Mamá en duelo ve a niño perdido en la tienda y se da cuenta de que es idéntico a su difunto hijo - Historia del día
Una madre afligida se sorprendió cuando vio a un niño llorando en una tienda que era idéntico a su difunto hijo. Supuso que todo estaba en su cabeza mientras sufría por la pérdida de su ser querido. Luego conoció a los padres del chiquillo.
Últimamente, las cosas habían sido tan devastadoras y traumáticas en la vida de Julia Andrade que le faltaba el impulso para seguir adelante. Su marido, Pedro, la había dejado por una mujer más joven, y su único hijo, Adrián, había muerto y se quedó completamente sola.
Julia se desatendió tanto después de la muerte de Adrián que no podía reconocerse en el espejo. No había comido en semanas y se había encerrado después de su funeral. Sus ojos tenían círculos oscuros debajo de ellos, su piel estaba pálida y le faltaba fuerza.
Mujer desconsolada frente a una tumba. | Foto: Pexels
Un día, se desmayó debido al cansancio y la llevaron de urgencia al hospital. Sintiéndose mal por ella, un amable médico la consoló. "Su hijo no habría aprobado que se viera así, señora Andrade", le aconsejó. "Dele una segunda oportunidad a la vida y, mire las cosas de otra manera".
Días después de recibir el alta, Julia seguía sin querer volver a la normalidad. ¿Cómo podría vivir una vida normal cuando ya no tenía a su retoño? ¡Ella merecía morir, no él!
Pero algo se movió en Julia una mañana y sintió que podía darse una oportunidad. Si no por ella, entonces por Adrián, razonó.
Entonces, como primer paso hacia un nuevo comienzo, se vistió y se fue de compras. "¡Sé que puedo hacerlo!", se aseguró a sí misma mientras estacionaba su auto frente a una tienda de ropa. No había salido desde el entierro de Adrián y esperaba que su acción la ayudara a cambiar su humor.
Después de ver algunos vestidos, Julia se dirigió a una sección llena de suéteres y escuchó un sonido de llanto en algún lugar cercano. Miró a su alrededor y vio a un niño llorando.
Se dio cuenta de que el chiquillo estaba solo. No había adultos cerca y la gente lo ignoraba. Estaba perdido. Decidió acercarse a él para tratar de calmarlo y ayudarlo a encontrar a sus padres.
"Oye", susurró en voz baja, acercándose a él por detrás. "¿Estás bien?".
Cuando el niño se volvió para mirarla, Julia saltó hacia atrás, sobresaltada, y se agarró al borde de un perchero. ¡El chico se parecía tanto a Adrián! Tenía los mismos ojos castaños profundos y cabello castaño oscuro como su hijo. ¡Tenía que estar alucinando!
"¡Buen chico!", ella murmuró con incredulidad. "¿Dónde están tus padres, cariño?".
Niño llorando. | Foto: Unsplash
El niño no pronunció palabra y siguió llorando. Julia también estaba luchando por contener las lágrimas. Su mirada no dejaba al niño ni por un segundo y su mente se preguntaba cómo se parecía tanto a Adrián.
Cuando algunas personas pasaron, dándoles una mirada incómoda, Julia respiró hondo y se calmó. "Necesito encontrar a sus padres. ¡Necesito llegar al fondo de esto!", se dijo a sí misma.
Consolando al niño, dijo: "Está bien. Estoy aquí para ayudarte. ¿Estás aquí con tus padres?".
El niño asintió, todavía sollozando.
"Está bien, cariño, vamos a encontrarlos, ¿de acuerdo? No tienes que llorar", dijo mientras lo tomaba en brazos y se acercaba a un empleado. Informó al hombre de la situación y se hizo un anuncio sobre el niño por el intercomunicador.
Poco después, un hombre aterrorizado corrió hacia el mostrador de recepción. "¡Oh, Dios mío, Javier! ¡Te buscamos por todas partes, cariño!", suspiró, abrazando al chico con fuerza.
"¡Papá! ¡Tenía miedo!", expresó Javier llorando mientras le devolvía el abrazo. En este punto, Julia dedujo que el hombre era el padre del niño.
Mientras que el hombre no la miró ni una sola vez y estaba ocupado revisando a su hijo para asegurarse de que estaba bien, Julia lo escrutó en su cabeza.
Mujer llevando a un niño de la mano. | Foto: Unsplash
Desafortunadamente, no podía pensar en nadie que se pareciera a él, ni en su hijo, ni en sus parientes, ni en nadie que ella conociera que pudiera satisfacer su curiosidad acerca de cómo Javier era tan parecido a Adrián. Pero luego apareció la madre del niño, y Julia quedó en estado de shock.
Cuando la mirada de la mujer se encontró con la de Julia, quedó igualmente atónita. "¿Eres tú quien encontró a nuestro hijo?", le preguntó a Julia. "Gracias. Mi nombre es Catalina".
"¿Soy solo yo, o crees que nos parecemos demasiado?", le preguntó Julia rotundamente, como si no hubiera oído nada más de lo que había dicho Catalina. "¿Hay alguna posibilidad de que estemos emparentados? Su hijo tiene un parecido sorprendente con mi difunto hijo, ¡y no puedo creerlo!".
Catalina sonrió nerviosamente mientras ella y su esposo intercambiaban miradas. "No estoy segura... Nunca tuve una hermana, y mucho menos una gemela. Pero es extraño, nuestro parecido..."
Julia suspiró y se dio cuenta de que había sido demasiado dura con la madre de Javier. "Lo siento... Las cosas han estado locas para mí últimamente, y estoy demasiado sensible para pensar con claridad. Su hijo se parece al mío, y... Oh, bueno, no importa. Ni siquiera me presenté. Mi nombre es Julia”.
Al ver a Julia tan perturbada, Catalina se compadeció de ella. "Está bien, Julia. Dicen que tienes seis iguales en el mundo; ¿tal vez ese sea el caso? De todos modos, solo queremos agradecerte por ayudar a Javier. Él es Eduardo, mi esposo. ¿Te gustaría tomar un café? Podría ayudar a relajarte”.
Padres besando a su hijo. | Foto: Pexels
"¡Muchísimas gracias!", respondió Julia, esperando que eso aliviara su estrés.
Julia y Catalina hablaron un rato mientras tomaban un café. La desconsolada madre le mostró la foto de Adrián a la mamá de Javier. De inmediato, también quedó asombrada por el parecido entre ambos. Las dos mujeres acordaron hacerse una prueba de ADN solo para estar seguras.
Sin embargo, cuando llegaron los resultados, no había ninguna evidencia que las vinculara. "¡Esto es una locura!", pensó Catalina, quien se rio junto a Julia al leer el informe.
"¡Oh, no estoy segura de lo que estaba pensando! Pero estoy tan encantada de haberte conocido, Catalina. Finalmente, pude relacionarme con alguien después de mucho tiempo. ¡Eres como la amiga que tanto necesitaba!”.
"Yo diría lo mismo, Julia", respondió Catalina. "¡Después de tener a Javier, apenas he tenido tiempo para pasarla con mis amigas!", precisó. "¡Me siento mucho mejor después de compartir cosas contigo como si fuéramos verdaderas hermanas!".
Con el paso del tiempo, la amistad de Julia y Catalina se hizo más fuerte. Julia la ayudaba con Javier y compartir con el niño la hizo recuperar el buen ánimo que había perdido con la muerte de Adrián.
Tener a Javier cerca curó el dolor de Julia y supo que finalmente se estaba recuperando de la muerte de su hijo.
Taza con café. | Foto: Pexels
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Perder a un ser querido es difícil, pero tu vida merece una segunda oportunidad: Julia se había encerrado en sí misma después de perder a Adrián. Le tomó algún tiempo tener la fuerza para volver a la normalidad. Las cosas mejoraron tras conocer a Javier y su familia. Pudo dejar de lado su dolor.
- Algunas casualidades son realmente hermosas: El encuentro inesperado de Julia y Javier cambió el curso de la vida de la afligida madre y la ayudó a recuperarse de la pérdida de su único hijo.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.