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Jóvenes en un baile de graduación | Fuente: Flickr.com/R Boed
Jóvenes en un baile de graduación | Fuente: Flickr.com/R Boed

Hijo le prohíbe a su madre ir al baile de graduación porque se ve vieja: ella asiste y se convierte en la reina del baile - Historia del día

Georgimar Coronil
11 jul 2022
20:00

Un hijo le prohíbe a su madre asistir a su baile de graduación porque piensa que lo va a avergonzar delante de sus compañeros. Sin embargo, la dama se presenta en el baile y sorprende a todos no solo ganando el título de "reina del baile", sino también haciendo algo inesperado.

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Estela Bruzual era una madre soltera que criaba a su hijo adolescente Andrés después de que su marido, Eduardo, falleciera. La dama se preocupó cuando se percató de que le tocaba encargarse de todo.

Estela se casó con Eduardo poco después de graduarse en la universidad, y nunca le dedicó mucho tiempo a su carrera. Se convirtió en una esposa y madre cariñosa, centrándose únicamente en las necesidades de su familia.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Estela quedó desconsolada cuando un día Eduardo murió repentinamente de un ataque al corazón. Tras la partida de su esposo, Estela luchó por volver a la normalidad. Empezó a buscar trabajo, y después de varios intentos consiguió un empleo en un supermercado.

Su trabajo, en cierto modo, la distrajo de la muerte de Eduardo y le dio la motivación para seguir adelante, pero Estela también se había dejado llevar. No le importaba su aspecto, ni si su ropa estaba arrugada y desgastada, o si el color le quedaba fatal.

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Después de todo, ¿por qué debería importarle? ¿Quién iba a felicitarla aunque estuviera guapa cuando Eduardo no estuviera? Para ella, no tenía sentido arreglarse y estar bonita.

Pero estaba equivocada, increíblemente equivocada. Debería haber hecho eso por ella y por Andrés.

"Entonces, Andrés, ¿qué piensas ponerte para el baile?", le preguntó. Estaban cenando y Estela pensó que sería un buen momento para hablar de su atuendo para el gran día.

"No estoy seguro, mamá..." respondió Andrés. "Todavía no lo he decidido".

"¡Vamos, Andrés! ¿Hablas en serio? ¿Por qué no te has decidido todavía? Estoy tan emocionada por tu baile que me he apuntado como voluntaria".

"¿Qué?" Andrés estaba aturdido. "¿Por qué? ¿Por qué estás tratando innecesariamente de ser parte de ello?".

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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"¿Qué te pasa, Andrés?", preguntó Estela. "Resulta que tengo algo de tiempo libre, ¡y quiero ayudar a tu colegio con los preparativos!".

"¡Por favor, mamá! No te metas en esto, ¿ok? ¡NO QUIERO QUE ESTÉS ALLÍ!".

"¡No seas ridículo, Andrés! ¡Soy una voluntaria del evento! ¡Tengo que estar allí! Solo tengo un hijo, y ¿cuál es el problema si asisto a su baile de graduación?".

En ese momento, Andrés empujó su silla hacia atrás y se puso de pie, lanzando su tenedor sobre la mesa. "¡Porque pareces una loca mamá! Después de que papá se fue, ¡te has descuidado! ¡Aparentas más edad de la que realmente tienes y no quiero que estés ahí en mi día especial! Te vas a presentar allí desarreglada y solo me vas a avergonzar".

Estela sintió como si todo su cuerpo se hubiera entumecido. "Andrés...", murmuró. "Espera, ¿qué estás diciendo?".

Que alguien pueda llevar bien una carga no significa que no sea pesada.

"Te guste o no, mamá, ¡es la verdad! ¡Así que por favor! ¡No te metas en mis asuntos!" Declaró Andrés y se marchó.

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Estela se quedó llorando, incapaz de comprender lo que acababa de suceder.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Cuando llegó el gran día, Andrés se vistió con un hermoso traje y estaba listo para ir al baile. No tenía una cita, pero tenía un grupo de amigos con los que había hecho planes. Estela estaba en su habitación cuando él se fue y no se molestó en avisarle que se iba al baile.

"¡Gracias a Dios que no fue a la escuela!", pensó mientras se iba. "¡Espero que hoy sea increíble!".

Todos se habían reunido en el salón para la celebración, incluido Andrés, que estaba ocupado con sus amigos y sus citas, cuando una voz a través del altavoz atrajo su atención. La voz leyó un poema por el altavoz, y todos los asistentes se callaron. Se hizo un silencio sepulcral.

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"... Cada día, se levanta de su cama, con el pensamiento de su hijo en la cabeza... Puede que mi apariencia sea lo único que te importe, pero nunca olvides los sacrificios que hice por ti".

Andrés reconoció la voz. Era la de Estela. Estaba recitando un poema sobre cómo, a pesar de su angustia, se había preocupado por él todos estos años. Decía que se había olvidado de sí misma cuando su padre partió, pero que nunca lo ignoraría, especialmente en este día en el que él esperaba que su madre estuviera guapa para él.

Con eso, Estela apareció delante de todos, vestida con un precioso vestido. Cuando Andrés la vio, se quedó sin palabras. No podía creer que fuera ella. Tenía un aspecto impresionante.

"¡Mamá!", exclamó mientras se acercaba a ella. "¡Estás increíble! Siento mucho lo que dije... ¡Lo siento mucho!".

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Estela le sonrió y tomó su mano entre las suyas. "Aunque te equivocaste en la forma de decirlo, Andrés, ahora entiendo que tenías razón. Debería haber hecho un esfuerzo por ti. Lo siento...".

"No deberías disculparte, mamá", aseguró Andrés y la rodeó con sus brazos. "¡Lo siento! Todo este tiempo, solo estaba pensando en mí..." Andrés se dio cuenta de que Estela había pasado por muchas cosas y que se había ensañado con ella sin darse cuenta de lo difícil que eran las cosas para su mamá.

Todo el mundo en la sala estaba emocionado en ese momento, algunos se secaban los ojos para evitar las lágrimas. Pero ese no fue el final de la historia.

Al final del baile, la reina del baile, Mariela, tenía preparada una maravillosa sorpresa para Estela.

Cuando la invitaron a subir al escenario para aceptar su título, Mariela se acercó a Estela y le dijo: "Usted es la verdadera reina del baile esta noche, señora Bruzual. Usted se merece el título, no yo".

"Oh no... no puedo...", dijo Estela, pero Mariela no la escuchó. Le dio su banda de reina del baile y todos en la sala aplaudieron y abuchearon.

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"¡Esa es mi hermosa mamá!", dijo Andrés con lágrimas en los ojos. "¡ESA ES MI MAMÁ!".

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Que alguien pueda llevar bien una carga no significa que no sea pesada: Andrés acusó a Estela de haber descuidado su aspecto, sin darse cuenta de lo difícil que habían sido las cosas para ella. Cuando se percató de su error, se disculpó.
  • Perder a un ser querido es desgarrador, pero su vida merece un nuevo comienzo: Aunque el enfoque de Andrés sobre la aparición de Estela fue erróneo, le hizo comprender que debía darse una oportunidad.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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