A mujer le entregan un bebé justo en el funeral de la madre: tiene 3 empleos para poder convertirse en su mamá
Una mujer joven y soltera anhelaba nuevas y emocionantes experiencias en la vida. La maternidad no estaba en su futuro cercano. Pero sin saberlo, la mayor aventura estaba a la vuelta de la esquina y cambiaría su vida de la forma más inesperada.
Dicen que la vida nos sucede cuando estamos ocupados haciendo otros planes. Cuando las cosas no salen de acuerdo con nuestros deseos y anhelos, a menudo sentimos emociones, que incluyen desilusión, dolor, confusión y desesperanza.
Pero no podemos olvidar que, a veces, los momentos más conmovedores que experimentamos son productos de la pura coincidencia. Extraer alegría de las interminables sorpresas de la vida y de la pura imprevisibilidad puede ser un maravilloso golpe de suerte, y la historia de hoy se centra en esto.
UNA VERDADERA AVENTURERA
Emilie Larter de Worcestershire, Inglaterra, no tenía idea de lo que le deparaba el destino, al menos no al principio. Antes de ingresar a la universidad, e incluso durante su vida universitaria, había emprendido muchos viajes. Ella deseaba viajar toda su vida porque tenía una vena aventurera.
Después de terminar la universidad, voló a Tanzania para escalar el Monte Kilimanjaro. Luego, una amiga viajó para encontrarse con ella y juntos conocieron diversos parajes, disfrutaron de safaris y se relajaron en las playas de Zanzíbar.
Después de que su amiga se fue, Emilie se dirigió a Uganda en agosto de 2014, donde estaría por dos meses para ser voluntaria en un hogar infantil. Tenía planes de ir a Sudáfrica y varios otros países después. Sin embargo, sus planes se vieron interrumpidos por un acontecimiento inesperado.
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Según Larter, ser voluntario en el hogar de niños fue un trabajo duro pero gratificante. Cambiaba pañales, ayudaba a los niños con las comidas y los mantenía entretenidos. Solo había estado allí durante un mes cuando el administrador de la casa recibió una llamada telefónica.
LAS COSAS TOMARON UN GIRO EXTRAÑO
Resultó que una madre de la aldea de Butagaya había muerto trágicamente, dejando siete hijos, incluido un recién nacido. Poco después, Larter y los demás voluntarios llegaron al entierro de la joven madre, donde sucedió algo extraño.
“Me pusieron un bebé de 5 días en los brazos. Tenía solo 22 años, pero, en ese momento, mi vida como la conocía cambió”, recordó.
Una vecina le entregó el niño a Emilie y le dijo que no había nadie para cuidarlo. El bebé ni siquiera tenía nombre. Larter lo llevó al hogar de niños, donde el director le pidió que se convirtiera en la cuidadora principal del recién nacido. Sin dudarlo, ella accedió.
EXTENDIENDO SU ESTANCIA
En el momento en que Larter desenvolvió al pequeño bebé del montón de mantas en el que estaba, ella se enamoró de él. El bebé recibió el nombre de "Adam". Pronto, Emilie se encariñó tanto con Adam que extendió su estadía.
"Adam dormía en un catre al lado de mi cama, le encantaba que lo abrazaran y lloraba si yo no estaba cerca. Todos sus hermanos se fueron a vivir con amigos o vecinos, y todos me decían que no me encariñara, pero terminé extendiendo mi estadía para cuidarlo", rememoró.
EL ADIÓS MÁS DIFÍCIL
Durante ese tiempo, la idea de la adopción cruzó por su mente, pero Larter lo dejó pasar porque era bastante joven, acababa de graduarse de la universidad y ni siquiera había conseguido su primer trabajo.
También conocía las leyes de adopción en Uganda y lo raro que era que una mujer soltera adoptara a un niño varón. Larter colmó a Adam de tierno amor y cuidado durante siete meses y recaudó dinero para comprarle leche, pañales y ropa.
Pero en abril de 2015, la joven supo que era hora de irse de Uganda. Algo tiró de las fibras de su corazón y supo que era su amor por Adam.
De vuelta a casa en el Reino Unido, Larter no podía dejar de pensar en Adam. En ese momento, había conseguido un trabajo como maestra y ver a los niños a su alrededor le recordó al bebé de siete meses que había dejado atrás.
NOTICIAS DESGARRADORAS
Larter también inscribió a Adam en una guardería británica en Uganda y continuó financiando su fórmula para bebés, pañales y ropa. Entonces, un día, recibió un mensaje desgarrador. Adam estaba en el hospital sufriendo de malaria severa.
"Llamé a mi papá en un mar de lágrimas. Todo lo que quería era estar allá con él, consolarlo y asegurarme de que estaba bien. Fue entonces cuando me di cuenta de que ya no podía seguir así. Lo iba a adoptar. Encontraría una manera. Lo amaba más que a nada", indicó.
En la Navidad de 2015, Larter fue a Uganda y se reunió con trabajadores sociales para que la ayudaran a adoptar a Adam. También trabajó arduamente para asegurarse de poder mantener al niño y buscar su adopción sin ningún obstáculo.
"Hice malabarismos con tres trabajos para poder ahorrar y regresar a Uganda. Hablé con un abogado, quien dijo que una vez que adoptara a Adam en Uganda, tendría adoptarlo formalmente también en el Reino Unido, bajo la ley de inmigración", explicó.
En agosto de 2016, Emilie hizo las maletas y se mudó a Uganda para estar cerca de Adam, que había cumplido 23 meses, pero la amaba igual que siempre. Sin embargo, solo unos meses después de mudarse, Larter perdió su trabajo y se preocupó por cómo criaría al pequeño Adam.
CRECIENDO CON SU FAMILIA
Fue entonces cuando un colega le sugirió a Larter que creara una página de GoFundMe. Muchas personas colaboraron y la apoyaron. En pocos días, Emilie tenía suficiente dinero para completar el proceso de adopción. Su familia también la ayudó hasta que encontrara otro trabajo.
Durante ese tiempo, Larter dijo que conoció a un hombre llamado Josh a través del hogar de niños y entabló una relación con él. Él era amable y dulce con Adam. Poco después, Josh se mudó con ellos en octubre de 2016.
En septiembre de 2018, Emilie estaba encantada de recibir una audiencia de adopción en Kampala, pero su felicidad se convirtió en tristeza cuando se canceló.
Poco después, tres primitos de Josh, George de tres, Tallie de dos y James de un año, vinieron a vivir con ella porque sus padres no se encontraban bien para cuidarlos.
HACIENDO LAS COSAS OFICIALES
Después de cancelar las fechas de la corte y dos audiencias judiciales fallidas, Larter se presentó ante un juez en diciembre de 2018, y siete meses después, Adam fue declarado oficialmente su hijo.
El niño pequeño que tuvo en sus brazos por primera vez hace cinco años finalmente se convirtió en su familia, y los sentimientos de Emilie en ese momento fueron indescriptibles.
Después de un proceso largo y agotador de obtener órdenes de adopción, fallos por escrito y otros trámites necesarios, la adopción de Adam en Uganda finalizó a fines de noviembre de 2020. Finalmente, obtuvo su pasaporte y se le otorgó una visa del Reino Unido.
LOS ABUELOS AMOROSOS
En enero de 2021, después de casi cuatro años y medio de vivir en Uganda, madre e hijo volaron al Reino Unido para comenzar un nuevo capítulo en sus vidas.
En un principio vivieron en Leigh Sinton con los padres de Emilie, quienes estaban encantados de conocer a su nieto. El padre de Larter, Peter, expresó:
"Él (Adam) se ha adaptado muy bien y es un chico realmente adorable. Sus niveles de energía son asombrosos, por lo que es agotador, pero es bueno, no lo querríamos de otra manera".
Además, la madre de Emilie, Jacqueline, compartió: "Ahora que él está aquí... no lo haría de otra manera, es nuestro nieto, y eso es todo".
EN AMBOS PAÍSES
Aunque Larter había adoptado oficialmente a Adam en Uganda, la adopción no fue reconocida en el Reino Unido, lo que significó que tuvo que comenzar el proceso nuevamente.
Después de varias visitas a trabajadores sociales y muchas audiencias judiciales, Emilie fue declarada madre legal de Adam en diciembre de 2021.
La feliz noticia llegó justo antes de Navidad, y Larter estaba encantada de saber que Adam era su hijo en ambos países.
"Mi bebé, totalmente imprevisto, totalmente inesperado. Tenía solo 22 años cuando lo pusieron en mis brazos a los 5 días de nacido. 7 años y 4 meses después, él era mío para siempre y yo era suya para siempre", manifestó.
SOPORTANDO LA SEPARACIÓN
Pero mientras Adam permaneció con Larter en el Reino Unido, su compañero de vida, Josh, y sus tres hijos adoptivos permanecieron en Uganda. Estar separada del resto de su familia hirió profundamente a Emilie, pero esperaba reunirse con ellos eventualmente.
A pesar de todo, Larter dijo que estaba inmensamente agradecida por conocer a Adam y darle la bienvenida a su corazón y su hogar. Con respecto a su experiencia, agregó:
"No lo 'salvé'. No soy la heroína de esta historia. Sostuve a un bebé en mis brazos y me enamoré. Elegí el amor sobre todo lo demás. Después de todo, el amor es lo que importa".
UN CHICO AMOROSO
Según su madre adoptiva, Adam es excepcionalmente amable y afectuoso y ama a su familia. También ama a los animales y es un deportista talentoso. Larter está inmensamente orgullosa de su hijo y en retrospectiva no tiene nada más que gratitud.
Esta historia fenomenal nos enseña que, a veces, los encuentros inesperados pueden unir a completos extraños y forjar conexiones duraderas.
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Esperamos que Larter y Adam se reúnan con Josh y los otros tres niños y continúen inspirando al mundo con su positivismo.