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Un niño y un perro frente a una tumba | Foto: Shutterstock
Un niño y un perro frente a una tumba | Foto: Shutterstock

Mujer sigue a su perro que se escapó y lo encuentra con un niño huérfano cerca de una tumba - Historia del día

Georgimar Coronil
05 may 2022
11:20

Fabiola encontró a un perro a través de Facebook. Se había quedado sin hogar tras la muerte de sus dueños, así que ella lo acogió y acabó desarrollando un vínculo con él. Un día el perro se le escapó mientras lo paseaba, llevándola a una tumba donde conoció a un niño solitario. Los acontecimientos que siguieron cambiaron su vida para siempre.

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Tras perder a su prometido, Aarón, y a su perro, Tommy, en un accidente de tráfico, Fabiola Díaz se mudó a otra ciudad para huir de su trágico pasado y empezar de cero. Una mañana, de camino al trabajo, se encontró con una publicación en Facebook sobre un perro que le recordaba al legendario perro japonés Hachiko, reconocido por su dedicación a su amo.

Según el artículo, el perro se quedó sin hogar tras la muerte de sus dueños. Nunca se relacionaba con nadie y pasaba día y noche, esperando el regreso de sus humanos. Sin embargo, eso no iba a ocurrir, y los funcionarios que habían difundido el mensaje esperando hallar a alguien que lo acogiera.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Cuando Fabiola leyó la historia, no pudo evitar llorar. La vida del perro le recordaba a la suya propia: estaba sin familia, sola y cansada de intentar superar su tristeza. Recordó que a los 5 años quería tener un perro, pero sus padres no podían permitirse una mascota debido a sus problemas económicos.

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Cuando sus papás murieron, Fabiola terminó en un orfanato, pero odiaba vivir allí. Detestaba la idea de ser criada sin amor y tener una vida solitaria. Rezaba por una señal del cielo que la ayudara a encontrar a alguien que pudiera aliviar su soledad.

Cuando leyó lo del perro, se dio cuenta de que podía ser "la señal" que había estado esperando todo el tiempo. Así que, en lugar de ir a trabajar ese día, pidió un permiso por enfermedad y fue a ver a la mascota.

El lugar estaba en las afueras de la ciudad y tardó varias horas en llegar. Pero una vez allí, se fijó en el triste animal. Estaba sentado en el césped, con la cabeza entre las patas, completamente empapado por la lluvia torrencial.

El corazón de Fabiola se compenetró con el del pobre perrito de inmediato.

"Oye, oye", susurró en voz baja mientras se acercaba con pasos cortos. "Yo... puedo ayudarte. Por favor, no te sientas solo, ¿está bien?". Pero antes de que pudiera terminar la frase, se cubrió la boca con las manos y comenzó a llorar, revivió su pasado al ver al perro.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Sintió como si pudiera experimentar el dolor que sentía el can. Se había horrorizado cuando se enteró de que Aarón y Tommy no iban a volver. Se arrodilló y no pudo dejar de llorar.

De repente, el perro se puso en pie y se acercó a ella. Fabiola se sorprendió porque había leído que nunca se relacionaba con extraños. Pero con ella las cosas eran muy diferentes. La acarició suavemente mientras seguía llorando, y el perro ni siquiera le ladró.

"Entiendo perfectamente cómo te sientes", le dijo al perro. "No puedo ocupar el lugar de tus dueños, pero puedo quererte. Eso es todo lo que puedo hacer. ¿Te gustaría venir conmigo?".

En ese momento, el perro empezó a lamerle la cara como si le dijera que dejara de sollozar. Fabiola lo abrazó y le frotó la espalda. "Me entristece que hayas perdido a alguien que también te quería. Quizá por eso nos conocimos. Vamos". Se levantó, se limpió los ojos y cubrió al perro con su chaqueta para protegerlo de la lluvia.

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"¿Vamos?", preguntó, dando unos pasos hacia delante para ver si la seguía. Y para su asombro, el perrito lo hizo.

Fabiola se lo llevó a casa, lo bañó y lo alimentó. Más tarde se comunicó con las autoridades para notificarles que quería acogerlo oficialmente.

Con el tiempo, el perro (al que llamó Lingo) desarrolló un vínculo especial con ella, y sin darse cuenta pasaron meses desde ese primer encuentro. Fabiola comprendió que desde el día en que Lingo entró en su vida nunca había estado sola ni triste. Resultó ser una bendición para ella.

Una mañana, mientras lo paseaba, Lingo se escapó de su mano, se desenganchó de la correa y salió corriendo. "¡Lingo, espera!". Fabiola corrió tras él durante varios minutos y estaba jadeando cuando se detuvo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Se dio cuenta de que Lingo corría hacia un niño pequeño junto a una tumba. "¡Lingo!", gritó. "¡Vuelve, chico! ¿Qué haces ahí? Tenemos que volver". Pero el perro no la escuchó. Saltó sobre el chico y empezó a lamerle la cara. El niño lo abrazó y empezó a jugar con él.

Confundida por la forma en que el can interactuaba con el niño desconocido, Fabiola corrió hacia ellos. "¿Te das cuenta de lo travieso que te has vuelto últimamente, Lingo? Oye, lo siento, chico. No quiero molestarte con mi perro. Pero parece que se llevan muy bien".

"¿Tu perro?", la sonrisa del chico se desvaneció de repente, y abrazó a Lingo cerca de él. "¡Sansón es mi perro! No te lo voy a entregar".

"¿Qué?", los ojos de Fabiola se abrieron de par en par. "¿Pero cómo puedes decir eso?".

El chico señaló la tumba donde estaba sentado. "Me llamo Miguel, y esta es la tumba de mis padres", reveló. "Después de que murieron, me colocaron en un orfanato donde mi madre y mi padre trabajaban. Pero no se me permitió llevar a Sansón conmigo. No me gusta quedarme allí, pero no tengo elección. Hoy me han permitido venir aquí para ver a mis padres y ahora estoy muy contento de volver a ver a Sansón".

Fabiola miró a Miguel, luego a Lingo/Sansón, y vio que ellos también compartían un vínculo.

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"Oh, supongo que te vio venir al cementerio desde lejos. Bueno, Miguel, si estás preocupado por Sansón, debes saber que no ha estado solo en los últimos meses, lo adopté. ¿Por qué no vives con nosotros? Crecí en un orfanato, y sé que no son los mejores lugares para que los niños crezcan. Estoy segura de que Lingo o Sansón, como lo llamas tú, estaría encantado de que te mudaras con nosotros".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"¡Pero dudo que mi orfanato me deje! ¡No me dejan ir a ninguna parte!", dijo el niño de 7 años, abatido.

"¿Qué tal si me llevas a tu orfanato?".

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"¿Pero cómo nos ayudaría eso?".

"Ven conmigo. Te enseñaré cómo".

Ese día, Fabiola fue al orfanato de Miguel y solicitó hacerse cargo de él. Sí, tomó la decisión de adoptarlo.

Miguel se alegró mucho de poder reunirse con Sansón y no tener que permanecer más en el orfanato. Sin embargo, la adopción tardó algún tiempo en completarse, pero al final Fabiola se convirtió en su madre.

Si estás leyendo esto y te has sentido afligido por lo que sucede a tu alrededor y piensas que estás solo en las dificultades, no te preocupes, Dios tiene un plan para ti también. Así como lo tuvo con Fabiola, Sansón/Lingo y Miguel. Esperamos que esta historia te dé valor para salir adelante.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • A veces, ayudar a los demás puede hacer que te sientas menos solo: Fabiola ayudó al solitario Sansón/Lingo, lo que la llevó a conocer a Miguel. Con el tiempo, se convirtieron en una familia muy unida.
  • Los niños y las mascotas siempre nos dan alegrías: Tras acoger a Sansón/Lingo y más tarde a Miguel, Fabiola nunca estuvo triste ni deprimida.
  • El amor puede hacer maravillas: Fabiola mostró su afecto a Sansón/Lingo cuando estaba empapada por la lluvia, y el perro se acercó a ella y empezó a lamerle la cara para limpiarle las lágrimas y demostrarle que se preocupaba por ella igual que ella por él.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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