE QUEDABA DINERO
Sara Gruver es una paramédica de Nueva York con tres hijos que mantener. Un día de 2017 ella conducía a casa con sus retoños después de gastar casi todo su salario en alimentos para su hogar, tras pagar sus otras cuentas.
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Todo lo que le quedaba en su bolsillo eran $20, y probablemente los tendría que gastar antes de que le pagaran de nuevo. No era mucho, pero estaba agradecida de que todavía quedara algo para la semana. Sin embargo, sus hijos tenían otras ideas.
Querían helado y expresaron sus deseos con confianza, pensando que su madre los complacería. Imaginen su decepción cuando Sara se negó.
“Les dije: ‘No. Tengo poco dinero y podría necesitar esos $20 antes del día de pago. Tenemos mucha comida buena en casa, no necesitamos detenernos en la heladería’”, contó.
Esto hizo que los tres niños se sintieran bastante infelices, por lo que suplicaron y derramaron lágrimas, pero se dieron por vencidos cuando su madre no cedió.
HABLARON CON DIOS
Poco después de que se quedaron en silencio, Sara escuchó suspiros detrás de ella y luego escuchó a sus hijos hablar con Dios.
Ellos dijeron: “Dios, realmente nos encantaría un poco de helado. ¿Hay alguna manera de que puedas darle dinero a mamá para que podamos comprar un poco de helado esta noche? Sabemos que puedes. Gracias”.
Sara pensó que era una pérdida de tiempo, por lo que respondió: “Dios no va a dejar dinero en nuestra puerta para que ustedes puedan comprar un helado. Él está ocupado en este momento con los desastres naturales”.
UN MILAGRO INCREÍBLE
Uno de sus hijos, llamado Josh, se negó a creerle porque él sabía que Dios escuchaba y respondía a las pequeñas oraciones.
Entonces, él le dijo lo que Dios le había revelado después de su breve oración. El niño dijo: “Nop, Dios dijo que tendrás mucho dinero para helado y para darle algo a la gente del desastre natural”.
Sara pensó que era mejor dejarlo con su creencia, así que siguió conduciendo y pronto estuvieron en casa. Cuando llegaron al camino de entrada, la devota madre notó un sobre tirado en su porche delantero.
Cuando lo examinó, se dio cuenta de que contenía un cheque por $123 a su nombre, que eran restantes de un préstamo estudiantil que había pagado en exceso en 2007.
Sara se quedó anonadada y dijo lo mismo en la publicación compartida a través de su página de Facebook. “Los niños no se sorprendieron. Dios no se sorprendió. Y mamá recordó, una vez más, lo que significa tener la fe de un niño”, expresó.
Después de superar su conmoción inicial, la madre llevó a sus hijos a la heladería y, tal como le había dicho su hijo mayor, donó parte del dinero a la sociedad de la Cruz Roja.
Fue un acto muy amable porque podría haberse guardado el dinero para cuando lo necesitara. Darlo a la Cruz Roja significa que puede convertirse en un milagro para otra persona, lo cual es lógico porque “los milagros deben extenderse”.
Su historia es prueba de que Dios escucha cada pequeña oración. Los niños nunca dudan de su capacidad para hacer esto, e incluso la incredulidad de sus padres no influirá en su fe.
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Esto se debe a que tienen una fe más fuerte que los adultos y no necesitan la ciencia para entender las cosas. Simplemente saben en lo más profundo de su corazón cuándo funcionarán las cosas y cuándo no.