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Una casa abandonada | Foto: Flickr.com/darkday
Una casa abandonada | Foto: Flickr.com/darkday

Huérfano rico recibe carta que dice "Calle 30. Revisa el buzón": ve una casa abandonada allí - Historia del día

Mayra Pérez
17 may 2022
12:15

Un hombre rico recibe una misteriosa carta que lo remite a una dirección y una revelación que le permitiría entender mejor su pasado y le dejaría con una gran inquietud en su futuro.

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Las raíces familiares forman parte de quienes somos y de nuestra historia. Por fortuna, son muchos los que crecen en el seno de una familia amorosa. Otros, como Richard Freites, tienen que inventarse a sí mismos.

Aunque Richard había crecido en un orfanato y no tuvo la ventaja de tener una familia cariñosa que lo apoyara, era extraordinariamente inteligente y tuvo maestros dedicados que lo ayudaron a alcanzar su máximo potencial.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Pero esa misma inteligencia también lo separaba del resto de los niños, y su único amigo era Juan Francisco, uno de los guardias de seguridad del orfanato. Él lo tomó bajo su protección y en ocasiones lo llevaba a un juego de pelota o al cine.

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Juan Francisco falleció cuando Richard tenía 14 años y su aislamiento se hizo total. Mientras los otros niños hacían amigos o leían historietas o novelas de fantasía, él leía reseñas de leyes y estudiaba precedentes.

Pasarían años antes de que Richard supiera quién era, pero sabía dónde quería estar: en la cima. Fue a la universidad con una beca y cuando se graduó en Derecho, ya tenía docenas de ofertas de trabajo.

La inteligencia y la honestidad de Richard eran sus grandes ventajas en el mundo laboral. Rápidamente, se convirtió en uno de los principales litigantes y fue el socio más joven en la historia de la firma.

Richard se casó, tuvo tres hijos y adoraba a su familia. A veces, cuando su esposa les contaba a los niños historias sobre su infancia y sus abuelos, él sentía algo de nostalgia.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Nunca supo quiénes habían sido sus padres. Lo habían abandonado en el orfanato, solo con su nombre. Ese agujero vacío en su pasado lo perseguía. ¿Por qué lo habían dejado? ¿No lo amaban?

Entonces, un día, alguien entregó un sobre dirigido a él en su oficina. La nota en el interior decía: “Calle 30. Revisa el buzón”. Ricardo estaba confundido. ¿De qué se trataba? Tal vez era evidencia relevante para el caso.

Richard fue inmediatamente a la dirección y se sorprendió al ver una casa abandonada. Entró, pero estaba vacía. Entonces recordó el buzón. Había un sobre allí, y parecía tener mucho tiempo.

El sobre estaba dirigido a Javier Rodríguez y era una carta.

“Querido Javier, siento mucho que hayamos terminado así. Estoy enamorada de Kevin y quiero estar con él, pero estoy embarazada de tu bebé y él no quiere criar al hijo de otra persona, así que dejaré al niño en el orfanato tan pronto como nazca.

Mi hermano Juan Francisco trabaja allí. Si no quieres recogerlo, él se hará cargo de él. ¡Lo siento!

Con cariño, Esther”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Ricardo quedó muy sorprendido. La mujer que había escrito esa carta debió haber sido su madre, y él era ese niño. ¡Juan Francisco era su tío! Su bondad tenía sentido ahora. Esther parecía ser una mujer muy joven y algo tonta. Se preguntó si su padre habría recibido la carta.

A través del nombre en el sobre, Richard rastreó a Javier Rodríguez. Ahora tenía setenta y tantos años y vivía en un asilo. Se presentó con él y le entregó la carta. Cuando el anciano terminó de leerla, él le dijo amablemente: "Soy tu hijo...".

Javier comenzó a llorar y le explicó que se había mudado la semana en que su novia lo había abandonado y nunca más regresó. No se había casado. Y ahora descubría que además de un hijo, tenía nietos.

Richard arregló que su padre se mudara con su familia a su mansión y el anciano estaba encantado. Sin embargo, cada cierto tiempo, le asaltaban las dudas: ¿Quién había dejado la carta en la oficina? ¿Quién lo había llevado de regreso a su pasado? Era un misterio que nunca resolvería.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La vida es incierta, y puede sorprendernos a cada paso. En el ocaso de su vida, Javier descubrió que tenía un hijo y nietos que estaban dispuestos a acompañarlo en sus últimos días. Richard encontró parte de su pasado, en forma misteriosa.
  • El talento y la determinación son grandes herramientas para superar cualquier obstáculo. A pesar de sus inconvenientes, la inteligencia y el carácter de Richard lo convirtieron en un hombre exitoso.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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